Juan Carlos I gastó 8 millones en vuelos de placer al Caribe, golfo Pérsico y Canadá
Las cuentas de Zagatka revelan decenas de pagos a compañías chárter por viajes a República Dominicana, Bahamas, Bermudas, Vancouver, Kuwait y Abu Dabi hasta mayo de 2018
El rey Juan Carlos utilizó hasta ocho millones de euros de origen opaco para pagar más de una decena de vuelos privados por América del Norte, Caribe y Oriente Medio. Los viajes se produjeron entre 2009 y 2018, aunque fueron especialmente intensos tras su renuncia a la corona en junio de 2014. Entre los desplazamientos, hay dos visitas a Santo Domingo, un 'tour' por los emiratos del Golfo y un vuelo chárter desde Santiago de Compostela a Vancouver (Canadá) con la tripulación del Bribón para participar en un campeonato del mundo. Según documentos a los que ha tenido acceso El Confidencial, el dinero para sufragar estas facturas salió de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental con domicilio en Liechtenstein que dirigía su primo Álvaro de Orleans-Borbón.
La primera empresa de alquiler de aviones que aparece en los movimientos de Zagatka es la británica Netjets UK Ltd. El 15 de mayo de 2009, fue cargado un cheque de 189.026 euros en una de las ocho cuentas que la fundación tenía abiertas en ese momento en Credit Suisse. El apunte no precisó el destino del vuelo. Tampoco quedó constancia de las rutas que cubrió en 2010 el entonces jefe del Estado a bordo de otra compañía de vuelos privados, la suiza Tag Aviation. A lo largo de ese año, desde Zagatka salieron una treintena de transferencias con dirección a esa empresa que sumaron un total de 997.532 euros.
En 2011, Juan Carlos I optó por confiar sus desplazamientos a una tercera compañía, Vistajet Aviation Services, otra compañía líder en el sector de la aviación privada y con base en el aeropuerto internacional de Malta. En concreto, la fundación administrada por Álvaro de Orleans, que se habría nutrido durante años de presuntas comisiones ilegales e ingresos anónimos de cuantías millonarias, ordenó ese ejercicio el pago de tres facturas de Vistajet por un importe conjunto de 576.310 euros.
En los meses siguientes, se produjo un paréntesis en el pago de 'jets' privados, pero ese vacío se rompió de forma abrupta en noviembre de 2014, cinco meses después de la abdicación del monarca. A partir de esa fecha, se dispararon los cargos por ese concepto y el ya Rey emérito pasó a contratar los servicios de una única compañía, la británica Air Partner, que cotiza en la Bolsa de Londres. De los 7.929.118 euros que salieron como mínimo del balance de Zagatka para abonar vuelos chárter, 6.166.250 euros (77,7%) se corresponden con el periodo posterior a su salida del trono, según la información en poder de este diario.
En noviembre de 2014, hubo una transferencia de 294.035 euros, y en junio de 2015, otra de 294.019 euros. El método de pago siempre era el mismo. El gestor de la fundación, Dante Canonica, investigado en 2009 en España por su relación con el caso Gürtel, enviaba a Credit Suisse y Lombard Odier (Zagatka comenzó a operar con este segundo banco en 2015) las facturas de Air Partner para que fueran cargadas en las cuentas de la sociedad. La documentación de Canonica incluía el contrato de prestación de servicios con la compañía chárter y el detalle de los desplazamientos. En cuestión de horas, el dinero salía rumbo a Air Partner.
Sobre el papel, el sistema permitía ocultar en todo momento el nombre de Juan Carlos I. Solo figuraba su primo Álvaro de Orleans. Incluso en los datos del pasaje, únicamente se indicaba el número de personas que viajarían a bordo. Sin embargo, en al menos dos de los contratos con Air Partner consta como dirección del cliente el Palacio de la Zarzuela y en otra orden de vuelo aparece el nombre de Vicente García Mochales, jefe de la escolta personal del monarca.
El 23 de noviembre de 2016, el rey Juan Carlos despegó de la pista del aeropuerto de Torrejón a las 9:30 y después de siete horas y cuarto en el aire tomó tierra en Abu Dabi. Una semana después, hizo el camino de vuelta. Para ambos trayectos, utilizó un Gulfstream G550, mucho más moderno que los cinco Dassault Falcon 900 que integran la flota del Ala 45 del Ejército del Aire, dedicados en exclusiva al transporte de miembros del Gobierno, la familia real y otras altas personalidades.
El viaje a Abu Dabi costó 171.504 euros. En febrero de 2017, gastó otros 189.000 euros en un viaje de ida y vuelta a República Dominicana. Un Gulfstream G450, con Juan Carlos I y otros cuatro acompañantes no identificados a bordo, partió de Torrejón el 27 de febrero con dirección al aeropuerto internacional de La Romana, situado junto a un resort de lujo propiedad de los hermanos Fanjul, con los que mantiene desde hace años una estrecha amistad. El monarca permaneció en La Española hasta el 6 de marzo. Tomó tierra en Madrid a la 7:00 del día siguiente.
El siguiente vuelo pagado con fondos de Zagatka tuvo un precio de 105.000 euros y consistió en un desplazamiento desde Bermudas a Madrid en otro Gulfstream G550 que tuvo lugar el 7 de junio de 2017. No hay datos de cuándo llegó el monarca a esa isla del Caribe, pero hay noticias e imágenes que revelan que aprovechó su estancia para saludar a los miembros de la tripulación del Spanish Impulse, un barco que estaba compitiendo en ese momento en la categoría juvenil de la Copa América.
El 11 de septiembre de 2017, la fundación abonó otro viaje relacionado con el mundo de la vela. Un Boeing despegó del aeropuerto de Santiago de Compostela con 19 pasajeros, la tripulación al completo del Bribón, el barco de competición de Juan Carlos I. La aeronave puso rumbo al aeropuerto internacional de Vancouver (Canadá), donde en los siguientes días iba a disputarse el campeonato del mundo de la clase 6M. Algunos medios recogieron la presencia del Rey en la costa oeste de América del Norte, pero nunca trascendió cómo llegó hasta allí ni de dónde sacó el dinero para ese viaje. El Bribón terminó ganando la medalla de oro y el Boeing regresó a Torrejón de Ardoz el 21 de septiembre. La factura de Air Partner ascendió a 440.000 euros.
La información interna de Zagatka desvela que Juan Carlos I llegó a contratar tantos aviones privados en esa época que optó por contratar bonos de 100 horas de vuelo, que permitían rebajar el importe de los cargos. Cada uno de los bonos supuso 980.000 euros y todos fueron agotados en menos de un año. De hecho, a pesar de esa fórmula de pago, los movimientos de Credit Suisse y Lombard Odier reflejan cargos adicionales de Air Partner.
En noviembre de 2017, el padre de Felipe VI hizo una gira de siete días por el golfo Pérsico que supuso otros 214.316 euros. El día 22 despegó de Torrejón en un exclusivo Gulfstream G650 con matrícula G-REFO rumbo a Baréin. El 24, se subió en el mismo avión hacia Abu Dabi. El 27, viajó a Kuwait. Y al día siguiente, emprendió el camino de vuelta a Madrid. El contrato precisa que el monarca se desplazó acompañado de otras seis personas, aunque de nuevo se omitieron sus identidades. No era la primera vez que el exjefe del Estado visitaba esa región. Hizo un 'tour' parecido en los primeros meses de 2014, justo antes de abdicar. Y desde el pasado agosto, se encuentra precisamente instalado en Abu Dabi para observar desde la distancia las diferentes investigaciones abiertas en torno al patrimonio que habría amasado en el extranjero.
Apenas un mes después, Juan Carlos volvió a subirse a un Gulfstream G550 con matrícula G-OGSE para pasar la Nochevieja en las Bahamas. El 27 de diciembre de 2017, salió de Torrejón y aterrizó 10 horas después en el aeropuerto internacional de Nassau con otras cinco personas. La vuelta a la capital de España tuvo lugar el 3 de enero de 2018. En total, Zagatka pagó 258.000 euros por esa escapada. La factura indicó que la dirección del cliente era el Palacio de la Zarzuela, en el código postal 28071 de Madrid.
El Rey emérito no pasó mucho tiempo en Zarzuela. A las tres semanas, despegó en otro Gulfstream G450, matrícula 9H-SPA, con dirección otra vez a La Romana, en República Dominicana. La ida se produjo el 24 de enero y la vuelta, el 29 del mismo mes, con un precio de 200.000 euros.
La última contratación de la que hay constancia ocurrió en mayo de 2018, casi cuatro años después de que Juan Carlos I renunciara a la corona y, por tanto, perdiera su condición de inviolable. El día 16 de ese mes, según las facturas a las que ha tenido acceso El Confidencial, partió de Torrejón hacia el aeropuerto internacional Windsor Locks Bradley, en el estado de Connecticut, en la costa este de Estados Unidos. Volvió cuatro días después, sin que haya el más mínimo dato sobre las razones de esa estancia. La factura supuso otro cargo de 358.000 euros en las cuentas de Zagatka.
Estos pagos están ahora en el foco de la Fiscalía del Tribunal Supremo, así como las transferencias previas que permitieron inyectar millones de euros en el balance de la fundación de Liechtenstein. A sus cuentas llegaron en 2008 hasta 6,5 millones de euros en cinco aportaciones efectuadas por individuos anónimos. Además, en junio de 2009, Zagatka ingresó un cheque de 4,6 millones de dólares por supuestas labores de intermediación en el desarrollo de un complejo turístico en plena Riviera Maya mexicana. El dinero fue abonado por la empresa propietaria de los terrenos, Huarte, una filial del Grupo OHL.
El rey Juan Carlos utilizó hasta ocho millones de euros de origen opaco para pagar más de una decena de vuelos privados por América del Norte, Caribe y Oriente Medio. Los viajes se produjeron entre 2009 y 2018, aunque fueron especialmente intensos tras su renuncia a la corona en junio de 2014. Entre los desplazamientos, hay dos visitas a Santo Domingo, un 'tour' por los emiratos del Golfo y un vuelo chárter desde Santiago de Compostela a Vancouver (Canadá) con la tripulación del Bribón para participar en un campeonato del mundo. Según documentos a los que ha tenido acceso El Confidencial, el dinero para sufragar estas facturas salió de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental con domicilio en Liechtenstein que dirigía su primo Álvaro de Orleans-Borbón.
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