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La desconfianza de los aliados y la crisis de Cs comprometen las leyes estrella del Gobierno
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La desconfianza de los aliados y la crisis de Cs comprometen las leyes estrella del Gobierno

Las susceptibilidades en el bloque de investidura de Sánchez y la sangría que sufre el partido de Arrimadas en las Cortes Generales debilitan las dos principales mayorías parlamentarias del presidente hasta le fecha

Foto: Gabriel Rufián conversa con Inés Arrimadas. (EFE)
Gabriel Rufián conversa con Inés Arrimadas. (EFE)
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La crisis interna de Ciudadanos, que ya tiene alcance dentro del Congreso y el Senado, podría tener consecuencias más allá del nuevo tablero en el centro derecha. La sangría que sufre la formación de Inés Arrimadas con la embestida del PP para arrasar sus cuadros pone en riesgo la mayoría alternativa en la que Pedro Sánchez se ha apoyado varias veces en votaciones clave, como los últimos estados de alarma de la pasada primavera.

Pero, si el presidente del Gobierno mira a la mayoría del bloque de la investidura, el panorama no resulta más alentador debido a la desconfianza que se ha instalado entre los grupos parlamentarios que lo forman. ERC, el socio más importante para la dirección del PSOE en el Congreso, ha advertido a la portavoz, Adriana Lastra, e incluso a Moncloa que, si no recogen algunas de sus reclamaciones en próximos proyectos, sobre todo en la futura ley de vivienda o en el de memoria democrática, la formación independentista se desmarcará del apoyo. Igualmente, exige una fecha para los indultos de los presos del 'procés', objetivo que las elecciones madrileñas del 4 de mayo no parece que vayan a acelerar.

Fuentes de Esquerra explican a El Confidencial que la base de estas discrepancias no es reciente, sino que se ha ido construyendo poco a poco durante los últimos meses. El viraje ideológico del PSOE, en concreto de Pedro Sánchez, constatado a juicio de las fuentes en la apuesta por pactar con Cs cambios en ejecutivos autonómicos y locales (se han conocido las mociones de censura del Gobierno murciano y del Ayuntamiento de la capital de la región), ha molestado sobremanera a ERC, que además ha decidido endurecer sus posiciones. Ya antes de las elecciones catalanas la incomodidad con los socialistas se hizo notoria. "O cambian o se van a llevar un buen susto en la ley de vivienda, y ya veremos en la de memoria o en la de cambio climático", advierten las fuentes.

Foto: El todavía vicepresidente segundo, Pablo Iglesias (d), durante el pleno del Congreso junto al presidente, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. (EFE)

Recalcan estas mismas fuentes que sin los 13 diputados de ERC, el Gobierno se verá obligado a atar otros respaldos, entre ellos el del PNV. No pasan las relaciones con los nacionalistas vascos por el mejor momento, aunque tampoco la tensión es tanta como con otras formaciones. La inestabilidad que muestran los socios del Gobierno de coalición, y por la que protestó el portavoz parlamentario, Aitor Esteban, hace pocos días, así como las formas con las que el grupo socialista encauza las negociaciones, no hacen fluidas las relaciones en el Congreso. Con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, sin embargo, cambian las tornas y al menos con ella se producen avances en el calendario de transferencias, aunque lentos.

Advertencias que no cesan

EH Bildu lleva tiempo avisando. Su respaldo, que ocasionalmente se traduce en el sí de sus cinco diputados, se está produciendo en medidas sociales. Es novedosa la irrupción de la formación 'abertzale' en los bloques parlamentarios que hacen avanzar la legislación española, pero su apoyo no sale gratis ni barato. Para este partido, que el PSOE busque a Cs es motivo inexcusable para romper puentes.

Dentro del bloque de investidura, le quedan al Gobierno las formaciones minoritarias encuadradas en el grupo plural (Más País, Compromís, especialmente) y en el mixto (Teruel Existe, el Partido Regionalista Cántabro y Nueva Canarias). Fuentes de estos partidos dejan claro que el respaldo, si es para una normativa social o para reforzar el Estado de Bienestar, no tiene por qué peligrar. "Con los derechos de los ciudadanos no se juega", zanja un diputado consultado. Ahora bien, piden al Gobierno, y en concreto a Sánchez, que apueste por la mayoría de izquierdas que hay en el Congreso.

Si al PSOE se le escapa el apoyo de ERC y tiene en entredicho los dos partidos vascos, la tramitación de sus leyes se ve más que comprometida

El equilibrio de la aritmética parlamentaria es tremendamente frágil; el presidente, de hecho, salió investido con dos votos de diferencia. Si al PSOE se le escapa el apoyo de ERC (13 escaños) y tiene en entredicho los dos partidos vascos (PNV y Bildu: 11 escaños en total), la tramitación exitosa de sus leyes estrella se ve más que comprometida. Y la situación se agrava si el socio, Unidas Podemos (35 diputados), confirma una amenaza que ya ha deslizado: ir por libre en el voto. Ello abocaría la legislatura a una inestabilidad alarmante.

Lo que viene, legislativamente hablando, no es un periodo de transición. El Congreso roza la aprobación de la nueva norma sobre cambio climático, que podría tener lugar en abril. Nada indica que una ley tan trascendente sea rechazada, pero su debate puede augurar un camino lleno de espinas para el Gobierno. Porque quedan por llegar, ni más ni menos, que la ley de memoria democrática, la de vivienda o la de garantía de la libertad sexual (conocida como la ley del 'sí es sí'). No son las únicas: la de protección de los consumidores ante la vulnerabilidad social o la de igualdad de trato también pueden deparar algún que otro sobresalto.

La expectativa frágil de Ciudadanos

La estrategia de Arrimadas durante el último año, apostando por devolver a Ciudadanos su vocación de partido bisagra, le ha permitido al Gobierno de coalición tener una opción distinta a la de depender exclusivamente de sus socios de investidura. Como la presión de los republicanos catalanes siempre ha provocado que el Gobierno (a pesar de los recelos de Podemos) mirara con más interés a los naranjas, resulta esencial mantener una garantía numérica en el Congreso. La marcha de uno de sus diputados al grupo mixto, el sevillano Pablo Cambronero (muy cercano a Fran Hervías, el exsecretario de Organización de Albert Rivera, que saltó a las filas del PP), dejó al grupo de Arrimadas en nueve. Las alarmas se volvieron a encender horas después cuando sospecharon que podían sufrir la misma suerte con Marta Martín.

Pero la diputada alicantina, que acudió a la reunión del grupo parlamentario a primera hora del jueves, terminó confirmando su renuncia al escaño tras verse a solas con Arrimadas en un segundo encuentro. Para el partido era esencial asegurarse a una persona comprometida con la causa y con la línea actual, en mitad de la descomposición, que no tuviera la tentación de caer en la ofensiva de los populares.

Al correr la lista por Alicante, entrará el exdiputado Juan Ignacio López-Bas Valero, que ya ha confirmado su “lealtad” a los naranjas, despejando cualquier duda de deserción. Fuentes cercanas a Arrimadas muestran su “tranquilidad” sin esconder que era “muy importante” mantener los nueve diputados para configurar determinadas mayorías en el Congreso. Saben que, si no suman lo suficiente, perderían mucha influencia.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado lunes en París. (EFE)

Ciudadanos consiguió ser decisivo en votaciones sobre el estado de alarma y determinados decretos con una suma que incluía al PNV y algunos partidos regionalistas. Es lo que se denomina la alternativa a ERC y Bildu, que también exploró Moncloa para aprobar los Presupuestos Generales. Los contactos y las reuniones se sucedieron hasta el final.

Arrimadas nunca escondió que pretendía intervenir en las cuentas públicas, pero advirtió que su vía era incompatible con la de los independentistas catalanes. Al final, el acuerdo llegó con los socios de investidura, gracias también al papel de Pablo Iglesias, que ahora abandona el Gobierno para concurrir a las elecciones madrileñas del 4 de mayo.

El camino de Arrimadas

La hoja de ruta aprobada por la líder de Cs en el comité ejecutivo del lunes, el mismo que ha dado pie al goteo de marchas que ella misma advirtió a sus principales dirigentes, confirma la voluntad de seguir pactando a izquierda y derecha, manteniendo con vida los gobiernos con el PP en Andalucía, Castilla y León o el Ayuntamiento de Madrid, pero con la ambición de seguir influyendo en políticas nacionales en el Congreso. Para eso el partido necesita tener las filas más prietas que nunca y evitar fugas que puedan hacer saltar por los aires la aritmética.

Arrimadas ahora ya no ve ningún riesgo posible. Con la llegada del sustituto de Martín, que incluso ha manifestado su lealtad públicamente, el resto del grupo se mantiene “como una roca” en palabras de uno de sus miembros. “Ya no hay fugas posibles”, adelantan. Junto a ella se encuentran sus escuderos, José María Espejo (que se centrará en el grupo parlamentario tras ser apartado de la estrategia nacional) y Edmundo Bal (portavoz nacional y hombre fuerte de la presidenta).

Foto: Ignacio Aguado y Edmundo Bal en la sede del partido. (Eugenia Morago)

También Guillermo Díaz, muy cercano a Arrimadas y nuevo integrante de la cúpula, exactamente igual que la diputada Sara Giménez. En cuanto a Miguel Gutiérrez, otro gran veterano del grupo parlamentario, se encuentra inmerso en la preparación de las elecciones madrileñas del 4 de mayo. Las diputadas por Valencia y Cádiz, María Muñoz y Mari Carmen Martínez, completan el reducido grupo, y asumen importantes labores del grupo en la Cámara, además de contar también con la confianza total de Arrimadas.

El mazazo de Cambronero, eso sí, ha hecho mella en el grupo. Consideran que los movimientos sí se hicieron “a traición”, a diferencia del caso de Marta Martín, a la que al menos le agradecen haber renunciado al acta. Destacados dirigentes como Luis Garicano intervinieron públicamente al ver la situación que afrontaba el grupo en Madrid, reprochando a la diputada por Alicante que pudiera continuar con el camino de Cambronero y los senadores, Emilio Argüeso y Ruth Goñi, que abandonaron el barco la noche anterior. Por ahora todos han manifestado su marcha al grupo mixto, pero en el partido descuentan que terminarán en los brazos del PP.

La crisis interna de Ciudadanos, que ya tiene alcance dentro del Congreso y el Senado, podría tener consecuencias más allá del nuevo tablero en el centro derecha. La sangría que sufre la formación de Inés Arrimadas con la embestida del PP para arrasar sus cuadros pone en riesgo la mayoría alternativa en la que Pedro Sánchez se ha apoyado varias veces en votaciones clave, como los últimos estados de alarma de la pasada primavera.

Pedro Sánchez Inés Arrimadas Gabriel Rufián Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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