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Grilletes, navaja, bridas, 250 litros de ácido… La lista de la compra de un secuestrador
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OPERACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL

Grilletes, navaja, bridas, 250 litros de ácido… La lista de la compra de un secuestrador

La Benemérita ha detenido a un grupo de secuestradores que llegaron a pedir un rescate de 5 millones de euros para liberar a una de sus víctimas

Foto: Una lista de materiales encontrada en los registros. (Guardia Civil)
Una lista de materiales encontrada en los registros. (Guardia Civil)

El pasado 5 de marzo, a eso de la una de la tarde, dos individuos encapuchados y armados entraron en una pequeña empresa de Gijón. En el interior solo había una persona, el hermano del dueño. El cañón del arma le disuadió de resistirse, huir o hacer ninguna tontería. A pesar del miedo y de que sabía que su vida pendía de un hilo, simplemente obedeció. Acabó atado de pies y manos con unas bridas en el interior del maletero de un coche blanco. El coche viajó durante horas, aunque él nunca supo dónde estuvo. Le dejaron salir cuando llegaron a su guarida, un almacén enorme.

Ese mismo día los secuestradores se pusieron en contacto con la familia por mensaje, concretamente con el empresario. Le exigieron cinco millones de euros por la liberación de su hermano. No lo verbalizaron, pero, de lo contrario, la víctima acabaría muerta. Estuvo retenido hasta el 11 de marzo. Ese día, con la pandemia desbocada y marcando la actualidad, le dejaron en libertad en un campo de Albacete: “Si te liberamos es porque te está buscando todo el mundo. Tira recto y encontrarás gente”.

placeholder La Guardia Civil registra la nave. (Guardia Civil)
La Guardia Civil registra la nave. (Guardia Civil)

Los secuestradores sabían lo que decían. La UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil), que raya la infalibilidad, estaba detrás, como un martillo pilón, siguiéndoles la pista. Hasta el momento de la liberación habían trabajado todas las horas en turnos. Una vida estaba en peligro y había que salvarla, pero, una vez que le dejan libre, deciden afrontar la investigación sin tanta premura.

Junto a agentes de la comandancia de Gijón comienzan a realizar numerosas pesquisas de las que no quieren revelar nada, salvo que analizaron más de 350 horas de grabaciones de cámaras de seguridad de tráfico —en total unos dos mil kilómetros de carretera de la red viaria española— del día en el que se produjo el secuestro. Así logran detectar dos vehículos que van muy juntos. Uno, el coche lanzadera, que va vigilando que no haya controles de la Guardia Civil y otro donde iba el secuestrado. Los delincuentes toman mil precauciones y cambian las placas de matrícula cada poco tiempo y varias veces en el viaje. Los investigadores saben que se esconden en algún lugar de la costa valenciana, pero no saben dónde.

placeholder Algunas de las matrículas encontradas. (Guardia Civil)
Algunas de las matrículas encontradas. (Guardia Civil)

Las pesquisas avanzan y, finalmente, logran identificar a los dos cabecillas de la banda y determinar cuál es la nave industrial donde tuvieron secuestrado al hermano del empresario. Está en un polígono industrial de Valencia. Cuando entran a registrarla se encuentra una nave exquisitamente limpia. En su interior localizan el vehículo que se usó en el secuestro. Lo tienen 'durmiendo', porque es robado e intuyen que la Guardia Civil le sigue el rastro. Además localizan varios bidones, unas poleas y cadenas y 250 litros de ácido sulfúrico que tiene como propiedad la de destruir restos orgánicos. A pesar de que Criminalística analizó si en los bidones había restos humanos, no encontró nada. De momento, no se puede asegurar que matasen a nadie y el ácido lo devorase, pero, quizá, sí podían tenerlo preparado para el caso de que el secuestro saliese mal.

Los dos detenidos tenían planeados más secuestros. Uno de ellos se llama Pablo, alias 'El skin', y, al parecer, ya participó en otro secuestro

Además también se encontraron numerosos útiles para llevar a cabo secuestros y una lista de la compra de algunos productos que se les habían acabado o de los que tenían ya pocas existencias: bridas, radial, guantes, rollos de cinta americana, grilletes, bragas, gorras, gafas, espray negro de pintar, navaja, rotativos policiales azules, gasolina, dos bengalas…

Los dos detenidos tenían planeados más secuestros. Uno de ellos se llama Pablo, alias 'El skin', que era el líder la banda y que al parecer ya participó en el secuestro de dos personas en el 2008 en Majadahonda, Madrid.

El pasado 5 de marzo, a eso de la una de la tarde, dos individuos encapuchados y armados entraron en una pequeña empresa de Gijón. En el interior solo había una persona, el hermano del dueño. El cañón del arma le disuadió de resistirse, huir o hacer ninguna tontería. A pesar del miedo y de que sabía que su vida pendía de un hilo, simplemente obedeció. Acabó atado de pies y manos con unas bridas en el interior del maletero de un coche blanco. El coche viajó durante horas, aunque él nunca supo dónde estuvo. Le dejaron salir cuando llegaron a su guarida, un almacén enorme.

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