Aviones 'para todo' en la Costa del Sol: de perseguir la pesca furtiva a vigilar narcos

De cazar pescadores furtivos a divisar narcotraficantes desde las alturas. Este es el singular ‘vuelo’ que realizarán los aviones de inspección pesquera del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación si sale adelante el convenio de colaboración que ultima con la Agencia Tributaria (AEAT) para compartir flota aérea. Una singular sinergia con la que también se trataría dar respuesta al ‘plan renove’ de las aeronaves del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que llevan tiempo reclamando los sindicatos y que la propia Administración reconoce que ha limitado la operatividad.

Fuentes de la AEAT han explicado a El Confidencial que “tras un análisis en profundidad de la situación, y a raíz de un ofrecimiento del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se ha juzgado conveniente una explotación conjunta de la flota de aviones de la Secretaría General de Pesca”. Opción que se encuentra “en fase muy avanzada”, “próxima a materializarse” con la firma de ambos organismos, y que justifican “desde el punto de vista operativo y del mejor aprovechamiento de los recursos públicos”.

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Una vez se fragüe el acuerdo, “se tramitará una licitación pública para su operación y mantenimiento”, señalaron las fuentes consultadas, que precisaron que “aún están por definir” las ubicaciones de las bases operativas, “pero se pretende que una de ellas esté próxima a la zona del estrecho de Gibraltar y la otra en el noroeste del país”.

Fin de un convenio con Defensa

El convenio que existía con el Ejército del Aire finalizó el 2 de octubre de 2020 y, aunque “se valoró por ambas partes la firma de uno nuevo”, finalmente se descartó esta posibilidad “debido a la obsolescencia de los aviones y de su equipamiento de misión”. Esta situación, denunciada en diversas ocasiones por el Sindicato Independiente de la Agencia Tributaria (SIAT), “generaba una baja disponibilidad y una merma constante de la horas de vuelo anuales, que pasaron de 1.156 en el año 2015 a 482 en 2019, con el consiguiente incremento del coste de la hora de vuelo”.

Luis Baltar, responsable nacional del SIAT, manifestó que los aviones con los que trabajaba el SVA se encontraban en una “situación pésima, lamentable”, y que algunos de ellos tienen “más de 30 años de antigüedad”. Unos medios muy inferiores a los que tienen a su disposición los narcos que operan en el Campo de Gibraltar, la Costa del Sol o el litoral gallego, por lo que reclama una mayor y mejor dotación para “equilibrar las fuerzas”.

“La flota aérea está en proceso de enajenación”, manifestaron desde la Agencia Tributaria, que precisó que, “en cuanto a los helicópteros de Vigilancia Aduanera, sus bases fijas siguen siendo Algeciras, Almería y Vigo”.

Baltar, por su parte, no ocultó su preocupación por cómo se va a ejecutar esta fórmula de utilización conjunta de las aeronaves y si la flota del SVA se va a ver mermada, ya que ha llegado a tener seis aviones desplegados en todo el país. “Lo que pasa es que, últimamente, solo volaban dos con las piezas que se quitaban a los otros cuatro”, criticó.

Cámaras, radar y faro de búsqueda

La Secretaría General de Pesca dispone de tres aviones modelo EADS-CASA C-212 serie 400, llamados Sancti Petri, Doñana y Roche y, hasta el momento, con bases en Alicante, Torrejón de Ardoz, Jerez y Las Palmas. Según se informa en la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los aparatos cuentan con sistemas de grabación nocturnos y diurnos, cámara fotográfica, transmisión de datos, faro de búsqueda y radar de búsqueda externo al cuerpo del avión con cobertura de 360 grados. Además, tienen capacidad para 10 pasajeros, “rampa posterior para lanzamiento de equipos de salvamento” o “puerta en el techo para amerizajes de emergencia”.

“Tan pronto como se inicie la operación de vuelo con los aviones de Pesca, en las bases desde la que operen se dispondrá de las instalaciones precisas para atender las necesidades de las tripulaciones”, explicaron las fuentes de la AEAT, que consideraron lógico que se desmantelen las dependencias que el personal del SVA tenía, por ejemplo, en la base del Ejército del Aire en Málaga. “No hay soporte jurídico que justifique la permanencia del material en esa instalación”, recalcaron, antes de agregar que “hace tiempo que no se utilizaban, solo en las ocasiones en las que uno de los aviones estaba destacado allí, lo cual tenía carácter eventual y no permanente”.

Fuentes del SIAT se mostraron contrarias a esta decisión y consideraron que “la operatividad se va a resentir” si finalmente se deja a Málaga sin una base para los medios aéreos del Servicio de Vigilancia Aduanera.