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La crisis migratoria con Marruecos revive en Canarias
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La crisis migratoria con Marruecos revive en Canarias

Ante la gravedad de la situación en el archipiélago y las divergencias entre ministerios, la vicepresidenta Calvo asume la coordinación de la lucha contra la inmigración irregular

Foto: Puerto de Arguineguin, en Gran Canaria. (EFE)
Puerto de Arguineguin, en Gran Canaria. (EFE)
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Los inmigrantes marroquíes están de vuelta, pero no por donde se les esperaba. El año 2020 parecía que también era diferente en materia migratoria porque la mayoría de los 'sin papeles' que llegan por mar a España a través del Mediterráneo eran argelinos, mientras que a Canarias, donde se ha disparado la inmigración irregular, eran subsaharianos que zarpaban sobre todo de Mauritania y Senegal.

Con el otoño, ha cambiado la tendencia. Ahora, como suele ser tradicional todos los años, los marroquíes constituyen de nuevo la mayoría relativa, pero, y esta es la novedad, desembarcan mayoritariamente en las islas Canarias. Al archipiélago han llegado desde principios de año y hasta el 2 de noviembre 16.055 'sin papeles'. Es la peor crisis migratoria desde que en 2006 se produjo la de los llamados cayucos, cuando pusieron pie en las islas 31.678 inmigrantes, casi todos subsaharianos que en su mayoría procedían de Mauritania.

placeholder Despliegue en el año 2006 de la primera operación de Interior y de Frontex frente a las costas de África Occidental.
Despliegue en el año 2006 de la primera operación de Interior y de Frontex frente a las costas de África Occidental.

De esos 16.055, el 46,5% son marroquíes, según datos de Interior comunicados a organizaciones internacionales, pero que no se hacen públicos en España. Ahora bien, a lo largo del año, el porcentaje de marroquíes llegados a Canarias no ha parado de aumentar. En octubre, hasta ahora el peor mes de la crisis, supusieron el 56,2% de las llegadas: 2.953 frente a 2.316 subsaharianos.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha optado por una política de opacidad en lo concerniente a la inmigración, diferente de la seguida por la mayoría de los socios europeos de España. No proporciona el desglose de las nacionalidades declaradas de los inmigrantes, se supone que para no zaherir a sus países de origen empezando por Marruecos, ni su lugar de desembarco. Presionó en su día a Fomento para que Salvamento Marítimo dejara de anunciar en Twitter los rescates que efectuaba.

Foto: Una veintena de inmigrantes subidos a la valla de Melilla, en una imagen de 2015. (EFE)

Ahora, con motivo de la crisis canaria, Interior ha dado una vuelta de tuerca más poniendo, por ejemplo, trabas a la prensa para fotografiar a los hasta 1.300 inmigrantes que llegaron a dormir hacinados al aire libre en un muelle del puerto de Arguineguín (Gran Canaria). Javier Bauluz, premio Pulitzer de fotografía, es uno de los reporteros gráficos que no han cejado de quejarse en Twitter de que “Marlaska impide la libertad de prensa”, algo que, según él, “ni Fernández Díaz [ministro de Interior del PP] se atrevió” a hacer.

La llegada de cayucos o pateras desde Mauritania y Senegal confirma el desmoronamiento del dique de contención erigido a finales del segundo mandato del presidente José Luis Rodríguez Zapatero para poner a salvo Canarias de la inmigración. Consistía en otorgar a ambos países, mediante acuerdos de cooperación policial, unos 14 millones de euros anuales. Ese dinero se destinaba, en realidad, a pagar sobresueldos a las fuerzas de seguridad para que, desde los generales hasta los gendarmes de a pie que patrullaban las playas, cumplieran con su trabajo y controlaran la emigración.

Desde finales de septiembre, el grueso de las embarcaciones que ponen rumbo a Canarias parte, sin embargo, del sur de Marruecos y, sobre todo, del Sáhara Occidental, la excolonia española en manos de Rabat desde 1975. Aunque desde el verano hay un constante goteo —entre tres y cinco al día— de marroquíes que alcanzan Ceuta a nado o en barcas de plástico infantiles, las autoridades de Rabat controlan su costa septentrional y son pocos los que cruzan el Estrecho hasta Andalucía. El Mediterráneo es un cuasi monopolio de los argelinos: hasta el 1 de noviembre, llegaron a Almería y al Levante, 9.836, un 193% más que durante el mismo periodo de 2019.

placeholder El Ejército de Tierra monta en el antiguo polvorín de Barranco Seco un campamento diseñado para vaciar las instalaciones de primera acogida de inmigrantes de Arguineguin. (EFE)
El Ejército de Tierra monta en el antiguo polvorín de Barranco Seco un campamento diseñado para vaciar las instalaciones de primera acogida de inmigrantes de Arguineguin. (EFE)

Rabat ha dejado, en cambio, de vigilar la costa del Sáhara Occidental, un territorio en el que está desplegado el grueso de su Ejército. Es negligente, pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez movilizó el año pasado 140 millones de euros de la UE para respaldarlo en su lucha contra la emigración irregular, a los que añadió otros 32 de ayuda bilateral española. El BOE publicó además, el 3 de noviembre, el pliego de condiciones para la adquisición de 130 vehículos policiales, por importe de 8,65 millones, que serán regalados a Marruecos.

"Un amigo me anunció que desde Canarias había viajado a Europa", dice Ahmed. "Cada día que pasa, tengo más ganas de seguir su ejemplo"

Algunos responsables marroquíes reconocen, bajo cuerda, que han aflojado la inspección del territorio desde que el 21 de octubre simpatizantes del Frente Polisario bloquean al cruce de Guerguerat, en el sur del Sáhara, e impiden así el tráfico por carretera desde Marruecos a Mauritania. Es verdad que Rabat ha enviado a esa zona unidades del Ejército y de la Gendarmería, pero el auge de la llegada de marroquíes a Canarias empezó mucho antes de esa fecha.

Cientos de canarios se manifiestan en Arguineguin contra la situación de los inmigrantes

Víctimas del sector turístico

Los perfiles de los marroquíes que desembarcan en el archipiélago son diferentes de los que solían hacerlo en Andalucía. Muchos de ellos son víctimas de la crisis del sector turístico, que también asola Marruecos. Hasta que empezó la pandemia, eran mozos, camareros, recepcionistas, cocineros en los hoteles y restaurantes de Marrakech o Agadir, o vendían en las calles amuletos a unos turistas que han desaparecido. Arruinados, porque en Marruecos apenas hay ayudas sociales, han optado por emigrar.

Ahmed, de 33 años, acababa de ser contratado como portero en el Movenpick de Marrakech, pero a los dos meses perdió su empleo porque el hotel cerró y aún no ha reabierto las puertas. “Vivo ahora a expensas de mis padres”, explica a través de WhatsApp. “He visto cómo otros compañeros empleados en otros hoteles están intentando emigrar”, añade. “Uno de ellos, gran amigo, me escribió hace una semana anunciándome que desde Canarias había, por fin, viajado a Europa y estaba alegre”, proseguía. “Cada día que pasa tengo más ganas de seguir su ejemplo”, concluye.

Foto: Un preso desinfecta una puerta en una cárcel de Marruecos. (Reuters)

Para los amigos de Ahmed, hay ahora un aliciente más para emigrar. Saben que si ponen pie en España no van a ser expulsados a su país. Desde que empezó la pandemia, Marruecos ha suspendido las repatriaciones que hasta entonces se efectuaban solamente por tierra y con cuentagotas, a través de las fronteras de Ceuta y Melilla. Estas permanecen cerradas a cal y canto y probablemente lo estarán hasta finales del invierno. Solo Mauritania ha aceptado, por fin, esta semana un contingente simbólico de repatriados: 22 inmigrantes, en su mayoría senegaleses.

Interior ha entablado ahora contactos con Frontex para reactivar la operación Hera, que ya puso en marcha hace 14 años

Interior ha entablado ahora contactos con Frontex para reactivar la operación Hera, que ya puso en marcha hace 14 años. Se trata de que la agencia europea de control de fronteras secunde, con sus potentes medios, a las fuerzas de seguridad españolas en el patrullaje de las costas de Mauritania y Senegal respetando los acuerdos con esos países. No se contempla que haga otro tanto con el Sáhara, para no indisponer a Rabat y pese a que la doctrina jurídica oficial de Naciones Unidas considera que España, y no Marruecos, sigue siendo la potencia administradora de ese territorio.

Foto: El barco de la ONG española Open Arms. (Reuters)
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Frontex ya colabora con Interior, en el marco de Indalo, en el mar de Alborán, pero ambos han evitado incluir en esa operación parte de las aguas de Marruecos. Un puñado de agentes de Frontex visitaba también cada año Ceuta y Melilla para observar en sus puertos el desarrollo de la operación Paso del Estrecho, pero no se acercaban a la valla fronteriza con Marruecos que saltan de vez en cuando los 'sin papeles' subsaharianos. Rabat no quiere ver a agentes europeos en sus fronteras terrestres o marítimas y el Gobierno español lo evita.

Ante la gravedad de la crisis migratoria en Canarias, Calvo se ha erigido en coordinadora de los diferentes ministerios involucrados

Ante la gravedad de la crisis migratoria en Canarias y las tensiones en el seno del Gobierno, la vicepresidenta Carmen Calvo se ha erigido desde finales de octubre en la coordinadora de los diferentes ministerios involucrados. Para alojar en mejores condiciones a los inmigrantes o para alejarles de los turistas alemanes y británicos que regresan tímidamente a las islas, el Ministerio de Inclusión y el Gobierno del presidente canario, Ángel Víctor Torres, presionan para que sean trasladados cuanto antes a la Península.

Interior se resiste, por dos razones: confía aún en poder repatriar a inmigrantes desde Canarias y considera también que con los traslados a la Península el 'sin papeles' culmina con éxito su aventura migratoria y lo comunica a sus amigos y conocidos en su país de origen, provocando así un efecto llamada.

Los inmigrantes marroquíes están de vuelta, pero no por donde se les esperaba. El año 2020 parecía que también era diferente en materia migratoria porque la mayoría de los 'sin papeles' que llegan por mar a España a través del Mediterráneo eran argelinos, mientras que a Canarias, donde se ha disparado la inmigración irregular, eran subsaharianos que zarpaban sobre todo de Mauritania y Senegal.

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