Así se defendió López para juzgar Gürtel: "Que el PP sea condenado me es indiferente"
Se opuso a su recusación como ponente de la sentencia por la primera etapa de la trama alegando que jamás había ostentado "cargo alguno"
Corría el año 2015. Enrique López, actual consejero de la Comunidad de Madrid y miembro de la Ejecutiva, era por aquel entonces miembro de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Por reparto, le correspondía juzgar el caso Gürtel –al igual que después ocurriría con el procedimiento sobre la presunta caja B del PP– junto a otros dos compañeros. Cuando las acusaciones le recusaron por su cercanía al partido en el que ahora ocupa un cargo destacado, defendió en un largo escrito su imparcialidad y su independencia como juez al margen de la formación. "Que los acusados en este procedimiento y los partícipes a título lucrativo (entre ellos el PP) puedan resultar condenados o absueltos me es absolutamente indiferente, más allá del cumplimiento de mi deber de administrar justicia conforme a la ley", señaló en el escrito remitido por López a la Sala de lo Penal.
"Quiero poner de manifiesto que jamás he ostentado cargo alguno en el que se me haya sometido a disciplina. Jamás he sido nombrado ministro, secretario de Estado, subsecretario o director general; jamás he sido un cargo electo como diputado o senador. Puedo asegurar que ni en lo más recóndito de mi voluntad existe algún tipo de interés que no sea la recta aplicación de la norma", decía.
López ha saltado esta semana a los titulares después de que se conociera que, dos años más tarde de aquel 2015, participó como mediador entre el abogado que representa al PP en las causas de corrupción, Jesús Santos, y un estrecho amigo de Luis Bárcenas, la mayor de las amenazas para el partido. El letrado mantuvo reuniones frecuentes con el enlace del extesorero durante cuatro años. Los contactos se prolongaron hasta la antesala de la sentencia del Tribunal Supremo que confirmó las penas por la primera época de actividades de la trama que lideraba Correa. Penas impuestas por un tribunal del que López fue apartado pese a sus argumentos para quedarse.
El ahora consejero razonó en un escrito de más de 30 páginas los motivos que, en su opinión, respaldaban su permanencia en aquel tribunal. Aseguró que no tenía ningún interés "ni cercano ni remoto" en ser uno de los tres jueces que juzgaran la trama Gürtel. "No concurre interés alguno, ni directo ni indirecto, ni cercano ni remoto, tampoco albergo algún tipo de prejuicio o inclinación personal ni una predisposición", decía.
Aseguraba que él no había ni "buscado" ni mucho menos "deseado" esa situación y se quejó del trato que le daban los medios de comunicación: "Han corrido ríos de tinta y minutos de tertulias donde se me ha descalificado, cuestionado como profesional, mofado e injuriado".
A pesar de esas opiniones que –criticaba– le conferían cercanía al partido y le descalificaban para juzgar con objetividad e imparcialidad, en su opinión no había motivos para ser apartado. Confiesa en ese escrito que su "honesta" opinión es que no concurría ninguna causa legal para no formar parte del tribunal. Respecto a su participación desde 2003 en seminarios celebrados en la FAES, decía que "en modo alguno le generan intereses de cualquier naturaleza con el PP" ni obstaculizaban su imparcialidad.
"Agradecimiento"
En aquel momento, López se defendía de las acusaciones sobre su 'inclinación' ideológica que las partes, también la Fiscalía, apoyaban en sus nombramientos anteriores. El ahora consejero había sido vocal a propuesta del PP en el Consejo General del Poder Judicial, donde ostentó la portavocía, y había ocupado plaza en el Tribunal Constitucional, que abandonó tras ser sorprendido en el ya famoso episodio de la moto.
Respecto a estos dos puestos, señalaba que tales nombramientos "en modo alguno" le generaban interés en el procedimiento. Respecto al CGPJ, recordaba que había sido designado por el Senado en una propuesta conjunta del PP y del PSOE. "Nada de esto podrá impedir a este juez actuar con plena imparcialidad (...) puesto que los naturales sentimientos de agradecimiento por tales nombramientos en modo alguno crean algún tipo de interés en el procedimiento".
Corría el año 2015. Enrique López, actual consejero de la Comunidad de Madrid y miembro de la Ejecutiva, era por aquel entonces miembro de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Por reparto, le correspondía juzgar el caso Gürtel –al igual que después ocurriría con el procedimiento sobre la presunta caja B del PP– junto a otros dos compañeros. Cuando las acusaciones le recusaron por su cercanía al partido en el que ahora ocupa un cargo destacado, defendió en un largo escrito su imparcialidad y su independencia como juez al margen de la formación. "Que los acusados en este procedimiento y los partícipes a título lucrativo (entre ellos el PP) puedan resultar condenados o absueltos me es absolutamente indiferente, más allá del cumplimiento de mi deber de administrar justicia conforme a la ley", señaló en el escrito remitido por López a la Sala de lo Penal.
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