Fracasa el último intento de Jaime Botín de evitar la cárcel y una multa millonaria
La Audiencia Provincial rechaza su intento de recusar a uno de los magistrados y le impone, además, el pago de las costas
Jaime Botín ha jugado su penúltima carta y ha perdido. Tras la condena firme impuesta por la Audiencia Provincial de Madrid a tres años de prisión y una multa de 91,78 millones de euros por hacer contrabando con un cuadro de Picasso, el banquero intentó anular la decisión recusando a uno de los magistrados que intervinieron en la misma. El tribunal madrileño acaba de rechazar su pretensión, con lo que Botín no cuenta ya con más comodines y tendrá que afrontar la ejecución del fallo, que implicaría su ingreso en la cárcel y el astronómico pago impuesto.
En la resolución de la Audiencia —que, además, impone al expresidente de Bankinter el pago de las costas—, se explica que Botín recusó al juez Carlos Mª Alaiz argumentando que "un observador razonable" podía percibir en él que había "algo anormal, algo que se sale de lo común, y que solo se puede entender desde un contacto previo e indebido con la causa". También indicaba que había firmado una providencia en la que se decidía señalar día para la votación y fallo de su recurso sin celebrar una vista previa. Alegaba que la decisión no podía ser adoptada por un solo magistrado.
La sala le responde que no ha sido acreditada ninguna circunstancia que pueda afectar a la apariencia de imparcialidad del magistrado recusado, sin que la decisión de no celebrar vista "pueda determinar de forma alguna que el magistrado ha tenido un contacto previo e indebido con la causa". Aunque en el escrito impugnado solo figura el nombre del magistrado ponente, "lo cierto es que en la deliberación que se acuerda para el mismo día se decide por los tres magistrados que componen la sala y que firman la providencia, que no se estima necesaria la celebración de la vista para la resolución del recurso".
"En definitiva, la decisión en cuestión ha sido de forma colegiada por la sala; y la misma sala dicta sentencia en la que deniega los motivos de nulidad expuestos por la parte recurrente en el recurso de apelación, y entre ellos se refiere a la confirmación de que la prueba denegada en la instancia no era necesaria para la comprobación de los hechos con relevancia penal, añadiendo que no se causa indefensión alguna al acusado", indica además.
Hace solo unos días, Botín vio cómo se le cerraba otra puerta, en ese caso la del Tribunal Constitucional. Tras presentar la recusación que ahora se resuelve, pidió amparo al tribunal de garantías, que inadmitió su recurso "debido a que aún no había concluido el proceso abierto en la vía judicial". La última baza que le queda es presentar ahora un nuevo recurso al TC. El pago rápido de la multa impuesta y la devolución del cuadro podrían propiciar una suspensión de la condena de cárcel. También puede esgrimir su edad —85 años— y delicado estado de salud.
'Cabeza de mujer joven'
La condena, superior a dos años y que por ello implicaría su encarcelamiento, se le impuso por querer sacar en barco el cuadro de Pablo Picasso 'Cabeza de mujer joven' con la intención de venderlo en Reino Unido pese a ser una obra "inexportable" por su autoría y valor. La sentencia considera probado que en 2012 Botín quiso vender el cuadro a través de la casa de subastas Christie's y que esta le avisó de que, para exportarlo, debía obtener el visto bueno del Ministerio de Cultura, "dado su evidente interés histórico artístico y tener una antigüedad superior a 100 años". En 2012, el ministerio negó el permiso de exportación. "Pese a ser plenamente consciente de la prohibición administrativa, el acusado trasladó el cuadro a la goleta Adix de su propiedad, atracada en Valencia, con la finalidad de sacarlo de España". En julio de 2015, las autoridades francesas lo incautaron en Córcega.
El caso del Picasso no es el único frente judicial que tiene Botín. Tiene pendiente una acusación por fraude fiscal en la matriculación de su avión privado a través de Portugal y la Fiscalía pide para él dos años de prisión. El fraude en los 'jets' privados ha sido un clásico del Ibex, aunque la mayoría han ido por lo contencioso, como critica la defensa de Botín. El banquero había negociado una condena de conformidad sin cárcel, pero la rompió el día en que había que formalizarla porque el acuerdo se había hecho público.
Jaime Botín ha jugado su penúltima carta y ha perdido. Tras la condena firme impuesta por la Audiencia Provincial de Madrid a tres años de prisión y una multa de 91,78 millones de euros por hacer contrabando con un cuadro de Picasso, el banquero intentó anular la decisión recusando a uno de los magistrados que intervinieron en la misma. El tribunal madrileño acaba de rechazar su pretensión, con lo que Botín no cuenta ya con más comodines y tendrá que afrontar la ejecución del fallo, que implicaría su ingreso en la cárcel y el astronómico pago impuesto.
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