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De la 'Ley Celaá' a la crisis canaria y el separatismo: lo que todavía une a PP y Vox
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Más allá del voto de la eutanasia

De la 'Ley Celaá' a la crisis canaria y el separatismo: lo que todavía une a PP y Vox

Casado y Abascal presentan amplias diferencias en sus formas y en los argumentos que ambos líderes exponen, pero siguen coincidiendo en algunos puntos de su labor de oposición

Foto: Abascal interpela a Casado durante la moción de censura. (EFE)
Abascal interpela a Casado durante la moción de censura. (EFE)

“No somos como usted porque no queremos ser como usted”. Esta fue la frase con la que Pablo Casado telegrafiaba hace dos meses un cambio de rumbo en su PP. Un viraje hacia posiciones más moderadas y alejándose de Vox, que le había puesto entonces en una encrucijada con la moción de censura. Pese al evidente cambio de tono de los populares, ambas formaciones se han encontrado en posiciones similares en distintos ámbitos en los últimos meses, unidos por su papel de oposición. La llamada 'Ley Celaá' ha sido uno de esos lugares comunes en los que ambos han confluido para cargar contra el Gobierno.

La lucha por ser la primera opción entre el electorado que se considera de centroderecha y derecha fomenta que ambas formaciones coincidan en el sentido de voto y en parte de sus críticas al gabinete de Pedro Sánchez. Lo hacen desde distintas visiones y con argumentos muy distantes en algunos casos como el de la ley de eutanasia, en el que, como informó este medio, el PP ha modificado las bases de su discurso, mientras que los de Santiago Abascal han acusado a Moncloa de fomentar los asesinatos asistidos. El sentido del voto fue, eso sí, el mismo.

Foto: Aplausos de los diputados del PSOE a María Luisa Carcedo, tras la aprobación de la proposición de ley que regulará la eutanasia. (EFE)

En el pasado mes, uno de los temas que ha dominado la actualidad diaria en la política nacional ha sido la última reforma educativa, bautizada con el nombre de su impulsora, la ministra Isabel Celaá. PP y Vox han criticado duramente a Moncloa y sus socios por las consecuencias que, a su parecer, tendrá la nueva norma. Este mismo domingo, Casado asistirá junto con otros compañeros de partido a una manifestación en contra de la misma como ya hiciera hace semanas en otras movilizaciones. Vox también estará presente.

La nueva ley levantó el rechazo en ambas filas por sus referencias al castellano, ya que eliminaba el término "vehicular", algo que ha sido interpretado por Abascal y Casado como un intento por expulsar a la lengua oficial del Estado de las aulas catalanas, a pesar de que la Constitución garantiza su conocimiento y derecho a emplearla. Los epígrafes relativos a la concertada, pero sobre todo a la educación especial, han sido otros de los aspectos más polémicos. Sobre este último, en el que el texto refleja la intención de dotar de recursos a los centros ordinarios, han interpretado que lo que se busca es cerrar los centros especiales. Vox ha ido más allá y ha sugerido que se enmarca en una estrategia para que no nazcan niños con necesidades especiales.

La crisis canaria

El incremento exponencial en el desembarco de personas por vías irregulares en el archipiélago, las imágenes vistas en el muelle de Arguineguín y el descontento de parte de los canarios que se han visto desatendidos por Madrid han sido los principales ingredientes de las críticas de estos partidos a la gestión realizada por Moncloa durante la crisis migratoria, especialmente en el caso del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y por la falta de coordinación.

Tanto PP como Vox han pedido explicaciones y la dimisión del titular del ramo. Los populares han criticado la gestión del socialista —que ha sido también cuestionada por sus socios y por Cs— en todo momento, han reclamado la repatriación de quienes llegaban a las islas y han insistido en el “efecto llamada” que estaría causando el Ejecutivo. Este último concepto, según el cual Moncloa estaría edulcorando las expectativas de los migrantes que se lanzan al mar poniendo en riesgo sus vidas, también ha sido explotado por los de Abascal. Como en cualquier tema vinculado a la inmigración, las críticas de Vox están plagadas de propuestas excéntricas y de intentos de contraponer a nacionales y quienes vienen de fuera.

Cataluña y la Corona

Mientras los populares han hecho hincapié en los errores de gestión entre los gobiernos autonómico y nacional y han tendido la mano para un “pacto de Estado” sobre la materia, en Vox han centrado los esfuerzos en hablar de una “invasión” que habría que frenar con buques de la Armada y han vinculado nuevamente a quienes arriban a nuestras costas con el terrorismo y la inseguridad en las calles.

Pero el ámbito por excelencia en el que ambos han coincidido para hacer frente a Sánchez ha sido la batalla contra el separatismo catalán y la izquierda abertzale. Los pactos del Ejecutivo con el independentismo para consolidar una mayoría absoluta en sede parlamentaria han dado argumentos a la derecha para afilar sus críticas. Los acercamientos de los socialistas a Bildu han enervado sobremanera a Casado y Abascal, que han acusado al Gobierno de pactar con “filoterroristas”, “herederos de ETA” o directamente de conformar un gabinete “socialcomunistarra”, en palabras del líder de Vox. También han compartido en los dos últimos años las referencias al referéndum del 1 de octubre como un “golpe de Estado”.

En fechas venideras se prevé que las críticas por este asunto pasen incluso a aumentar de intensidad con la reforma del delito de sedición que afectaría a los presos del ‘procés’, los posibles indultos a estos y las elecciones catalanas cuya celebración se espera antes de la llegada de la primavera, pero que aún están en el aire por la pandemia. La llegada de la campaña electoral hace augurar que la cuestión territorial pase a la primera línea del debate público y que las dos siglas utilicen el tema para disputar el denominado voto constitucionalista. En Vox han censurado que Sánchez esté supuestamente orillando el sistema constitucional para erigir “un nuevo régimen” con el independentismo catalán y Bildu como socios: “El mayor enemigo de la Constitución”. Casado cargó esta semana contra el presidente por poner “en el puente de mando de la nación” a quien quiere “llevar a España contra la roca”.

Foto: Pablo Casado y Santiago Abascal. (EFE)

En Cataluña, las encuestas dibujan subidas para las dos partes. Vox irrumpiría en el Parlament y el PP espera recuperar parte del territorio perdido ante Ciudadanos, pero sobre todo que los de Abascal no les superen en representación en una de las cámaras autonómicas de mayor proyección, por lo que no es difícil prever que ambos tratarán de dibujarse como el verdadero dique de contención ante el secesionismo y el "sanchismo".

La Corona y su defensa férrea de Felipe VI ha sido otro punto de convergencia en los postulados de PP y Vox. La presencia en el Ejecutivo de un partido decididamente republicano y sus pronunciamientos vehementes contra Juan Carlos I han llevado a la derecha parlamentaria a erigirse como defensores a ultranza del monarca y a defender su legado, si bien en el caso de Génova los escándalos del emérito incomodan. Desde ambas filas se sostiene que con las críticas al Rey y su padre se busca en realidad deslegitimar la monarquía parlamentaria y se ha exigido a Sánchez que defienda a la Casa Real de su vicepresidente, Pablo Iglesias, y del resto de Unidas Podemos.

Las diferencias entre ambos son claras, especialmente tras el volantazo de la moción de Génova, pero las coincidencias en sus posturas también. Desde el Gobierno se ha tratado de poner el foco en estas convergencias e incluso acelerar normas que permitan retratarles de nuevo juntos, tal y como explicó El Confidencial esta misma semana. La bancada socialista lleva semanas intentando asemejar a Casado con Abascal, a pesar de que el primero ha adoptado un perfil con el que pretende significarse como “hombre de Estado”. Así, más allá de los citados temas, el Ejecutivo prepara también la introducción de los anteproyectos de ley de memoria democrática o la de libertad sexual. Son ámbitos en los que a priori Casado y Abascal podrían mostrar sintonía en su oposición, especialmente en el caso de la primera.

“No somos como usted porque no queremos ser como usted”. Esta fue la frase con la que Pablo Casado telegrafiaba hace dos meses un cambio de rumbo en su PP. Un viraje hacia posiciones más moderadas y alejándose de Vox, que le había puesto entonces en una encrucijada con la moción de censura. Pese al evidente cambio de tono de los populares, ambas formaciones se han encontrado en posiciones similares en distintos ámbitos en los últimos meses, unidos por su papel de oposición. La llamada 'Ley Celaá' ha sido uno de esos lugares comunes en los que ambos han confluido para cargar contra el Gobierno.

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