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"Estoy totalmente a favor de que se pueda decir cualquier cosa, aunque le joda a alguien"
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Entrevista a Hombres G

"Estoy totalmente a favor de que se pueda decir cualquier cosa, aunque le joda a alguien"

Los rostros de los componentes del grupo revelan cansancio, puede que hasta algo de hartazgo por la promoción de su libro, 'Nunca hemos sido los guapos del barrio'

Foto: Los componentes del grupo Hombres G. (Carmen Castellón)
Los componentes del grupo Hombres G. (Carmen Castellón)

Se abre la puerta y aparece David Summers bajando las escaleras. Se atusa un poco el pelo y saluda; ofrece agua, café, lo que sea. De inmediato se acomoda en el sofá, suyo como el resto de la casa, situada en un barrio residencial de Madrid, y llama al resto del grupo para que le acompañen. No parece el mismo al que gritábamos en los conciertos y lanzábamos nuestras medias al escenario (otras optaban por otro tipo de ropa interior). Claro que él y nosotras tenemos tres décadas más.

Mientras bajan Javier Molina (batería), Daniel Mezquita (guitarra) y Rafael Gutiérrez (guitarra), algo remolones, un vistazo al salón permite detectar algunos detalles. Está lleno de libros y presidido por un piano y un retrato de Manuel Summers, padre de David, vestido de torero. También el hueco de la chimenea está ocupado por una hornacina con virgen mexicana rodeada de colores. Sobre el cristal de una mesa enorme, una guía sobre chihuahuas.

Los rostros de Hombres G revelan cansancio, puede que hasta algo de hartazgo por la promoción de su libro, 'Nunca hemos sido los guapos del barrio' (Plaza & Janés), escrito por Javier León. Pero es solo una percepción. Es que, como recalcan siempre que pueden, llevan toda la vida trabajando, y además son las cuatro de la tarde; una hora nefasta para las entrevistas y para casi cualquier otra cosa. La cosa empieza algo tibia, hasta que calientan la voz.

placeholder Foto: Carmen Castellón.
Foto: Carmen Castellón.

PREGUNTA. Le pedí a un periodista que escribe sobre música que opinara sobre ustedes. Me dijo que son muy buenos, que se lo ha pasado muy bien en los conciertos, y que cree que en el fondo la música les da un poco igual. ¿Creen que parte del éxito mantenido en el tiempo se debe a eso, a que en el fondo no se lo han tomado demasiado en serio?

RESPUESTA. Rafa: Siempre nos lo hemos tomado muy en serio, pero sobre todo hacer canciones buenas. Lo que no nos hemos tomado tan en serio es todo lo que rodea al mundo de la fama, el éxito.

David: No sé quién te lo habrá dicho pero creo que tiene toda la razón. Somos muy serios en nuestro trabajo porque nos apasiona y le dedicamos muchas horas, pero de forma inconsciente. Es nuestra vida.

P. ¿Cómo era la industria de la música cuando empezaron y cómo es ahora? Los fans llevamos desde entonces, pero hay dos elementos importantes en la carrera de cualquier músico (mánager y discográfica) de los que se han desprendido…

R. Dani: Cuando empezamos eran muy necesarias esas dos figuras, teníamos solo 19 años y ninguna idea de lo que va esto. Pero con los años aprendes, coges experiencia. Los artistas que empiezan nuevos sí necesitan alguien que les guíe un poco, sobre todo en las giras y las grabaciones.

David: Nosotros lo fuimos descubriendo poco a poco. Primero teníamos un grupito, alguien nos propuso grabar un disco y nos pareció estupendo. Luego grabamos un disco, pegó un pelotazo, y entonces alguien dijo: 'Tenéis que tener un mánager'. Nos dimos cuenta de que todo eso nos hacía falta, también una casa discográfica que nos apoyara económicamente, porque en esa época había que invertir mucho dinero.

Pero ahora mismo producimos, no tenemos mánager, gestionamos nuestras giras, proyectamos lo que queremos hacer… no tenemos a nadie que nos diga cómo, cuándo, dónde y de qué manera tenemos que trabajar. Todo surge de nuestras propias ideas. Hasta tenemos una agencia de contratación. ¡Pero si grabamos aquí arriba, en el estudio de casa!

P. Vamos, en plan artesanos.

R. David: ¡Somos más indies que nadie! (Sonríe).

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Foto: Carmen Castellón.

P. ¿No creen que la tecnología también tiene desventajas? ¿No falsea algo su oficio? ¿O soy yo, que me he quedado antigua?

R. David: A nosotros nos permite trabajar más rápido y más barato. Antes entrabas en un estudio a grabar, y si tenías que repetir, rehacer algo, eso suponía otra sesión de estudio carísima. En estos tiempos, con una industria discográfica que hace mucho que se fue al carajo, lo que interesa es abaratar tiempo y dinero.

Pero antiguamente, cuando se vendían discos, tenías una noción más tangible de lo que era el éxito. Vendías 400.000, 500.000 y sabías que ese año la gira iba a estar petada porque toda esa gente había cogido su dinero y se había ido a la tienda a comprar tu música, y luego lo iba a poner en su casa hasta aprendérselo de memoria. Tenías la constancia real.

Ahora es todo humo. Importa la popularidad de la canción, los likes, las visitas del video en YouTube. Todo en la vida es así, un poco etéreo, incierto, como todo lo que ha traído Internet y las redes sociales.

P. A los actores y actrices se les mide también por el número de seguidores…

R. David: Es una estupidez. Hay un montón de impresentables absolutos que no saben hacer nada y que tienen millones de seguidores. Mirar cuántos seguidores tiene alguien para contratarlo me parece…

Rafa: La culpa es la demanda, no la oferta.

David: ¡Es ridículo! Tú no puedes calificar a un artista o a un personaje, sea lo que sea, por sus seguidores en Twitter. Yo mismo tengo más seguidores que artistas americanos a los que admiro, que son dioses para mí. ¿Cómo es posible? Evidencia una ignorancia absoluta ver que eso es lo que se valora.

Rafa: ¡Pero si la gente ve más programas de cotilleos que científicos! Es culpa de las personas. Qué tipo de seguidores quieren ver lo que hace una persona insustancial.

P. Hablemos de autocensura y de corrección política. Si Hombres G estuviera naciendo hoy, algunas canciones se considerarían polémicas, incluso aquellas que nunca tuvieron una intención determinada. Siempre habría alguien enfadado.

R. David: Vamos, eso te lo digo yo ahora mismo. Ninguna canción tuvo jamás intención de ofender a nadie. Ninguna. Pero estaban hechas en una época en la que la gente no se ofendía tanto.

Foto: David Summers en una imagen de 'Sufre mamón'. (Flixolé)

P. Con la de veces que he gritado yo marica en los conciertos y en el salón de mi casa…

R. David: Ya me duele la boca de decirlo, escribí marica porque me rimaba con picapica. (Se ríe) Nunca he tenido ningún problema con los homosexuales. En el año 85, que fue cuando salió esa canción, no se quejó ningún colectivo. En esa época los gais eran mucho más coherentes. Lo que pretendía aquella canción era divertir, porque era un chiste. Si ahora mismo, después de 35 años, escuchas la canción y te ofendes, de verdad, tienes que hacértelo mirar.

P. Es terrible pasarse la vida dando explicaciones…

R. David: Cuando escribes una canción, no puedes pensar en qué van a opinar los españoles, los mejicanos, colombianos. En todos los gremios, todas las personas. Las canciones, como decía John Lennon, se hacen a una sola persona. Es la única manera de que todo el mundo se identifique con ellas. Si no, estás encarcelado. Y un artista tiene que ser libre. Yo estoy totalmente a favor de que se pueda decir cualquier cosa, aunque le joda a alguien. Es más importante la libertad.

P. ¿Nadie les ha pedido en los últimos años que se moderen en algo?

R. David: No, lo malo es que lo acabas haciendo tú mismo. Y no usas más la palabra marica, o no haces o dices otra cosa… No es por miedo, es por aburrimiento. En las redes sociales, por ejemplo, no puedes dar explicaciones. A veces lo piensas pero luego dices: ¡anda y que te den! Si eres de derechas los de izquierdas te machacan; si eres de izquierdas, los de derechas te machacan. Y si no eres de nada, te machacan todos. Porque también ser equidistante les jode. De manera que alguien te va a poner a parir.

Nosotros hemos pasado de la política siempre y hemos trabajado toda la vida. [En el libro dejan muy claro lo que les molesta que se les considerara unos pijos] Con los socialistas, con los populares. Nos hemos quejado de todos y no hemos tenido problemas. Tampoco nos hemos implicado porque no era nuestro cometido; lo nuestro era que la gente se lo pasara bien. Ahora no te puedes permitir pasar de todo. La gente te exige que te pringues y te posiciones.

"Las canciones, como decía John Lennon, se hacen a una sola persona. Es la única manera de que todo el mundo se identifique con ellas"

P. Es que ahora todo es política. Y hablando de eso precisamente, a veces tengo la sensación de que lo que se ve en el Congreso es culpa nuestra porque les hemos puesto ahí. Me parece un poco fácil lo de culpar a los políticos de todo, incluidas nuestras frustraciones… ¿Están de acuerdo?

R. David: No, lo han provocado ellos. La gente no era así antes. Al pelearse y hacer el ridículo de esta manera, esa pelea se traslada.

Dani: Hay una incongruencia ahí. El Congreso es el reflejo de la sociedad. Los hemos escogido nosotros, pero no son el reflejo de lo que queremos ver. Por eso hay esa separación entre la gente y la política. Es lamentable la crispación que tienen en los últimos años. Y me temo que eso se traslada a la calle.

David: El problema no son las ideologías ni los partidos, son las personas. En este momento, de los que ocupan los escaños en el Congreso, muy pocos merecen la pena. También pasa en el resto del mundo. Están mal preparados y falta bondad y empatía.

Dani: La mayoría de ellos no ha trabajado nunca en otro sitio ni ha montado una empresa desde que han dejado la facultad. Si es que estuvieron.

P. Impera la lucha de poder por encima del bienestar del ciudadano…

R. Dani: Con la pandemia se ha visto. Han sido incapaces de ponerse de acuerdo mientras el pueblo se moría.

David: Es que ha aprovechado la pandemia para conseguir los objetivos que tenían antes. Se han aprovechado de la situación. Es de una bajeza moral deprimente.

Rafa: Esto ya no es un país. Es una empresa.

David: Una empresa que se hunde.

Dani: Y una empresa que no es suya.

P. No sé si es comparable, pero ¿qué le ha hecho más daño a la música, la piratería o la pandemia?

R. Dani: A quien más afectó la piratería es a la industria. Las compañías se hicieron millonarias con el cassette, con el CD, mientras los artistas hemos seguido tocando, componiendo…

placeholder Foto: Carmen Castellón.
Foto: Carmen Castellón.

P. Se llevaban poco margen, entonces…

R. Dani: Sí, claro. Le pasó a Aretha Franklin, hasta a Ray Charles. Y también a nosotros. El margen siempre ha sido muy pequeño porque decían que las empresas tenían que gastarse mucho dinero, que todo requería mucha inversión. Pero la pandemia nos ha afectado más a los grupos, a los artistas, sobre todo los directos.

David: El caso es que siempre que nos afecta a quien sea de nuestro gremio la actitud es la misma: bajar los brazos. Con la piratería no recibimos ni el más mínimo apoyo de nadie, a todo el mundo le parecía cojonudo bajarse música, películas, videojuegos y de todo. Hasta personas que no eran sospechosas de ser ladrones y delincuentes entendían lógico piratear. El pueblo lo vio bien. "Nos gusta mucho la música y el cine pero nos mola aún más que sea gratis".

En la pandemia los músicos fuimos los primeros a los que nos encerraron y seremos los últimos en salir, y seguramente los últimos en vacunar (risas). Es una manera de decir: "Bah, estos tíos ya se buscarán la vida". Como si los artistas fuéramos todos millonarios.

P. ¿Cuánto puede pesar la percepción hacia la cultura?

R, David: ¿Serías capaz de decirme 20 artistas españoles que te suenen mucho o que te parezcan que tienen éxito? No, es que como mucho te van a salir seis o siete. Con esto queremos decir que los que tenemos el privilegio de vivir de esto, proyectar discos, series, películas y de que la música sea el motor de nuestras vidas somos veinte. Y hay miles de artistas, músicos, artistas… 700.000 personas trabajan en el gremio de la música y todo lo que les rodea, y esa gente te aseguro que viven a duras penas, y necesita ayudan por culpa de una pandemia que les impide hacer un puñetero concierto. Eso lo intento remarcar muchas veces.

Yo nunca en mi vida he pedido una ayuda al Gobierno, ni una subvención. Ahora tampoco la pedimos. Pero hay otros del oficio que lo necesitan porque no llegan a fin de mes. Los músicos nos dedicamos a hacer felices a la gente, y eso muy importante en un momento en el que estamos todos de mala ostia. No puedes capar a un tío que te está intentando generar felicidad.

Rafa: La música no es un bien de primera necesidad. En una pandemia lo primero es comer, pero lo demás…

Dani: Pues debería. América ha sido y es fundamental para Hombres G. En el libro se explica con detalle cómo explotó el éxito en España, pero un buen puñado de páginas se dedican al desembarco en América, en países como México, donde siguen teniendo un éxito abrumador y fueron bautizados como los Beatles latinos. Hablan con especial cariño de los conciertos vividos en Monterrey, la misma ciudad en la que les pilló el decreto de estado de alarma en España que les obligó a regresar.

"La música no es un bien de primera necesidad. En una pandemia lo primero es comer"

P. ¿Cómo les ha trastocado la pandemia?

R. Dani: Nos hemos quedado sin unos 70/80 conciertos, una gira por Estados Unidos preciosa, en junio y julio, y el resto de Latinoamérica.

David: Estábamos en México cuando nos estalló esto, tuvimos que dejar cuatro conciertos por hacer. Teníamos previsto un año que hasta nos tenía acojonados, preguntándonos si seríamos capaces de hacerlo todo. Y de repente, todo se ha aplazado. Esperamos hacerlo el año que viene. Para nosotros ha sido un año en blanco. Hemos aprovechado para componer y estamos haciendo un disco precioso, pero llevamos sin ingresar desde marzo.

P. Y además de ese libro, ese disco, hay por ahí algo en forma de serie…

R. David: Sí, una serie y una película a la vez, aprovechando la gira por Estados Unidos. La película es sobre Los Hombres G, aunque no somos los protagonistas y estamos involucrados en el proyecto. La serie es una comedia con nosotros, música en directo y cachondeo. Nos apetece mucho.

P. ¿Con qué actitud miran al futuro? ¿Creen que habrá pronto vacuna? ¿Habrá también cosas irrecuperables?

R. David: Yo creo que nos vamos a acordar de esto toda la vida. Es un suceso histórico. Tengo confianza en que las vacunas van a funcionar y a partir del verano recuperaremos la normalidad, no la normalidad esta idiota que no hay quien la aguante.

placeholder Foto: Carmen Castellón.
Foto: Carmen Castellón.

P. Qué feas son todas estas acepciones: nueva normalidad, desescalada…

R. David: Uff, qué cursis. Yo no lo aguanto.

Javier: No hablemos como ellos. No lo digas. Óbvialo.

Rafa: Pero que estén saliendo todas las vacunas en la misma semana...

Dani: Pues yo me pondría todas. La gente duda pero yo…

P. Como le escuche Miguel Bosé…

R. Dani: Me da igual. Se las tiene que poner todo el mundo. Mira, ¡dedicado a Miguel Bosé! (Risas).

Se abre la puerta y aparece David Summers bajando las escaleras. Se atusa un poco el pelo y saluda; ofrece agua, café, lo que sea. De inmediato se acomoda en el sofá, suyo como el resto de la casa, situada en un barrio residencial de Madrid, y llama al resto del grupo para que le acompañen. No parece el mismo al que gritábamos en los conciertos y lanzábamos nuestras medias al escenario (otras optaban por otro tipo de ropa interior). Claro que él y nosotras tenemos tres décadas más.

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