España ha sumado a lo largo del fin de semana al menos 42.000 nuevos contagiados. A falta de que Sanidad actualice las cifras, con los datos comunicados por la mayoría de las comunidades autónomas, el total de casos supera ya el 1,2 millones desde el inicio de la pandemia. La situación epidemiológica preocupa a las autoridades y expertos que, pese a que solo hace una semana que entró en vigor el estado de alarma con toques de queda a nivel nacional y otras restricciones, no descartan que sean necesarias medidas más severas de manera inminente.
Los datos de contagios comunicados este domingo mejoran respecto al sábado, con un descenso en regiones como Cataluña (4.095 casos, frente a los 6.212 de este sábado) o Navarra (434 frente a 580), una jornada en que cinco comunidades autónomas volvieron a batir sus récords de detectados diarios desde el comienzo de la pandemia.
El recrudecimiento de la segunda ola del covid ha provocado que en los últimos días otros vecinos europeos optaran por nuevas restricciones y un confinamiento domiciliario como el de marzo. El continente superó la barrera de los diez millones de casos el pasado jueves, varios países han registraron sus mayores cifras de contagios diarios, siendo Irlanda el primer país europeo en anunciar un nuevo confinamiento. Le siguieron Francia, Bélgica o Austria. El último líder europeo en implementar esta medida fue el británico Boris Johnson, asegurando que "el virus avanza más rápido que en los peores pronósticos".
El confinamiento domiciliario decretado en Inglaterra se produjo cuando el Reino Unido rebasó el millón de contagios de covid, una cifra que España superó el pasado 21 de octubre. La segunda ola forzó al Gobierno de Pedro Sánchez a decretar un segundo estado de alarma nacional y el toque de queda generalizado, cuando varios vecinos europeos ya habían ampliado estas restricciones. Muchos de ellos, con una incidencia de contagios menor a la de los territorios más afectados en España. Sin embargo, el Ejecutivo de Sánchez no descarta volver a los confinamientos a finales de noviembre si las medidas actuales no surten efecto sobre el número de contagios y algunas comunidades autónomas ya empiezan a avisar de la necesidad de adoptar más restricciones.
En Asturias, el aumento de la presión asistencial y del número de contagios por coronavirus ha elevado de tres a cuatro el nivel de alerta, lo que ha llevado al Gobierno regional a anunciar que va a adoptar de manera inmediata nuevas medidas para restringir la movilidad y las interacciones sociales con el objetivo de evitar el aumento de casos que conlleven una repercusión en el sistema sanitario. El ejecutivo asturiano ha precisado que estas medidas se pondrán en marcha con la mayor brevedad posible.
El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, ha manifestado este domingo que "mira con preocupación al futuro". "Si sigue este ritmo de evolución en Andalucía, habrá que tomar decisiones mucho más duras". Esta comunidad ha registrado más de 5.000 casos diarios por cuarto día consecutivo. Y en Melilla, el dirigente autonómico Eduardo de Castro, ha instado formalmente al Ministerio de Sanidad para que habilite a la mayor brevedad posible los mecanismos legales necesarios para activar el confinamiento domiciliario en la Ciudad Autónoma, a la luz de los últimos datos de evolución de la pandemia, que la mantienen a la cabeza del país en incidencia del virus.
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado nuevas medidas restrictivas para la comunidad en breve si la curva de la pandemia no baja. Ha apelado en este sentido a la "responsabilidad individual", a un "autoconfinamiento inteligente" basado en la máxima restricción de movimientos no solo entre comunidades autónomas sino también entre ciudades, municipios y dentro de la propia provincia, es decir "ir del trabajo a casa, de casa al trabajo, tener los menos encuentros posibles".
En este sentido se ha pronunciado este domingo el exdirector de Sistemas de Salud de la OMS, Rafael Bengoa. Ha afirmado que, si se mantienen las cifras actuales de la pandemia en España y no se logra que desciendan, "es inevitable, dentro de una o dos semanas, al ver que esto no está funcionando, ir a un confinamiento domiciliario". En declaraciones a Catalunya Radio, el también exasesor de Barack Obama y exconsejero vasco de Sanidad ha aseverado que, "si consiguiéramos bajar los números y rastreáramos mejor se podría convivir con el virus, pero esto no está funcionando y por lo tanto es necesario pasar al siguiente nivel".
Este experto en salud pública ha opinado que este segundo confinamiento domiciliario sería más corto, pues "estamos hablando de un mes", como el que se han planteado o se plantean ya otros países europeos, y permitiendo a los niños acudir al colegio, a diferencia del que se vivió en marzo y abril. También, a diferencia de esos meses, sería importante "no razonar como entonces" y "asegurar que, mientras estamos confinados, se van montando todos los sistemas de rastreo y de seguimiento", para que, cuando bajen las cifras, "la infraestructura de control de los brotes no se nos vaya otra vez de las manos".
Ha pronosticado que próximamente "quizás" se vuelvan a ver "los hospitales abrumados con pacientes" y, dando por supuesto que el comportamiento ciudadano irresponsable "no va a cambiar", opina que "el confinamiento nacional va a ser la mejor medida".
"Si sigue este ritmo de evolución en Andalucía, habrá que tomar decisiones mucho más duras", ha señalado Juan Marín
La presión hospitalaria, que no cede en las UCI españolas a la espera de que las nuevas restricciones surtan efecto, "preocupa" en varias comunidades autónomas. La mayoría de los territorios mantiene un cierre perimetral y un toque de queda para contener los contagios y, sobre todo, aliviar la carga que afecta a las regiones con más incidencia. En referencia a la presión hospitalaria en una de las comunidades que batieron su récord ayer, Cataluña, el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Sant Pau de Barcelona, Joaquín López-Contreras, aseguró este sábado que la situación actual "se parece muchísimo" a la de marzo, durante la primera ola de la pandemia.
En el primer fin de semana tras el decreto del estado de alarma, España ha vivido dos noches de disturbios y altercados violentos en varias ciudades. Con más de 60 detenidos en todo el país, las protestas se sucedieron en las ciudades de Burgos, Madrid, Barcelona o Bilbao. Los manifestantes quemaron contenedores, arrojaron objetos a la policía y asaltaron comercios como muestra de rechazo a las medidas decretadas por el Gobierno.
La pandemia de coronavirus originada en la ciudad china de Wuhan supera ya los 46 millones de casos en todo el mundo, de los cuales 30 millones se han recuperado, tras registrar unos 431.000 casos en las últimas horas, un descenso respecto al récord diario del sábado (cuando rebasó con creces el medio millón de nuevos infectados) mientras las víctimas mortales rozan los 1,2 millones, según el balance actualizado a este domingo por la Universidad Johns Hopkins.
En total, 46.084.254 personas han contraído el virus, de las que más de la mitad se encuentran en los tres países más afectados —Estados Unidos, India y Brasil—, mientras que las víctimas mortales son ya 1.195.568. España se mantiene como el sexto país más golpeado por la pandemia, con 1,18 millones de casos y 35.878 fallecidos. En Argentina hay 1,16 millones de personas contagiadas y 31.002 víctimas mortales.
España ha sumado a lo largo del fin de semana al menos 42.000 nuevos contagiados. A falta de que Sanidad actualice las cifras, con los datos comunicados por la mayoría de las comunidades autónomas, el total de casos supera ya el 1,2 millones desde el inicio de la pandemia. La situación epidemiológica preocupa a las autoridades y expertos que, pese a que solo hace una semana que entró en vigor el estado de alarma con toques de queda a nivel nacional y otras restricciones, no descartan que sean necesarias medidas más severas de manera inminente.
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