Sánchez dice basta a Iglesias y frena su plan para renovar el CGPJ y subir el SMI

Una vez aprobados los Presupuestos Generales del Estado, han cambiado algunas cosas sustanciales en el Gobierno. La principal es que el presidente, Pedro Sánchez, ha lanzado gestos visibles que dejan claro que da satisfacción a los miembros del Gobierno que dicen estar hartos de lo que consideran presiones permanentes de Unidas Podemos.

Fuentes de la Moncloa y de Unidas Podemos coinciden en asegurar que se ha acabado la etapa en la que el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ganaba casi todas las batallas, especialmente, las que daba a Nadia Calviño, vicepresidenta tercera.

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Y esa circunstancia no solo se produce en asuntos económicos o sociales, sino que se extiende a otros como el referido a la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Unidas Podemos da la batalla para estar presente en esa renovación, aunque sea a costa de sacar al PP de esa renovación, mientras que el presidente del Gobierno quiere un pacto con Pablo Casado, líder del PP.

El partido de Iglesias quiere que entren vocales propuestos por ERC y Bildu y una 'reforma dura' de la ley para reducir las mayorías necesarias para proceder a la renovación en el Congreso y el Senado. Y quiere incluir esta opción vía enmiendas en la proposición de ley que se tramitará en la Comisión de Justicia durante el mes de enero.

Calviño ha asegurado sobre la subida del salario mínimo que “la cuestión es si este es el momento oportuno dadas las circunstancias”

Pero fuentes socialistas aseguran que no admitirán que se incluya esa enmienda en la 'reforma blanda', que solo afecta a la limitación de competencias del CGPJ para cuando haya culminado ya su mandato. Y Sánchez está dispuesto a orillar a Unidas Podemos en la renovación para cerrar el acuerdo con el principal partido de la oposición y no tener que aprobar una reforma de la ley que es cuestionada desde Europa. Eso le explicó a Casado en su conversación telefónica de la semana pasada.

Unidas Podemos ya preveía que la aprobación de los Presupuestos cambiara la relación de fuerzas y la posición de Sánchez. Los de Iglesias admitían que perdían capacidad de presión, una vez aprobadas las cuentas, según su propio análisis.

Y desde que el pleno del Congreso culminó ese trámite se han sucedido los gestos de Sánchez que, según Moncloa, tendrán continuidad en las próximas semanas. Desde sus palabras en el pleno del Congreso cuando dijo que rompía una lanza por Calviño, al empoderamiento de su vicepresidenta tercera para que congele la subida del SMI o las propuestas sobre la reforma de las pensiones.

Este lunes, Calviño ha asegurado en La Sexta sobre la subida del salario mínimo que “la cuestión es si este es el momento oportuno dadas las circunstancias”, dando a entender que se esperará a que mejoren las condiciones económicas. Ese respaldo a la línea opuesta a la de Unidas Podemos se extiende a la reforma de las pensiones y, en el futuro próximo, a la reforma laboral.

El portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha reaccionado este lunes con un tuit a la propuesta de reforma de las pensiones que maneja el Gobierno, adelantada por 'El País': “Subir el cómputo de 25 a 35 años bajaría las pensiones un 5,5%. Inaceptable. Hay alternativas para hacer el sistema sostenible: -Destopar la cotización máxima sin aumentar la pensión máxima. -Pasar los gastos impropios a PGE. -Eliminar las desgravaciones a planes privados”. El sábado, el propio Iglesias ya alentó a los sindicatos a presionar al Gobierno.