Comida helada, hacinados... La cuarentena de soldados españoles en Letonia a -15 grados
Los soldados aislados regresarán mañana a España tras haber extendido su personal operación junto a la OTAN durante 10 días más con motivo del aislamiento por covid
La pasada Nochebuena comenzó una pesadilla para el contingente de soldados españoles trasladados a Letonia en el marco de la operación de la OTAN Enhanced Forward Presence, una misión disuasoria que tiene la finalidad de hacer ver a cualquier país ajeno a la alianza que los países europeos orientales también forman parte de ella y que cualquier ataque contra estos significa un atentado contra todos. Las jornadas previas a la Navidad comenzaron a saltar varios casos de covid que pronto se convirtieron en un gran número de positivos que obligaron a las autoridades del destacamento lideradas por el ejército canadiense a hablar de brote y a aplicar duros protocolos de aislamiento.
Esa noche previa a la Navidad, de hecho, los contingentes de cada país dejaron de tener contacto. Los soldados de Canadá, Albania, República Checa, Italia, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y España, que hasta ese momento habían entablado amistad, pasaron a aislarse con sus compatriotas. Todos ellos acudieron al comedor con sus mascarillas, cogieron la cantidad que les correspondía y se fueron a sus dependencias, donde solo tenían trato con sus paisanos. A partir de ese día, solo trabajó el personal estrictamente necesario para mantener la base de operaciones, explican fuentes del destacamento.
Como el número de positivos crecía, los canadienses —que lideraban el grupo— establecieron un sistema para aislar a los contagiados. Primero, la orden era que se quedaran en sus habitaciones quienes tenían baño propio. Los que lo tenían compartido o dormían junto a otros compañeros fueron enviados a unas tiendas de campaña si se demostraba que el contagio se había producido durante el trabajo. Solo si este había tenido lugar en la habitación, se confinaba a todo el cuarto, explica uno de los que estuvieron contagiados a El Confidencial.
Pero el recurso a las tiendas de campaña pronto se desbordó. Cada instalación acogía a siete personas que no podían salir más que para ir al baño, situado a 200 metros, o para fumar en la puerta de la dependencia. Una bomba de calor las mantenía calientes contra los hasta menos 20 grados centígrados que hacía a la intemperie. Sin embargo, el escaso tamaño de las tiendas hacía que los militares tuvieran apenas dos metros cuadrados de espacio para ellos, pues había que dividir el lugar en ocho a través de cortinas, por lo que no quedaba sitio más que para poner una cama, que era donde los soldados dormían, comían y permanecían en todo momento. La ropa la dejaban en el suelo y no contaban con mesas ni sillas algunas.
La comida se la traían inicialmente a la puerta para evitar cualquier contacto, pero en no pocas ocasiones los canadienses pasaban de avisarlos y se limitaban a dejar las bandejas. Cuando los aislados se querían acordar, las viandas estaban completamente congeladas. Más adelante, los encargados dejaron los alimentos sobre unas mesas cercanas a las tiendas. "Decían que las dejaban a las dos de la tarde, pero luego las traían media hora antes y no avisaban, con lo que se congelaban", explica el mismo soldado que se contagió y que ahora ya no está aislado, quien añade que, "por supuesto, dentro de la tienda no había microondas ni nada para recalentar".
En un primer momento, destaca, cabían todos los positivos en covid en las tiendas, pero poco después se desbordó el brote. "Entonces, llevaron a los españoles contagiados a una nave cercana y dejaron en las tiendas solo a los que habían tenido contacto directo con un caso positivo", detalla el soldado, que asegura que en las tiendas llegó a haber más de 70 compatriotas. "Ahora mismo, hay alrededor de 40 personas entre contagiados y sospechosos que cumplen cuarentena de 14 días", calcula el soldado, cuyas cifras no son compartidas por la autoridad competente.
"Es una misión, no un hotel"
Desde el Estado Mayor de la Defensa, admiten a El Confidencial que el brote ha existido, que ha habido españoles contagiados que han estado en tiendas, pero aseguran que ya no hay ninguno con covid confirmado. "Ha llegado a haber una veintena de contagiados como mucho", aseguran desde el alto mando de operaciones del Ministerio de Defensa, que considera que el brote internacional "ya está controlado" y que en estos momentos hay cerca de 30 españoles aislados, pero ningún contagio confirmado. Todos los que han estado en cuarentena, añade, regresarán a España el 24 de enero. El Ministerio letón de Defensa, sin embargo, aseguró ayer a EFE que los soldados españoles contagiados no volverán por "seguridad".
Sobre las condiciones en las que han estado allí los militares, desde el Estado Mayor destacan que en todo momento han tenido calefacción, incluso en las tiendas. Hay que tener en cuenta también, agregan, que "están en una operación, no están en un hotel". Los miembros de la Brigada Guadarrama XII y de Aalog de Sevilla, denominaciones técnicas de los batallones españoles desplegados en Letonia, tenían que haber regresado el pasado 15 de enero, como denunció la Asociación de Tropa y Marinería del Ejército (ATME), que el pasado jueves emitió un comunicado en el que situaba el número de contagiados españoles en 40 y el de aislados por contacto estrecho en un centenar.
ATME criticó el sistema de aislamiento, pues no había apenas distancia entre los soldados que compartían tienda de campaña, lo que provocó que cuando se contagiaba uno lo hicieran también todos los que vivían bajo la misma lona. "El 15 de enero, efectivamente, regresó el segundo relevo del contingente español, pero se dejó en la base de Letonia a unos 40 militares españoles, entre enfermos y aislados por contacto estrecho", continuó el comunicado de ATME, cuyo presidente, Marco Antonio Gómez, explica a El Confidencial que los soldados no tienen allí "ni para calentar café". Gómez ha trasladado a Defensa su preocupación por la situación.
La pasada Nochebuena comenzó una pesadilla para el contingente de soldados españoles trasladados a Letonia en el marco de la operación de la OTAN Enhanced Forward Presence, una misión disuasoria que tiene la finalidad de hacer ver a cualquier país ajeno a la alianza que los países europeos orientales también forman parte de ella y que cualquier ataque contra estos significa un atentado contra todos. Las jornadas previas a la Navidad comenzaron a saltar varios casos de covid que pronto se convirtieron en un gran número de positivos que obligaron a las autoridades del destacamento lideradas por el ejército canadiense a hablar de brote y a aplicar duros protocolos de aislamiento.
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