El PP augura el desgaste de Arrimadas por los PGE y se reivindica como alternativa

Los Presupuestos de 2021, los primeros del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, salvaron ayer su primer escollo gracias a los socios de investidura y Ciudadanos, que tampoco se opuso a que la tramitación siga adelante. En realidad, es el paso más importante de unas cuentas públicas. Superado este examen, todo apunta que verán la luz. Pablo Casado evitó pronunciarse sobre la posición del partido naranja, que sigue sentado a la mesa de negociación. “No voy a hablar de la estrategia de otros partidos”, insistió. Pero fuentes de la dirección popular reconocen que será Ciudadanos quien “tenga que responder por su estrategia” y que ven reforzada la idea de que el PP “es la única alternativa a Sánchez”.

La relación entre PP y Ciudadanos es buena y la interlocución es continua, precisamente por los gobiernos que comparten en cuatro comunidades autónomas y algunos ayuntamientos importantes. De hecho, ambas direcciones nacionales mantienen contactos semanales, incluso con consejeros de los gobiernos, independientemente del partido al que pertenecen. Tanto Casado como Arrimadas siempre defienden la “relación cordial” que les une, pero es cierto que en las últimas semanas sus caminos se han separado en direcciones divergentes.

En el Congreso, este miércoles, Casado defendió una enmienda a la totalidad y la líder de Ciudadanos, ayer, volvía a explicar los motivos de su grupo para votar en contra y permitir al Gobierno que siga adelante con sus cuentas. También en Cataluña viven momentos de tensión a la espera de analizar si será posible una coalición preelectoral como la que firmaron en Euskadi y que no dio los resultados que esperaban.

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Y a eso se suma el realce de Casado como líder de la oposición desde la moción de censura de Vox, en la que apeló a un giro hacia el centro político sin vuelta atrás, despegándose del partido de Abascal y tratando de ocupar todo el espacio en el que ahora también se sitúa Ciudadanos.

Un giro que el partido de Arrimadas vio con desconfianza a la espera de más acontecimientos. La cuestión es que el PP cree que su posición se refuerza todavía más con la estrategia de los naranjas. Aunque la líder de Ciudadanos salió satisfecha de su intervención ayer (dejó claro que el Gobierno deberá elegir entre las dos vías que existen para pactar las cuentas, la de Ciudadanos o la de ERC y Bildu), los populares creen que la dirigente naranja sufrirá un posible desgaste por mantenerse en la mesa de negociación.

Entienden que con la postura pactista de Ciudadanos, que no solo apoyó todas las prórrogas del estado de alarma, sino que ahora busca pactar los Presupuestos con un Gobierno del que también forma parte Unidas Podemos, el PP se reafirma como única alternativa a Pedro Sánchez y a un Gobierno completamente distinto al actual. “Ellos a lo suyo y nosotros a lo nuestro”, insisten desde el entorno de Casado, dejando claro que el PP se mantiene firme en el camino emprendido y que no atenderán a más distracciones, sobre todo en los casos que les pueden beneficiar.

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En el PP, seguirán reprochando al Gobierno su sintonía con EH Bildu, sobre todo al entender que la izquierda 'abertzale' se sitúa ahora como un “socio prioritario” del Ejecutivo gracias a la mediación de Pablo Iglesias. Tampoco creen que sea positivo para Ciudadanos estar en una negociación en la que el presidente “ha elevado a partido de Estado” la formación de Otegi. Y ese será uno de los puntos clave en los que el PP insistirá en los próximos días, exigiendo a Sánchez que explique el escenario actual en el que dirigentes de Bildu, como el diputado Oskar Matute, hablaron de que “hoy empieza todo y vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen”. Según el vicepresidente segundo, el partido 'abertzale' “estará en la dirección del Estado”.