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El Gobierno aúpa a Casado como líder de la oposición en plena renovación institucional
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ALMUERZO CON LAS INSTITUCIONES

El Gobierno aúpa a Casado como líder de la oposición en plena renovación institucional

Le correspondía acudir al acto, pero después almorzó con las principales instituciones. Los gestos hacia él se notaron y contrastaron con la imagen de Iglesias o la irrelevancia de Vox

Foto: El Rey, junto a los otros nueve asistentes al almuerzo, ayer. (EFE)
El Rey, junto a los otros nueve asistentes al almuerzo, ayer. (EFE)

El acto que conmemoró el 40º aniversario del fallido golpe de Estado del 23-F reunió a todas las instituciones del Estado en el Congreso y sirvió para fortalecer las relaciones entre los dos principales partidos de la Cámara, en mitad de una negociación clave para la renovación de los órganos constitucionales. Pablo Casado, en su condición de jefe de la oposición, jugó un papel protagonista y acudió al almuerzo de trabajo que se celebró después con el Rey, Pedro Sánchez, las presidentas del Congreso y el Senado, el presidente del Tribunal Constitucional, el del Tribunal Supremo y el CGPJ, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y los dos ponentes de la Constitución vivos, Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

El protocolo de todos los actos oficiales a efectos de ordenación de autoridades se rige por el Real Decreto 2099/83, de 4 de agosto, y otorga ese rol al líder de la oposición. Pero, probablemente por el contexto actual de negociaciones entre PP y PSOE y los efectos de la pandemia en cuanto a la limitación de aforos, hicieron que Casado resaltara especialmente en una jornada clave como la de ayer. La imagen chocó con la del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que ni siquiera aplaudió las palabras de Meritxell Batet y del Rey durante el acto, y que no escondió una cierta incomodidad. Tampoco Vox tuvo relevancia, a pesar de que muchos de sus diputados y empleados acudieron a la carrera de San Jerónimo para brindar su respaldo al monarca.

El Rey y la presidenta del Congreso ensalzaron la solidez del sistema democrático y los pilares de la Constitución de 1978 (en pleno debate abierto por Iglesias sobre si hay o no 'plena normalidad democrática' en España y que, en esta ocasión, pasó del todo desapercibido), y mentaron el papel desempeñado por el rey Juan Carlos, “determinante” para el triunfo de la democracia, en palabras de Felipe VI.

Foto: El Rey, en el Congreso por el 40 aniversario del 23-F. (EFE)

Los portavoces de los principales socios parlamentarios del Gobierno (nacionalistas e independentistas) se ausentaron del acto. Iglesias acudió como vicepresidente, pero no celebró ninguno de los discursos y no ocultó que su presencia se ceñía a la responsabilidad institucional. Al término, mientras las imágenes mostraban conversaciones entre el Rey y algunos asistentes, el vicepresidente miraba su teléfono móvil.

La comida posterior en una de las estancias de la Cámara duró cerca de dos horas y tuvo, además de dos platos y un postre de frutas, mucho interés por los asistentes a la mesa. Según algunos de los presentes, en las conversaciones cruzadas no se mencionó al Rey emérito, ni tampoco la negociación en marcha para renovar el CGPJ. Sí hubo un tono amable y cordial entre el presidente del Gobierno y el líder del PP, hasta el punto de que comensales que no acostumbran a compartir tantos momentos con ambos, como los padres vivos de la Constitución, no escondieron una cierta sorpresa por la buena sintonía mostrada entre los dos.

placeholder Carmen Calvo, junto a Pablo Casado, Ana Pastor y Cuca Gamarra. (EFE)
Carmen Calvo, junto a Pablo Casado, Ana Pastor y Cuca Gamarra. (EFE)

En un lado de la mesa estaban Sánchez y Roca, junto al Rey. Enfrente, Casado, con Batet y Lesmes. A pesar de las distancias entre los comensales, la conversación transcurrió entre todos ellos en todo momento, aseguran a este diario.

El presidente, Batet, Calvo y Casado acompañaron al jefe del Estado al terminar el almuerzo hasta el vehículo oficial. La vicepresidenta y el líder del PP pasaron un buen rato juntos y hablaron tanto durante el acto como al término del almuerzo. El entorno de ambos reconoce que la relación es “buena y cordial”, y hacen hincapié en que los dos grandes partidos parecen ser más conscientes que nunca de que deben entenderse para sacar adelante cuestiones fundamentales que requieren de una mayoría de tres quintos, que implica necesariamente romper los bloques habituales en la Cámara. Como publicó este diario, el principal partido de la oposición asiste con atención a la situación que atraviesa el Gobierno de coalición y la inestabilidad, cada semana plasmada en la Cámara, de sus socios parlamentarios.

El contexto de negociación actual (sobre el CGPJ, pero también sobre nombramientos pendientes del TC, el consejo de administración de RTVE y el defensor del pueblo, con todas las miradas puestas en Ángel Gabilondo) hizo que el despliegue del Gobierno con el jefe de la oposición ayer fuera visto de otra manera.

placeholder El Rey, junto a Pedro Sánchez y Carmen Calvo. Al fondo, Pablo Iglesias. (EFE)
El Rey, junto a Pedro Sánchez y Carmen Calvo. Al fondo, Pablo Iglesias. (EFE)

No escatimaron en conversaciones y en mostrar una actitud posibilista, que hace previsible el anuncio del primer gran pacto de los dos partidos de esta legislatura. En el PP, insisten en que no tienen “ninguna prisa” y que su objetivo es que “las cosas se hagan bien”. Pero no niegan que puede ser cuestión de horas o días.

Con respecto al CGPJ, tras meses sin avances, la semana pasada se reactivó la negociación que podría alumbrar, por fin, el acuerdo definitivo. Para el PP, lo esencial, además de la renovación en sí, es el paquete de medidas para reforzar la independencia judicial que saldrá del acuerdo: que no haya políticos ni expolíticos en las propuestas del órgano de los jueces, que se mantenga la mayoría de tres quintos (y se retire la propuesta de PSOE y Unidas Podemos para rebajar la mayoría necesaria), que los propios jueces elijan a los 12 vocales judiciales y que ningún cargo político pueda ser fiscal general del Estado en un plazo de cuatro años tras dejar el cargo para que no se repitan nombramientos como el de Dolores Delgado.

El acto que conmemoró el 40º aniversario del fallido golpe de Estado del 23-F reunió a todas las instituciones del Estado en el Congreso y sirvió para fortalecer las relaciones entre los dos principales partidos de la Cámara, en mitad de una negociación clave para la renovación de los órganos constitucionales. Pablo Casado, en su condición de jefe de la oposición, jugó un papel protagonista y acudió al almuerzo de trabajo que se celebró después con el Rey, Pedro Sánchez, las presidentas del Congreso y el Senado, el presidente del Tribunal Constitucional, el del Tribunal Supremo y el CGPJ, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y los dos ponentes de la Constitución vivos, Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

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