La relación PSOE-ERC se enturbia o por qué Rufián preocupa ahora a Lastra
Los republicanos intensifican su tarea de oposición al Gobierno, acercándose al 'no a todo', incluyendo iniciativas conjuntas con la CUP o JxCAT
ERC venía avisando desde principios de año sobre su descuelgue del bloque de partidos que, primero en la investidura y después con los Presupuestos, aseguran la estabilidad del Gobierno de coalición. Y en el pleno de esta semana estuvo a punto de provocar una sonora derrota parlamentaria del Ejecutivo. EH Bildu, con su voto a favor, y principalmente Vox, con su abstención, evitaron 'in extremis' la derogación del decreto sobre los fondos europeos, fundamental para asegurar la ejecución de los 140.000 millones de euros provenientes de Bruselas para la recuperación económica.
Los republicanos han ido intensificando su tarea de oposición al Gobierno a medida que se iba acercando la campaña de las catalanas, hasta acercarse al 'no a todo', incluyendo iniciativas conjuntas con la CUP o JxCAT, que se mantienen en esta posición de rechazo desde el inicio de la legislatura. Un giro, de momento, táctico, pero que podría convertirse en estratégico en función de cómo se resuelva el puzle de la gobernabilidad en Cataluña. Con todo, su descuelgue del bloque de investidura se prolongará más allá del 14-F, hasta la formación del Govern, provocando una inestabilidad al Gobierno que duraría buena parte del actual periodo de sesiones. Lo obligaría a buscar una geometría variable con Ciudadanos, añadiendo dificultades para sacar adelante el paquete legislativo previsto.
La ofensiva de ERC se ha enfocado en varios planos, destacando lo que consideran una reprochable connivencia del Gobierno con actuaciones que han denunciado tanto de la monarquía como del ejército. Lo primero, volviendo a poner en la agenda "las actuaciones llevadas a cabo [por el Gobierno] en la marcha del Rey emérito del territorio del Estado el pasado mes de agosto", para lo que pidieron la comparecencia tanto del presidente, Pedro Sánchez, como de la vicepresidenta Carmen Calvo, y lo segundo, para poner en la diana a la ministra de Defensa, Margarita Robles, en relación con "pronunciamientos públicos de extrema gravedad para con los principios democráticos, por parte de diferentes estamentos militares, que están saliendo a la luz pública durante estas últimas semanas".
ERC promovió ya el pasado 19 de enero, con JxCAT, Bildu, CUP y BNG, la petición de una comisión de investigación "sobre la presencia de la extrema derecha en las fuerzas armadas y las eventuales intromisiones, injerencias e influencia de la misma, por medio de la jerarquía militar, en los poderes ejecutivo y legislativo". Otras iniciativas durante los últimos días las ha promovido solamente con la CUP, como la solicitud de convocatoria de la Diputación Permanente para la convocatoria de la Comisión de Sanidad y Consumo con la inclusión en el orden del día de la comparecencia del ya exministro de Sanidad Salvador Illa.
El motivo, en plena discusión y judicialización del aplazamiento de las elecciones catalanas, no era otro que pedir explicaciones al ahora candidato del PSC "sobre la conveniencia y el previsible impacto, desde un punto de vista sanitario, de la celebración de comicios electorales en plena tercera ola del covid-19".
El portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, aprovechará la sesión de control al Gobierno este miércoles para reprochar a Pedro Sánchez la salida de Salvador Illa del Ministerio de Sanidad en plena tercera ola de la pandemia. "¿Considera adecuado cambiar el ministro de Sanidad en mitad de la pandemia mundial más grave del último siglo?" es la pregunta que ha registrado el jefe de filas de los republicanos en el Congreso.
Tras no lograr tumbar en el último pleno del Congreso el decreto sobre los fondos europeos, que asociaron al objetivo de destinar estos recursos "a las grandes empresas del Ibex", ERC sí logró, junto al resto de grupos, la comparecencia del comisario Villarejo en la comisión de investigación sobre Kitchen que el PSOE pretendía vetar. "Ha costado torcer el brazo al Gobierno, porque recordemos que trabajó para 14 ministros y el PSOE algo tendrá que decir. Y Podemos no ha forzado demasiado la maquinaria", explicaba tras adoptarse la decisión el portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián. Anticipaba así con ese "el PSOE algo tendrá que decir" un interrogatorio en el que, además de la trama Kitchen, se cuestionaría su relación con anteriores gobiernos socialistas.
Precisamente, el propio Villarejo ya mostró sus intenciones en un escrito dirigido recientemente al magistrado que instruye su caso en la Audiencia Nacional, donde cargaba las tintas contra el PSOE, pero también contra Unidas Podemos. A ambos partidos los acusaba, entre otras cuestiones, de ofrecerle "la libertad a cambio de testificar contra adversarios políticos, exculpando a otros afines, sobre hechos que constan en el sumario" y aseguraba tener pruebas comprometedoras contra ambos. Previamente, ya había dejado caer en una entrevista en 'El País' la posibilidad de revelar, si comparecía, los trabajos que hizo para gobiernos del PSOE.
El giro pragmático de ERC queda ahora en suspenso, al igual que la relación entre Rufián y Adriana Lastra
La entrada de primer secretario del PSC en el Gobierno, Miquel Iceta, al frente del Ministerio de Política Territorial también ha sido recibida con un crítico distanciamiento, al contrario que otros grupos nacionalistas o regionalistas, que han alabado su perfil. Los republicanos no comparten la sensibilidad con las nacionalidades históricas que sí le otorga, por ejemplo, el PNV, y fuentes de la dirección del grupo ironizaban sobre esta imagen que "es como cuando se decía que Gallardón era progresista". "Iceta es Iceta", resumen estas mismas fuentes para desmitificar esta fama y poner en cuestión el perfil más camaleónico de quien sacó del programa del PSC la defensa de un referéndum o apoyó las manifestaciones de Societat Civil Catalana contra el Govern, junto a los partidos del autonominado 'bloque constitucionalista'. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, tampoco ha tenido nunca palabras de cercanía para quien ha acusado en repetidas ocasiones de aplaudir "la represión" y su entrada en prisión. En EH Bildu, se mueven en unas posiciones similares.
El giro pragmático de ERC queda ahora en suspenso, al igual que la relación entre Rufián y la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, que siempre fue calificada por ambos de muy buena y cuya comunicación era hasta ahora constante. Desde Moncloa, entienden que este distanciamiento es puro electoralismo y confían en mantener la interlocución, el caso es que todo dependerá de cómo se resuelva la gobernabilidad en Cataluña. Mientras tanto, los republicanos seguirán intensificando su oposición al Gobierno de coalición y, especialmente, al PSOE.
ERC venía avisando desde principios de año sobre su descuelgue del bloque de partidos que, primero en la investidura y después con los Presupuestos, aseguran la estabilidad del Gobierno de coalición. Y en el pleno de esta semana estuvo a punto de provocar una sonora derrota parlamentaria del Ejecutivo. EH Bildu, con su voto a favor, y principalmente Vox, con su abstención, evitaron 'in extremis' la derogación del decreto sobre los fondos europeos, fundamental para asegurar la ejecución de los 140.000 millones de euros provenientes de Bruselas para la recuperación económica.