Alerta en los antidisturbios tras el aviso de Al Qaeda: un bitcoin por cada policía asesinado

Un anuncio aparecido la semana pasada en una revista vinculada a Al Qaeda ha provocado un terremoto en los servicios antiterroristas occidentales. El aviso, que salió en la publicación 'Lobos de Manhattan', ofreció una recompensa monetaria a quien asesinara a un policía europeo o norteamericano. En concreto, prometió un bitcoin (alrededor de 55.000 euros) a quien acabara con la vida de algún agente. La Comisaría General de Información de la Policía Nacional y la Jefatura de Información de la Guardia Civil, en España, no tardaron en comenzar a analizar la veracidad del mensaje y los consecuentes riesgos que este podía conllevar. En paralelo, los servicios policiales homólogos en los países occidentales se dispusieron a realizar la misma tarea.

Tras dar credibilidad a la advertencia, responsables de la Comisaría General de Información la Policía Nacional emitieron una nota interna. El comunicado, que tiene fecha de ayer, ordena una "actualización de la amenaza terrorista contra las fuerzas y cuerpos de seguridad". Fuentes policiales explican que la revista está dirigida precisamente a un tipo de público impredecible, capaz de actuar sin dar pistas previas y por su propia cuenta, lo que incrementa el peligro. El llamamiento es una especie de invitación a todo el que quiera a cometer un atentado contra las fuerzas de seguridad y un anuncio de que su acción será recompensada a través de una vía poco controlada por las autoridades, como es el pago en criptomonedas.

TE PUEDE INTERESAR

Los policías que combatieron a ETA se despliegan en el Sahel para ahogar a Al Qaeda

Roberto R. Ballesteros

De ahí que la Comisaría General decidiera emitir la citada nota interna, a la que ha tenido acceso El Confidencial, que informa de la detección del mencionado anuncio. El comunicado explica que "la publicación recomienda cometer ataques contra policías durante las manifestaciones" que se produzcan en los países por cualquier motivo. Es en estas concentraciones, recuerdan, cuando los atacantes pueden tener notables "ventajas" sobre los funcionarios. En ese contexto, destacan, los terroristas tienen "numerosos objetivos a su alcance, el anonimato entre la multitud y la posibilidad de portar armas y pasar desapercibido". Esta situación de superioridad, prosigue la mencionada nota, hace necesario que los policías tomen más precauciones que nunca. "Se reitera la necesidad de mantener activas las medidas de autoprotección al personal uniformado, especialmente entre los miembros de las unidades de intervención policial", subrayan desde la Comisaría General.

La actividad de las fuerzas de seguridad españolas contra el terrorismo de Al Qaeda se ha desarrollado de forma silenciosa durante los últimos meses con operaciones contra los aparatos de captación de los islamistas. A finales del pasado marzo, la Guardia Civil detuvo a dos individuos. Uno, en el Centro Penitenciario de Córdoba y otro, en la localidad guipuzcoana de Pasajes Antxo. Ambos acusados de haber realizado labores de captación y adoctrinamiento yihadista en la prisión algecireña de Botafuegos. La investigación del Servicio de Información del instituto armado arrancó a principios de 2018, después de que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias informara de diversas pintadas y consignas relacionadas con la organización terrorista Daesh.

Esto permitió detectar la existencia de un presunto grupo de internos organizado y dedicado a la radicalización y captación en la penitenciaria gaditana, donde los detenidos cumplían condena por delitos previos de terrorismo de índole yihadista. Las pesquisas realizadas permitieron revelar que uno de los arrestados —condenado a seis años de encarcelamiento— tenía una gran ascendencia sobre el resto de presos y supuestamente realizaba labores de proselitismo. Este reo habría reclutado al otro detenido, que se encontraba cumpliendo condena por un delito de autoadoctrinamiento terrorista y que se erigió, igualmente, en reclutador de otros internos.

TE PUEDE INTERESAR

Prisión provisional sin fianza para el tesorero de la Comisión Islámica de España

Europa Press

Días antes de que se conociese esta intervención, el nombre que saltaba a los medios era el de Mohamad Ayman Adlbi Adlbi, actual presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), que era detenido en una operación antiterrorista. Como informó este periódico, las pesquisas policiales relacionaban al representante del máximo órgano oficial del islam en el país con una red desarticulada en junio de 2019 que se dedicaba al envío de fondos a Siria y otras zonas de conflicto para sufragar presuntamente acciones armadas de grupos supuestamente radicales.

La semana pasada, por otra parte, agentes de la Policía Nacional detuvieron a un presunto captador del Daesh en la cárcel de Campos del Río (Murcia) que cumplía condena tras haber sido condenado por integración en el aparato de propaganda de la organización terrorista en 2017. Según la investigación, el individuo seguía entre rejas a las órdenes del ISIS, conocía a la perfección la estrategia de difusión de mensajes de esta red y estaba considerado como un "cazador de mentes" por su capacidad para manipular la voluntad de las personas y adoctrinar a otros presos. Incluso llegó a tener ascendencia sobre reclusos condenados por delitos comunes sin pasado yihadista alguno.