El inminente veto al eucalipto en Galicia dispara su plantación
Los propietarios de montes agotan la demanda en los viveros para anticiparse a la moratoria de la controvertida especie, que comenzará en junio
El veto al eucalipto en Galicia ha tenido un efecto totalmente contrario al que se buscaba. En realidad, lo que se ha demostrado contraproducente no es la moratoria en sí, que impedirá a partir de junio nuevas plantaciones allí donde no esté consolidado, sino su anuncio con varios meses de antelación. Como se temían los colectivos ecologistas, propietarios de monte se han lanzado a cultivar el polémico árbol, que acidifica el suelo y arde con extrema facilidad, con el objetivo de consolidar como zonas eucaliptales parcelas destinadas actualmente a otras especies, bosques autóctonos incluidos. Al menos eso se desprende del desabastecimiento en los viveros gallegos, como consecuencia del incremento de la demanda. La Xunta replica que “no hay evidencias” de ese 'efecto llamada'.
La desaparición de grandes extensiones de bosques de otras especies es apreciable a simple vista en distintas zonas de Galicia, muy especialmente en el interior de las provincias de Lugo y A Coruña y en el norte de Pontevedra. Es cierto que hasta mayo es época de plantación, pero es menos normal que incluso la Asociación de Viveros Forestales de Galicia dé la voz de alarma y asegure que queda “poco o nada” de eucalipto que vender y que las futuras existencias, ya están comprometidas. Organizaciones como Adega (Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza) han presentado en una sola semana denuncias por la presunta tala indiscriminada de 60.000 metros cuadrados de bosque autóctono, en los ayuntamientos lucenses de A Pontenova y Palas de Rei y en el orensano de Ribas de Sil.
La situación ha abierto un debate sobre las condiciones de la moratoria, muy criticadas por la oposición y por ecologistas, dependiente de un inventario de especies pendiente de realizar. Pero sobre todo, está encima de la mesa la inconveniencia de anunciar con tantos meses de antelación una moratoria que durará hasta que concluya 2025. La Organización Galega de Comunidades de Montes y Ecologistas en Acción acusaron incluso al Gobierno del PP de tender “una trampa” con el veto a la plantación de eucaliptos en Galicia, a través de una enmienda a la recuperación de tierras agrarias que, según estos colectivos, "permitirá que aumenten" las hectáreas de esta especie. BNG y PSdeG han demandado medidas para evitar una “plantación masiva” antes de la entrada en vigor de la medida.
El asunto llegó esta semana al Parlamento de Galicia, donde el 'conselleiro' de Medio Rural, José González, aseguró que “no hay evidencias tangibles” de ese 'efecto llamada'. En respuesta a una interpelación del Bloque Nacionalista Galego, González precisó que la primavera es la “época ordinaria para realizar plantaciones” y que, por lo tanto, resulta "evidente que estas se produzcan" en estos momentos. González añadió que cada año se cortan alrededor de 20.000 hectáreas de eucaliptos en Galicia y recordó que el covid limitó las plantaciones en el tiempo del confinamiento del año pasado.
La diputada nacionalista María González Albert, autora de la iniciativa, insistió en la “situación de 'boom'” de plantaciones, un problema ante el que ningún representante político de la Xunta, afirmó, “ha salido al paso para avanzar medidas de solución”. “Si no le consta, búsquese otro trabajo; cómo no le va a constar, le consta y miran para otro lado”, acusó la diputada del Bloque, que denunció la “connivencia” de la Xunta con este tipo de plantaciones. La voluntad de Gobierno gallego de acabar con el eucalipto ha sido puesta en tela de juicio por la oposición desde tiempos de Manuel Fraga, vinculada a supuestos intereses de favorecer el suministro de la papelera de Ence en Pontevedra.
El 'conselleiro' reclamó que no se demonice el eucalipto, que —según afirmó— genera para familias y comunidades de montes ingresos en más de 80.000 euros y un negocio de en torno a 200 millones de euros cada año. Sostuvo en todo caso que la Xunta está vigilante ante posibles incumplimientos de la normativa sobre la materia y, en este sentido, informó en el Parlamento que entre 2016 y 2020 se tramitaron en los servicios jurídicos más de 1.700 expedientes sancionadores con relación a la actividad forestal, y más de 7.400 apercibimientos. También anuncio que esa labor se va a reforzar, ya que una vez que entre en vigor la ley de recuperación de las tierras agrarias —que prevé la moratoria en una disposición transitoria—, se pondrá en marcha un plan especial de control de nuevas plantaciones que asegure el cumplimiento de la suspensión temporal.
En todo caso, las previsiones de la Xunta se moderaron en los últimos años, ya que el primer borrador del Plan Forestal, presentado a finales de 2017, con otra 'conselleira' al frente de Medio Rural, preveía un incremento de 25.000 hectáreas en la superficie dedicada al eucalipto, con la única limitación de plantaciones en zonas naturales o de especial interés paisajístico. Con el cambio en la 'conselleria' se modificó el texto y se propuso un objetivo de reducir un 5% la superficie destinada al polémico árbol, lo que supondría pasar de las 422.000 actuales a unas 400.000, pero se incluyó también la polémica moratoria.
Para oposición y ecologistas, las previsiones del nuevo 'conselleiro' son muy cuestionables, y ponen como ejemplo el Plan Forestal de Galicia aprobado por unanimidad en 1992, que preveía para 2038 una superficie de eucalipto que ya casi ha sido duplicada. Los socialistas han anunciado la presentación de una batería de iniciativas parlamentarias para tratar de frenar su expansión, y acusan a la Xunta de “incidir en el mercado de una forma irresponsable”, como refleja que los viveros hayan agotado las plantas. Según el socialista Martín Seco, se han disparado las talas de pino y otras especies para anticiparse a la prohibición.
A los ecologistas no les vale el mantenimiento de la actual superficie de eucalipto en Galicia. La organización SEO/Birdlife defiende como única solución una reducción de su superficie general y su eliminación de los lugares con mayor valor biológico del país y los espacios naturales protegidos, incluyendo a los declarados como parte de Red Natura 2000.
El veto al eucalipto en Galicia ha tenido un efecto totalmente contrario al que se buscaba. En realidad, lo que se ha demostrado contraproducente no es la moratoria en sí, que impedirá a partir de junio nuevas plantaciones allí donde no esté consolidado, sino su anuncio con varios meses de antelación. Como se temían los colectivos ecologistas, propietarios de monte se han lanzado a cultivar el polémico árbol, que acidifica el suelo y arde con extrema facilidad, con el objetivo de consolidar como zonas eucaliptales parcelas destinadas actualmente a otras especies, bosques autóctonos incluidos. Al menos eso se desprende del desabastecimiento en los viveros gallegos, como consecuencia del incremento de la demanda. La Xunta replica que “no hay evidencias” de ese 'efecto llamada'.
La desaparición de grandes extensiones de bosques de otras especies es apreciable a simple vista en distintas zonas de Galicia, muy especialmente en el interior de las provincias de Lugo y A Coruña y en el norte de Pontevedra. Es cierto que hasta mayo es época de plantación, pero es menos normal que incluso la Asociación de Viveros Forestales de Galicia dé la voz de alarma y asegure que queda “poco o nada” de eucalipto que vender y que las futuras existencias, ya están comprometidas. Organizaciones como Adega (Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza) han presentado en una sola semana denuncias por la presunta tala indiscriminada de 60.000 metros cuadrados de bosque autóctono, en los ayuntamientos lucenses de A Pontenova y Palas de Rei y en el orensano de Ribas de Sil.
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