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Tribuna

Llorará porque en esta serie no hay clemencia

Por José Antonio Zarzalejos

Ilustración sobre la serie 'El desafío: ETA'

'El desafío: ETA' es una serie de ocho capítulos en la que no es posible evitar el llanto. Los que hemos elaborado este documento audiovisual histórico -en mi caso como responsable editorial- no hemos tenido clemencia. Sencillamente porque no podíamos perdonarnos ni perdonar a los que sigan la serie ni un gramo de la terrible realidad del horror que la banda criminal suministró en vena a la sociedad española durante décadas. Pero tampoco hemos eludido testimonios exculpatorios, paliativos y hasta comprensivos con el crimen, porque esa relativización del mal forma parte de esta crónica en la que el contraste entre los héroes y los villanos lanza un mensaje mudo pero contundente e inequívoco. Hemos sido notariales y por serlo nos hemos colocado en el lado correcto de la historia. No existe mejor mensaje editorial que dejar que los perversos demuestren que lo son y las víctimas enseñen, con serenidad, las llagas de un dolor íntimo, contenido y tan cierto como los cadáveres baleados y estallados por las pistolas y las bombas etarras.

No podíamos perdonar ni un gramo de la terrible realidad del horror que ETA suministró en vena a la sociedad española durante décadas

Me resistí a asumir la encomienda de revisar guiones, repasar cuestionarios, escarbar en archivos y llamar a estos y aquellos para que nos prestasen sus testimonios. Tenía pavor emocional a revivir aquellos momentos angustiosos de mi vida en Bilbao durante los años noventa del pasado siglo. Pero estar allí donde me pedían que colaborase se convirtió, más que en una ocupación profesional, en un deber moral, en un compromiso cívico y en una obligación personal de contribuir a nutrir el relato cierto de lo que fue ETA, de lo que hizo ETA, de lo que significó ETA para que no se olvide, para que, sin ánimo de venganza pero sí de justicia, no se amparen centenares de crímenes, secuestros, destrucciones y chantajes en la bruma semántica que apela a los “dos bandos”, al “conflicto”, al “contexto histórico”.

Ilustración de la famosa pintada encontrada en San Sebastián en diciembre de 1993
Ilustración de la famosa pintada encontrada en San Sebastián en diciembre de 1993.

Vuelvo al principio: viendo las imágenes de esta serie, escuchando los testimonios que se recogen -más de ochenta- se llora porque la realidad siempre supera a la ficción. En este caso es una realidad tan increíble que podría parecer que aquellas monstruosidades no fueron posibles, que sucedieron en otro país, que la dosis de realidad es tan brutal que resulta indigerible, imaginaria. 'El desafío: ETA' es, creo, una aportación definitiva sobre un episodio de nuestra historia reciente que sigue apelando a la conciencia colectiva para, en particular en el País Vasco, provocar un catarsis moral. Nos falta hacer el duelo social que las víctimas merecen y quizás esta serie nos facilite ese trance imprescindible para recuperar plenamente la conciencia cívica a veces endurecida por la ajenidad de las víctimas olvidadas, preteridas, anónimas.

Es una comunicación visual y sonora dura y directa, sin concesiones, a veces brutal, pero siempre pegada a los hechos

No puedo escribir mucho más de esta serie. Solo pergeñar una reflexión sobre el servicio de la comunicación a la verdad histórica. Las grandes catástrofes humanas han tenido, están teniendo, su narrativa literaria, en sus varios géneros, histórico, ensayístico y de ficción. Pero, adelantado ya el siglo XXI, no hay causa que no reclame imagen y sonido, tangibilidad, conexión directa con los acontecimientos. Esta serie ofrece esa perspectiva y lo hace globalmente; no se permite digresiones sobre suposiciones o hipótesis; no maneja ucronías; no emplea recursos ópticos ni maneja lenguajes persuasivos o disuasivos. Es una comunicación visual y sonora dura y directa, sin concesiones, a veces brutal, pero siempre pegada a los hechos, las palabras pronunciadas por los que han decidido hacerlo, desde expresidentes del Gobierno de España hasta cómplices morales y efectivos de los criminales. También hay belleza, serenidad, virtud y una extraordinaria humanidad. Es un recorrido en ocho zancadas audiovisuales en el que el caminante-espectador se sentirá en una montaña rusa de emociones y sentimientos a veces contradictorios.

Ilustración de la manifestación en Ermua por Miguel Ángel Blanco
Ilustración de la manifestación en Ermua por Miguel Ángel Blanco.

No, no hemos tenido clemencia. Ni con nosotros. Pero tampoco con ustedes. Era importante que esta serie no diese tregua porque el horror no la tuvo y había que llevar ese ritmo infernal a empellones. Y un apunte final: 'El desafío: ETA' pelea contra la cultura de la cancelación. Es incorrecta políticamente. Lean los créditos y quédense con los nombres de los buenos hombres y mujeres que la han hecho. El mérito es de ellos al saber atrapar la veracidad de una historia en la que el dolor -el de todos, hasta el de los asesinos- rebosa y traspasa la pantalla. Por eso, les aseguro, llorarán. Y las lágrimas son el único consuelo que les propongo cuando el hijo del último asesinado por ETA y el anciano hermano del primer guardia civil asesinado pongan fin a este documento audiovisual definitivo para la historia de España.