La segunda carta a Iglesias tenía una bala idéntica a las 4 primeras: "Por miserables 15.000€"
La Guardia Civil busca al autor de una segunda carta contra Iglesias interceptada por Correos que tenía en su interior una bala 7,62 mm del año 1980 igual que las cuatro del primer envío
La Guardia Civil está analizando una segunda carta con amenazas enviada a Pablo Iglesias a solo unos días del 4-M. Su contenido ha provocado el desconcierto en los investigadores. El sobre fue introducido en un buzón de la calle Francos Rodríguez de Madrid con las coordenadas de la Dirección General del instituto armado, pero contenía un folio con un mensaje para el hasta ahora líder de Podemos. Según han confirmado a El Confidencial fuentes policiales, el autor de la misiva exigía al dirigente el pago de 15.000 euros por fabricar supuestamente el montaje de la primera carta con balas recibida por el exvicepresidente del Gobierno y que se convirtió en uno de los ejes de su campaña.
Aquel primer envío llegó al Ministerio del Interior el 22 de abril y su contenido fue difundido ese mismo día por el propio Iglesias en su perfil de Twitter. La carta, en la que no figuraba ningún remitente, contenía un escueto mensaje escrito a mano usando una plantilla. “Pablo Iglesias Turrión, has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer, tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agota”. Junto a esas líneas, el autor introdujo cuatro balas no percutidas de 7,62 mm, un calibre utilizado en armas largas como el Cetme y otros fusiles empleados por las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Guardia Civil. Los cuatro proyectiles habían sido fabricados por Santa Bárbara y pertenecían a un lote del año 1980.
El Ministerio del Interior ha recibido una carta dirigida a mi con amenazas de muerte hacia mí y hacia mi familia. El sobre contenía 4 balas de Cetme. pic.twitter.com/yquNIed7pV
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) April 22, 2021
La segunda carta había permanecido en secreto hasta ahora. Al contrario que la primera, Iglesias prefirió no difundir su contenido. Fue enviada a la Dirección General de la Guardia Civil, pero fue interceptada por Correos el 27 de abril en los controles de su Centro de Tratamiento Automatizado de Vallecas. En esa ocasión, sí había un remitente. Se identificaba como Luis García, con domicilio en la calle del Nabo número 11, pero los especialistas no confieren ningún valor a esos datos.
En el interior de este segundo paquete se encontró un nuevo mensaje para Iglesias, pero esta vez había sido redactado con letra de ordenador. Arrancaba con el nombre del ya exlíder de Podemos. “Pablo Iglesias Turrión. ¿A qué estás jugando?”. A continuación, el autor acusaba a Iglesias de haber incumplido un supuesto trato. Aseguraba que su compañero de partido Juan Carlos Monedero se había comprometido con él a pagarle 15.000 euros por enviar la primera carta con amenazas y cuatro balas.
“Si no sabes trabajar con unos profesionales, no habernos contratado para montar esta trama y que ahora no nos quieras pagar el trabajo que hemos realizado de manera perfecta. Los resultados son evidentes”, exponía el texto, en referencia al supuesto rédito político que había obtenido Podemos con las amenazas de la primera misiva. “Por unos miserables 15.000 euros del segundo pago nos quieres tomar el pelo o es que no te a [sic] gustado que no pusiéramos en tu sobre los proyectiles del calibre 22 que pediste para involucrar a tus hijos en este asunto. Nosotros somos unos profesionales y con los niños no jugamos”.
El remitente insistía en que Monedero le estaba dando “largas” para no efectuar el “segundo pago” por ese supuesto trabajo. “Por vuestra prepotencia y egoísmo, igual que montamos la farsa, ahora la desmontamos”, podía leerse, y advertía de que las cosas habían cambiado. “Lo que se inició como una burda patraña ahora se ha convertido en un problema para vosotros y nosotros”.
En otro párrafo, el autor aseguraba que las balas del primer envío se las había proporcionado el exdiputado de Podemos Juan Antonio Delgado, miembro de la Guardia Civil y antiguo portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), y también atribuía a este la entrega de otra munición. “En este sobre van los tres proyectiles del calibre 22 que nos facilitó tu camarada José [sic] Antonio Delgado para que se amenazase a tus hijos, cosa que evidentemente no hicimos. Los niños no se tocan”, insistía el autor, antes de finalizar con otra advertencia a Iglesias: “Para el futuro, cuando quieras trabajar con profesionales, compórtate como un profesional”.
Junto al folio de ordenador, los investigadores hallaron cuatro balas: las tres del calibre 22 a las que se refería explícitamente el mensaje, de la marca Remington, y una cuarta del calibre 7,62 igual que las que se encontraron en el primer envío.
Las diligencias no han conseguido responder por ahora a ninguna de las muchas incógnitas que plantea esta segunda misiva, empezando por la identificación de su responsable. Una de las tesis que maneja la Guardia Civil es que el autor no tenga nada que ver con el primer envío a Iglesias y que su único objetivo era que el contenido se hiciera público antes del 4-M para trasladar la idea de que las primeras balas y amenazas eran un montaje ideado por Podemos para generar crispación y polarizar la campaña.
Sin embargo, hay elementos que dan pie a otras interpretaciones. La bala de 7,62 mm encontrada en el segundo envío pertenece exactamente al mismo fabricante y al mismo lote que las cuatro del primero: Santa Bárbara y año 1980. Se trata de una pista que establece un claro vínculo entre las dos cartas, aunque ello no implica que el supuesto montaje y el pago pendiente de 15.000 euros que relata la segunda sean ciertos.
Correos ha informado a los investigadores de que el segundo paquete fue introducido en un buzón de la calle Francos Rodríguez de Madrid entre las 17:00 del domingo 25 de abril y las 17:00 del lunes 26. Hay un indicio que permite acotar aún más la hora del envío. En el texto, el autor se refiere a la navaja que recibió la ministra de Industria, Reyes Maroto, el día 26 por la mañana. Es decir, que la carta tuvo que ser elaborada en algún momento entre la difusión de esa noticia y las 17:00 de esa misma jornada.
Ese dato hace más difícil que el autor de la segunda carta no tenga nada que ver con la primera. Aunque el formato de los mensajes es distinto (uno escrito a mano con plantilla y otro a ordenador, uno sin remitente y otro con remitente, un sobre acolchado y otro no...), el responsable del último envío a Iglesias solo habría tenido cuatro días, del 22 al 26 de abril, para conseguir un proyectil de Santa Bárbara del año 1980 que fuera idéntico a los cuatro del primero para dar mayor credibilidad al presunto engaño de Podemos y al impago de la teórica deuda.
Hay un dato aún más enigmático. En realidad, cuando el segundo envío al exlíder de Podemos fue introducido en un buzón de Madrid, todavía no se había hecho público el nombre del fabricante ni el año del lote de la munición del primero. Si el segundo remitente fue distinto, ¿cómo supo que la bala de 7,62 mm que metía en su sobre era igual que las cuatro primeras? Preguntas sin resolver que están sobre la mesa de los investigadores.
La Guardia Civil está analizando una segunda carta con amenazas enviada a Pablo Iglesias a solo unos días del 4-M. Su contenido ha provocado el desconcierto en los investigadores. El sobre fue introducido en un buzón de la calle Francos Rodríguez de Madrid con las coordenadas de la Dirección General del instituto armado, pero contenía un folio con un mensaje para el hasta ahora líder de Podemos. Según han confirmado a El Confidencial fuentes policiales, el autor de la misiva exigía al dirigente el pago de 15.000 euros por fabricar supuestamente el montaje de la primera carta con balas recibida por el exvicepresidente del Gobierno y que se convirtió en uno de los ejes de su campaña.