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Odio, desorden, incitar a la violencia... El rosario de ilícitos que enfrenta Echenique
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LAS denuncias de los sindicatos policiales

Odio, desorden, incitar a la violencia... El rosario de ilícitos que enfrenta Echenique

La Fiscalía incoa diligencias de investigación a raíz de las denuncias interpuestas por los tres mayores sindicatos policiales a cuenta del tuit en el que el portavoz de Unidas Podemos apoyó a los alborotadores

Foto: Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados. (EFE)
Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Los tuits se han convertido en un arma peligrosa que puede elevar a su autor a los púlpitos más deseados, donde millones de seguidores concentran sus miradas con fascinación motivada por la originalidad o la valentía del mensaje, o puede desterrarlo a los infiernos más despreciables. En esta montaña rusa aún inconclusa se encuentra montado el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, tras el recado escrito que lanzó en Twitter el pasado 17 de febrero. "Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles; ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol", dijo el dirigente político del partido gubernamental cuando los alborotadores protagonizaban ataques contra policías y comercios en los núcleos urbanos de la Ciudad Condal y de la capital de España.

El mensaje, que registró más de 3.000 retuits y cerca de 10.000 'me gusta' y fue comentado más de 10.000 veces, aupó al diputado a la cúspide de la popularidad. Los partidos de la oposición centraron sus discursos de los días posteriores en este comentario mientras los policías, visiblemente afectados, lo leyeron como un ataque perpetrado por una formación que sostiene el Gobierno, esa institución precisamente de la que todos esos funcionarios dependen a través del Ministerio del Interior. Enervados, los representantes sindicales de los agentes se lanzaron a la palestra pública a defender a sus compañeros, ante la inconsistencia del ministro Fernando Grande-Marlaska, que tardó dos días en referirse al asunto y que, cuando lo hizo, se limitó a realizar una "condena" de la violencia callejera y a defender la labor policial. "Son actitudes injustificables en una sociedad democrática", dijo en la Cámara Baja el titular de Interior, quien sin embargo evitó valorar las palabras de Echenique.

Los sindicatos policiales apelaron entonces a la intervención de la Fiscalía y amenazaron con llevar a cabo sus propias medidas legales en el caso de que el Ministerio Público no tomara la iniciativa. Las organizaciones Jupol, Sindicato Unificado de Policía (SUP) y Confederación Española de Policía (CEP) interpusieron entonces escritos en paralelo ante la Fiscalía General del Estado contra lo que consideraban un respaldo gratuito a la violencia callejera por parte del portavoz de Unidas Podemos y un ninguneo hacia las fuerzas de seguridad que dependen orgánica y estructuralmente del Gobierno y que tienen la competencia constitucional delegada por los ciudadanos de velar por el orden público.

El Ministerio Público decidió días después, aunque la resolución se conoció ayer, incoar diligencias de investigación con base en las denuncias presentadas por las organizaciones sindicales con el fin de determinar si Echenique pudo incurrir en algún tipo de ilícito penal a raíz de sus palabras. El escrito de Jupol acusa al dirigente político de un delito de odio, contemplado en el artículo 510 del Código Penal, que castiga con hasta cuatro años de prisión a su autor. A juicio de la organización sindical, el portavoz de Unidas Podemos "alentó, aunque fuera de manera indirecta, una situación de riesgo para las personas o derechos de terceros o para el propio sistema de libertades".

Foto: Policías nacionales sofocan un contenedor incendiado en Madrid. (Sergio Beleña)

"Incitar a la violencia callejera, a la generación del caos con tremendos daños materiales y heridos como consecuencia de las acciones de guerrilla urbana, aprovechando estas situaciones de caos para asaltar establecimientos, para el robo y el pillaje, creando un manifiesto clima de inseguridad ciudadana, todo ello impulsado desde el amparo y la protección de su condición de diputado, merece un reproche penal", sostiene Jupol, que pide a la Fiscalía tener en cuenta la "circunstancia agravante de discriminación por odio del artículo 22.4 del Código Penal y la exaltación de la violencia" a la hora de determinar las responsabilidades penales del dirigente.

"El mensaje se publicó en un contexto" que Echenique conocía "perfectamente" y cuyos efectos eran previsibles, argumenta el escrito del sindicato, que recuerda que esa tarde "los manifestantes violentos" estaban "centrando sus ataques en la Policía", en el "mobiliario urbano, los escaparates, los contenedores y los vehículos", mientras los funcionarios trataban de evitar más destrozos. "La violencia fue unidireccional; la Policía fue la única que en cumplimiento de su deber estaba frente a los violentos", arguye Jupol, que pone en evidencia la cantidad de "compañeros que resultaron heridos" como consecuencia de esas agresiones. "El delito de odio es evidente, pues [Echenique] solo refiere violencia de la Policía, a la que califica de fascista, y omite cualquier referencia a la verdadera violencia, apoya a los violentos de manera explícita y pone en el punto de mira a los funcionarios", resume el escrito.

placeholder Disturbios posteriores a las manifestaciones de apoyo a Pablo Hasél en Girona. (EFE)
Disturbios posteriores a las manifestaciones de apoyo a Pablo Hasél en Girona. (EFE)

El Sindicato Unificado de Policía deja abierto el tipo de ilícito que podría haber cometido Echenique y se limita a interponer un escrito ante la Fiscalía para que sea el Ministerio Público el que determine el delito. "El objetivo es impedir la impunidad de esas manifestaciones del dirigente de Podemos, de una gravedad extraordinaria, por cuanto pudieron constituirse en elemento de respaldo a quienes estaban provocando incidentes, acometiendo a los policías nacionales que formaban parte del dispositivo desplegado para preservar la seguridad pública", defendió el SUP, que calificó de "impropia de un diputado" la actitud del portavoz parlamentario, que representa a un "partido que forma parte del Gobierno". "Sabía que lo único que merecían las algaradas de la Puerta del Sol era una rotunda condena", añaden. "Fue irresponsable por el momento que eligió y por el contenido".

"El mensaje que lanzó fue una falta de respeto para todos los policías heridos en esos disturbios, a los que aún no ha enviado un solo mensaje de apoyo", valora el sindicato, que rechaza "cualquier intento de politizar el trabajo policial". "Somos servidores públicos y nuestra única referencia es la legalidad y su cumplimiento; pedimos respeto a ese trabajo y apoyo del Gobierno frente a ataques partidistas interesados", subraya. "Para este diputado, parece haber heridos de primera (manifestantes violentos) y de segunda (policías que pretenden restablecer el orden)", agregan desde el SUP, que pretende que "la Justicia investigue a fondo" al diputado.

Foto: Protesta en Madrid por la detención de Pablo Hasél. (Sergio Beleña)

La Confederación Española de Policía, por su parte, se desmarca de estos supuestos delitos de odio e injurias en los que habría incurrido Echenique según las otras dos organizaciones sindicales y centra sus acusaciones en otra estrategia, la de que el diputado cometió los ilícitos recogidos por los artículos 557 Bis y 559 del Código Penal, relacionados con la alteración del orden público. La denuncia de CEP considera que el tuit del dirigente de Unidas Podemos se incardina en estos supuestos porque los mencionados puntos de la norma castigan también los "mensajes o consignas que o bien inciten a la comisión de delitos de disturbios o sirvan para reforzar la decisión de llevarlos a cabo".

Según el sindicato denunciante, "el acto de violencia resultó potencialmente peligroso para la vida de las personas o pudo causar lesiones graves". "En este apartado, se contemplan expresamente comportamientos que se dieron en los disturbios de la Puerta del Sol, como el lanzamiento de objetos contundentes (adoquines, piedras, botellas, vallado, señales) y el incendio (quema de contenedores y papeleras)", argumenta la confederación policial, que destaca en su escrito que durante estos altercados los manifestantes "utilizaron medios para ocultar el rostro" con el fin de dificultar su identificación. En ese contexto, continúa la organización, "Echenique emitió un mensaje en redes sociales a una hora en la que ya era de público dominio la grave situación que se estaba produciendo en el centro de Madrid", sostiene la CEP.

Un mensaje de apoyo

"Siendo consciente de esa violencia y de su peligrosidad para policías y ciudadanos, lanzó un mensaje que, sin llegar a incitar expresamente a la comisión de delitos de alteración del orden público, sirvió como elemento de refuerzo de la decisión de llevarlos a cabo, al mostrar 'todo mi apoyo' a los 'jóvenes antifascistas (...) hoy en la Puerta del Sol' en un momento en que la violencia ya se había expresado en su máxima intensidad", sostiene la denuncia a la que ha tenido acceso El Confidencial. "Sin llegar a condenar los hechos violentos que se estaban produciendo, Echenique lanzó un mensaje que los participantes en estos hechos solo pudieron interpretar como una muestra de elogio, respaldo y legitimación en sus agresiones contra la Policía Nacional, el mobiliario urbano y comercios", argumentan los denunciantes.

"El análisis de las imágenes de los primeros incidentes (con lanzamiento de todo tipo de objetos contundentes y agresiones a las fuerzas de seguridad) acredita que en los mismos participó una amplia mayoría de asistentes a la concentración" que había tenido lugar previamente, destacan los denunciantes, para quienes "no cabe duda de que si los graves disturbios ya eran conocidos y el mensaje [de Echenique] no recogía condena alguna sobre ellos, los protagonistas de los altercados recibieron un respaldo público cualificado", nada menos que el de "un portavoz parlamentario de un partido político con presencia en el Gobierno de España". El tuit, por lo tanto, "se constituyó en elemento reforzador de estos actos vandálicos", añaden.

Hay precedentes variopintos de condenas contra personajes públicos por verter en Twitter lo que les brotaba de las entrañas. El más próximo en el tiempo y en el espacio es precisamente el del rapero Pablo Hasél, que fue condenado a nueve meses de prisión por la Audiencia Nacional, un castigo que luego confirmó el Tribunal Supremo. La Fiscalía interceptó casi 2.000 tuits en el perfil personal de Hasél con apelaciones a ETA, los Grapo, el Rey, la monarquía, el terrorismo, los Borbones, la Policía o la Guardia Civil que sirvieron para sustentar la condena. El cantante fue detenido el pasado 16 de febrero para ingresar en prisión, lo que derivó en las comentadas protestas callejeras que apoyó Echenique con el mencionado tuit ahora investigado por la Fiscalía.

Los tuits se han convertido en un arma peligrosa que puede elevar a su autor a los púlpitos más deseados, donde millones de seguidores concentran sus miradas con fascinación motivada por la originalidad o la valentía del mensaje, o puede desterrarlo a los infiernos más despreciables. En esta montaña rusa aún inconclusa se encuentra montado el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, tras el recado escrito que lanzó en Twitter el pasado 17 de febrero. "Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles; ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol", dijo el dirigente político del partido gubernamental cuando los alborotadores protagonizaban ataques contra policías y comercios en los núcleos urbanos de la Ciudad Condal y de la capital de España.

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