La Guardia Civil descubre 38.000€ en sobres en el despacho de un concejal de ERC

Los registros de la llamada operación Voloh de la Guardia Civil contra el presunto desvío de fondos públicos al 'procés' y otros delitos de corrupción han arrojado resultados sorprendentes. Los agentes de la Unidad de Policía Judicial de Cataluña intervinieron al concejal de Urbanismo de ERC en el municipio de Cabrera de Mar (Barcelona), Enric Mir, 38.000 euros en billetes repartidos en varios sobres. El dinero estaba en los cajones de su despacho en el consistorio, según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas a las pesquisas.

El edil y el alcalde de esta localidad, Joan Mir, de Junts per Catalunya, están acusados de haberse concertado con uno de los cabecillas de la trama, el exdirigente de ERC y empresario Xavier Vendrell, para recalificar los terrenos de la finca Villa Bugatti, propiedad de este último. El pasado 25 de febrero, la corporación local aprobó una modificación en su plan urbanístico que doblaba el actual valor del inmueble, de 5 millones de euros a más de 10, y permitía la construcción en esa misma zona de un colegio concertado de educación especial.

Vendrell ya tiene uno en funcionamiento en otra ciudad del área metropolitana de Barcelona, Sant Joan Despí. El centro se llama Fundació Pedagògica El Brot y el antiguo secretario de Organización de ERC (1996-2006) habría conseguido que la directora general de Centros Concertados y Centros Privados de la Generalitat, Pilar Contreras, de su mismo partido, le permitiera tener más aulas y más alumnos en cada una de ellas de lo que tenía autorizado. Contreras fue detenida en el dispositivo de este miércoles, al igual que otros responsables de la Consejería de Sanidad y los ediles de Cabrera de Mar.

El hallazgo de 38.000 euros es un punto de inflexión en las diligencias. El edil de Urbanismo alegó ante los agentes que el dinero procedía de una herencia, pero las averiguaciones e intervenciones telefónicas realizadas durante los últimos dos años por los expertos en delitos económicos de la Guardia Civil apuntan a que serían comisiones por favores urbanísticos. Villa Bugatti sería uno de los mayores exponentes de la red clientelar que presuntamente había tejido Vendrell en la zona.

Las escuchas han revelado que el concejal y el alcalde eran conocedores de que el exsecretario de Organización de ERC estaba celebrando eventos en sus instalaciones que registraban asistencias muy superiores a las 350 personas que podía acoger como máximo. De hecho, en su página web, Villa Bugatti ofrecía sus servicios para celebrar bodas o congresos con hasta 10.000 invitados. En el verano de 2019, Vendrell montó una cena con centenares de invitados, por ejemplo. Asistieron numerosos miembros del Govern, el presidente del Parlament, Roger Torrent, diputados autonómicos y algunos de los principales empresarios catalanes, entre ellos, el expresidente de la CEOE Juan Rosell, que se habría asociado con Vendrell, según la investigación.

Pese a las irregularidades, que habrían continuado incluso durante los meses de la pandemia, el ayuntamiento de Cabrera no sancionó a Villa Bugatti. Las vigilancias de la operación Voloh habrían acreditado que Vendrell ya estaba haciendo obras y movimientos de tierra para ampliar la finca e iniciar la construcción del colegio concertado. Oficialmente, ERC se manifiesta en contra de este tipo de centros y apuesta exclusivamente por la educación pública.

Además de los 38.000 euros, los investigadores se incautaron de una ingente cantidad de documentos y archivos digitales. Será especialmente valioso el portátil de Vendrell. En el momento de su detención, estaba trabajando con él. Los especialistas informáticos de la Guardia Civil han podido acceder a los datos que alojaba en el disco duro y en la nube. El volcado de archivos se prolongó durante toda la jornada.

En las actuaciones también se aprehendieron decenas de teléfonos móviles que aportaran nuevos detalles sobre el funcionamiento del grupo. Además del terminal de Vendrell, especialmente relevantes serán los terminales de David Madí, que fue secretario de Comunicación del Govern con Jordi Pujol y habría participado en decenas de negocios presuntamente irregulares; y el del editor Oriol Soler, que desempeñó un papel clave en la campaña de propaganda del 1-O y colaboró con Vendrell en la coordinación de Tsunami Democràtic. Con una mano movían sus negocios y, con la otra, el 'procés'.