El juez interrogará al chófer de Bárcenas tras el careo entre Fernández Díaz y Martínez
Ríos se convirtió en uno de los pilares de la operación Kitchen tras ser captado por 2.000 euros mensuales, todos ellos con cargo a los fondos reservados procedentes de Interior
El que fuera chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, declarará de nuevo ante la Audiencia Nacional. Imputado por la conocida como operación Kitchen, el dispositivo que se llevó a cabo en 2013 para robar documentación sensible al extesorero popular, él mismo ha pedido comparecer de forma voluntaria ante el juez Manuel García Castellón para aclarar una serie de puntos respecto a sus declaraciones previas. Según explican fuentes jurídicas, el interrogatorio tendrá que esperar a después de este viernes, cuando se celebrará un careo entre dos de los principales investigados en esta pieza del caso Villarejo: el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el que fuera su número dos, Francisco Martínez, que en sus respectivas declaraciones mostraron contradicciones respecto a la operación en cuestión.
Ríos se convirtió en uno de los pilares del dispositivo tras ser captado por 2.000 euros mensuales, todos ellos con cargo a los fondos reservados procedentes de Interior: “Evidencia el conocimiento de los hechos por parte de mandos superiores del organismo”, sostenía el juez el pasado septiembre al acordar la imputación de Fernández Díaz. Él era el 'topo' bautizado como K2 y, en el sumario, son varias las conversaciones en las que se le escucha hablar sobre los movimientos de los Bárcenas con el comisario Villarejo: "Me pareces un tío que aprende con una rapidez que te cagas...", le alaba el policía en una de las reuniones que mantuvo con él. "Tú habrás visto que yo achucho poco y que... Pon 2.000, no 200, ¡mamón!", le incidía sobre el dinero que debía cobrar, que terminó por superar los 53.000 euros.
Villarejo le prometió además un puesto en la Policía Nacional por participar en el espionaje y, en otra de esas charlas que incluye el sumario, se evidencia esa falta de práctica al explicar cómo trató de comprobar números de teléfono en el móvil de la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, llamándose desde su aparato a sí mismo. "Me llamé a mí mismo porque me dije a mí, ‘coño, búscate la vida". "Bueno, vale, pues me voy a tirar al barro y diciendo que no encuentro mi teléfono me voy a llamar a mí mismo", cuenta. Pero el móvil de Iglesias no funcionó. "Llamada no autorizada y luego para borrarlo no veas lo que me costó hasta que borré mi número…. Encima era el bolso de la señora, no lo tenía fuera, metí la mano y eso no se debe hacer, porque los bolsos de las mujeres en su desorden ellas lo entienden".
Su relación con Villarejo queda por tanto probada, pero la investigación se centra ahora en aclarar quién estaba al tanto en Interior. El exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, firmó los documentos con los que se daba luz verde a los pagos a Ríos, pero en su última declaración dijo que desconocía el fondo del dispositivo. Con esta línea de defensa, Martínez contradice al exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo, Enrique García Castaño, que en marzo apuntó de forma directa al ex secretario de Estado de Seguridad. Según su versión, el comisario Andrés Gómez Gordo, también imputado, despachaba sobre la Kitchen con la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, mientras que él hacía lo propio con Martínez: "Yo le di el pendrive al secretario de Estado [con información robada a Bárcenas]".
Fernández Díaz sostuvo por su parte que se enteró del espionaje a Bárcenas por la prensa y que en ningún momento recibió indicación alguna de sus compañeros de partido y Gobierno. Esta declaración contradice a la de Martínez, que mantiene que el exministro conocía la identidad de Ríos y estaba al tanto del operativo. Para sostener esta idea, el exsecretario de Estado de Seguridad que Fernández Díaz le preguntó de forma directa por el chófer del extesorero. Con ambas versiones sobre la mesa, el magistrado ha acordado un carero entre los dos este viernes, comparecencia en la que se leerán sus respectivas declaraciones para después señalar las partes en las que no coinciden y, de esta manera, intentar aclarar cuál de las dos versiones es correcta.
Uno de los puntos que centrará el careo serán los mensajes de texto que los investigadores hallaron en marzo y que supuestamente fueron enviados por Fernández Díaz en 2013, información con la que dieron tras enterarse de que el propio Martínez había levantado acta notarial con los mismos antes de su imputación. En ellos, el ministro supuestamente incidía en que Kitchen "es importante", implicaba en los seguimientos al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y mencionaba de forma directa al "chófer de Bárcenas". Fernández Díaz sostuvo ante el juez que todos estos mensajes falsos y, a la espera de que incida en esta idea frente a la de Martínez el próximo viernes, el propio Ríos ha decidido mover ficha para declarar de forma voluntaria.
El que fuera chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, declarará de nuevo ante la Audiencia Nacional. Imputado por la conocida como operación Kitchen, el dispositivo que se llevó a cabo en 2013 para robar documentación sensible al extesorero popular, él mismo ha pedido comparecer de forma voluntaria ante el juez Manuel García Castellón para aclarar una serie de puntos respecto a sus declaraciones previas. Según explican fuentes jurídicas, el interrogatorio tendrá que esperar a después de este viernes, cuando se celebrará un careo entre dos de los principales investigados en esta pieza del caso Villarejo: el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el que fuera su número dos, Francisco Martínez, que en sus respectivas declaraciones mostraron contradicciones respecto a la operación en cuestión.
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