Sánchez pide que no haya vetos cruzados y elude defender los pactos con Bildu

“Estos pactos le van a perseguir toda la vida”, le ha dicho primero Pablo Casado a Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno del Congreso, en referencia a los acuerdos del Gobierno con Bildu sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2021.

El líder del PP ha preguntado al presidente del Gobierno con evidente dureza, recordando el asesinato del concejal de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa Ascensión García, la situación de su tres niños huérfanos, y el asesinato de 850 “inocentes”, para concluir que Sánchez ha pactado con Bildu el apoyo a los Presupuestos con “los asesinos de Hipercor” a cambio del traslado de presos de ETA a cárceles del País Vasco.

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Incluso, ha comparado ese acuerdo con hipótesis como que Biden pactara en Estados Unidos con los asesinos del 11-S o que Macron lo hiciera con los de la sala Bataclán. Tanto él como luego su portavoz Cuca Gamarra han mostrado que su gran apuesta de oposición es denunciar la proximidad del Gobierno con lo que consideran “herederos de ETA” o lo que han descrito como “vender su alma al diablo”.

Sánchez ha eludido respaldar las negociaciones o pactos con Bildu o referirse siquiera a ellos y se ha limitado a arremeter contra el PP con un argumento preparado por la repetición hasta media docena veces: comparar a Casado con Donald Trump. “Ustedes no reconocen la derrota electoral”, le ha dicho para insistir en llamarle “trumpista” reiteradamente. Sin entrar al trapo del pacto con Bildu, más que para decir que “un Gobierno socialista acabó con ETA y uno del PP habló de Movimiento de Liberación Nacional Vasco”, en referencia a José María Aznar.

Lo que ha hecho es, en respuesta a Inés Arimadas, líder de Ciudadanos, tener la mano para sacar adelante los Presupuestos y en dos ocasiones rechazar “vetos cruzados”.

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Dos escaños a su izquierda, le escuchaba su vicepresidente Pablo Iglesias que veta a Ciudadanos e intenta formar un bloque firme sin el partido de Inés Arrimadas.

“Estamos en tiempo de no exclusión, de inclusión”, "tendemos la mano a todos y ojalá no haya vetos cruzados”, “nos necesitamos unos y otros”, “no necesitamos vetos cruzados” y “tendemos la mano a todas las fuerzas parlamentarias”, ha dicho el presidente del Gobierno.

Se lo ha dicho, precisamente a Arrimadas, partido con el que intenta un acuerdo que le permita mantener los 198 votos del debate de totalidad de los Presupuestos, que ha exhibido como un triunfo político.

Arrimadas le ha preguntado instando a Sánchez a elegir entre Ciudadanos y ERC y Bildu. Pero no logró que el presidente del Gobierno optara. O, al menos, que lo dijera.

Ha hablado de la ley de educación y del hecho de que al otro lado haya un partido liderado por un condenado por sedición (ERC) y otro liderado por un condenado por secuestro (Bildu), pero en ningún momento ha dicho que Ciudadanos esté fuera del acuerdo. Arrimadas no se levanta de la mesa de negociación y el Gobierno no quiere facilitar que lo haga y, por eso, intenta seguir negociando con Ciudadanos hasta el final.