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Independentistas portorriqueños, grupos terroristas, neonazis: la sedición en EEUU
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Independentistas portorriqueños, grupos terroristas, neonazis: la sedición en EEUU

El Código Federal persigue con hasta 20 años a aquellos que conspiren para derrocar por la fuerza el Gobierno o que tomen cualquier propiedad de los Estados Unidos en contra de la autoridad

Foto: Uno de los ocupantes del Capitolio. (EFE)
Uno de los ocupantes del Capitolio. (EFE)
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Sedición. La palabra se deslizó en la primera de las reacciones públicas al ataque al Capitolio y la pronunció este miércoles nada menos que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden. "Estados Unidos está bajo un ataque sin precedentes que roza la sedición. No es disidencia, es caos", aseguró tras el asalto al Congreso de seguidores de su antecesor, Donald Trump. El delito, familiar en España a consecuencia de la condena de los líderes del 'procés', es habitual también en otros lugares del mundo y EEUU no es una excepción. En Norteamérica se ha definido como conspiración sediciosa ('seditious conspiracy') y aparece recogido en el Código Federal de Estados Unidos, título 18, 2.384. Afecta no solo a quienes lleven a cabo la acción sino también a quienes la ideen o planeen, a los organizadores.

En el artículo, se indica en concreto que si dos o más personas en cualquier estado o territorio, o en cualquier lugar sujeto a la jurisdicción de los Estados Unidos, conspiran para derrocar, sofocar o destruir por la fuerza el Gobierno o para librar una guerra en su contra o para oponerse por la fuerza a su autoridad, o por la fuerza para obstaculizar o retrasar la ejecución de cualquier ley de los Estados Unidos o para apoderarse o tomar cualquier propiedad de los Estados Unidos en contra de la autoridad, se enfrentarán a multas o penas de prisión de hasta 20 años.

La peculiaridad del delito es que se basa en la conspiración. Por su formulación, bastará la intención, el plan o el impulso para llevar a cabo el golpe o ataque para que los acusados por el mismo se vean en aprietos. Desde su introducción en el código, han sido varios los condenados por cometerlo y todo apunta que volverá a emplearse contra los organizadores de la revuelta en el Capitolio, que se saldó con la ocupación de la Cámara y provocó al menos cuatro muertos.

Foto: Seguidores de Donald Trump irrumpen en el Capitolio. (EFE)

Los movimientos independentistas, principalmente el portorriqueño, y las organizaciones terroristas o grupúsculos violentos de extrema derecha o neonazis concentran las condenas por sedición. Las más antiguas se vinculan a Puerto Rico y a sus líderes secesionistas. Desde Pedro Albizu, en 1936, hasta la más reciente condena a Óscar López Rivera, indultado por el expresidente Barak Obama, algunos de ellos han sido penados con decenas de años por liderar revueltas contra el Gobierno en el territorio. Carmen Valentín fue otra de las condenadas. En todos los casos, se les acusó de atentar contra intereses norteamericanos mediante acciones pseudo terroristas.

Yihadismo y milicias cristianas

Otro de los hitos más famosos es lo sucedido con los miembros del grupo supremacista blanco La Orden, también conocido como The Silent Brotherhood. Catorce de sus miembros más prominentes fueron juzgados en Forth Smith por conspiración para la sedición, acusados de organizar las acciones más violentas del grupo que, entre otros crímenes, asesinó al locutor de radio judío Alan Berg. Fueron absueltos por falta de pruebas.

Foto: Partidarios del presidente Donald Trump asaltan el Capitolio estadounidense.

La sedición toca en la mayoría de los casos el terrorismo. Otro ejemplo es el del jeque Omar Abdel-Rahman, condenado junto a varios de sus seguidores por acciones terroristas en Nueva York en la década de los noventa. El clérigo condenado a cadena perpetua en 1996 por planear una "guerra de terrorismo urbano" en Estados Unidos, que culminaría en cinco bombardeos en importantes puntos de referencia de Nueva York como el puente George Washington y los túneles Lincoln y Holland, según lo describía la BBC.

También se acusó del mismo delito a los miembros de la milicia cristiana Hutaree, acusados por el FBI de planear el asesinato de un agente de policía y un ataque posterior con bombas durante el sepelio. La agencia Reuters explica en varias de sus informaciones que la sospecha se basaba en la detección de planes genéricos de los arrestados para iniciar "una batalla apocalíptica con las fuerzas del Anticristo" que estarían defendidas por las fuerzas del orden.

Sedición. La palabra se deslizó en la primera de las reacciones públicas al ataque al Capitolio y la pronunció este miércoles nada menos que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden. "Estados Unidos está bajo un ataque sin precedentes que roza la sedición. No es disidencia, es caos", aseguró tras el asalto al Congreso de seguidores de su antecesor, Donald Trump. El delito, familiar en España a consecuencia de la condena de los líderes del 'procés', es habitual también en otros lugares del mundo y EEUU no es una excepción. En Norteamérica se ha definido como conspiración sediciosa ('seditious conspiracy') y aparece recogido en el Código Federal de Estados Unidos, título 18, 2.384. Afecta no solo a quienes lleven a cabo la acción sino también a quienes la ideen o planeen, a los organizadores.

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