Vox ensaya su nueva realidad tras la ruptura de Casado con la alarma como filón
El partido de Santiago Abascal comienza a dar los primeros pasos después de que el pasado jueves Casado sorprendiera a Vox con una ruptura de las relaciones tal y como eran hasta ahora
En Vox, ven un antes y un después en la ruptura emprendida por Pablo Casado la semana pasada. Tras el mal trago sufrido por Santiago Abascal en sede parlamentaria ante lo que consideró "ataques personales" por parte del líder del PP, el partido se puso en marcha este lunes para abordar la nueva realidad posmoción. En esta nueva era, buscan fijar las posiciones que les permitan mantener las diferenciaciones con Génova y alinear a los populares con el tándem que forman Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. En este primer ensayo, la formación se ha encontrado con un filón inesperado: la declaración del estado de alarma.
Aunque el propio Abascal ha sostenido públicamente que nada cambiará en los pactos que mantienen en tres autonomías, Ceuta y ayuntamientos, en la formación ven a Casado en una estrategia de no retorno que tratarán de explotar para elevarse como la única alternativa real a Pedro Sánchez y a lo que han venido llamando "consenso progre". Si ya el pasado jueves Vox alineó al PP con el Gobierno por el hecho de que volviera a estar en la mesa la negociación para que se renueven órganos constitucionales como el Consejo General del Poder Judicial, este lunes la alarma les ha permitido agudizar sus distinciones sin cambiar sus posturas.
El estado de alarma se convirtió durante los meses más negros de la pandemia en un filón para Vox. Tras apoyar la primera prórroga de la excepcional medida, en abril los de Abascal ya se pasaron al no y terminaron llevándola al Tribunal Constitucional para consolidar su oposición frontal ante unas medidas que consideran ilegales. El 23 de mayo, el partido trató de capitalizar el rechazo a las restricciones tras más de dos meses de confinamiento con una gran manifestación en coche. Los pitidos y las banderas saliendo por la ventana de los vehículos pudieron verse en múltiples ciudades, pero fue en Madrid donde lograron su mayor éxito, colapsando el centro de la ciudad.
La vuelta a esta medida, con vocación de que sea de forma duradera, ha permitido a Vox ser la única gran formación que se oponga tajantemente a su aplicación. Tras haber anunciado un nuevo recurso ante el TC este lunes, el portavoz orgánico, Jorge Buxadé, acusó a Moncloa de "romper la igualdad de los españoles en los derechos fundamentales". "No podemos quedarnos en casa con miedo", enfatizó el eurodiputado, que subrayó que en la formación no consideran necesario que se tomen medidas que vulneren las libertades de la población.
La oposición sin matices a la alarma contrastó de primeras con la respuesta del PP, que si bien rechazó los términos planteados por el Gobierno para prorrogarla seis meses, se abrió a apoyarla si se limitaba a un máximo de ocho semanas, entre otros condicionantes. Vox vio en esto un elemento más para vincular a Casado con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos en una rueda de prensa en la que ya bautizó al líder del PP como "ministro oposición, el ministro número 19". "No hay ninguna razón sanitaria, es el capricho, porque el señor Sánchez se siente fuerte para violentar los derechos de los españoles con el nuevo ministro", comentó Buxadé.
El pasado 12 de octubre, coincidiendo con un atípico Día de la Hispanidad, el partido animó a la población a manifestarse de nuevo en sus automóviles contra el Gobierno de la nación y sus restricciones tras haberse decretado la alarma en Madrid. Aunque por el momento no se ha anunciado ninguna movilización en este sentido, es de esperar que Vox busque canalizar el descontento de parte de la población que se opone a las nuevas limitaciones por la pandemia, más aún si el PP termina llegando a acuerdos en este ámbito.
El debate entre Casado y Abascal en sede parlamentaria este último jueves dejó trastocado en el momento al de Amurrio. A la mañana siguiente, en una entrevista en EsRadio, el presidente de Vox deslizó que se abordaría un posible reenfoque de la estrategia del partido al entender que el giro del PP dejaba "huérfanos" a cientos de miles de votantes. "En ese contexto, Vox se tiene que dirigir a muchos más españoles y probablemente tendremos que quedarnos con lo esencial", valoró el político vasco, que subrayó que "Vox no va a hacer piruetas" en este nuevo marco. El partido no ve necesario destensar las relaciones en estos momentos con los populares y considera que quien ha cambiado de postulados es Génova.
Este lunes, se reunía por primera vez tras la moción la Conferencia de Acción Política, el órgano que fija la posición del partido a comienzos de cada semana. Tras el encuentro ordinario, el portavoz Buxadé aseguró que esa "reflexión íntima" que hicieron Abascal y el resto de cargos tras la fallida iniciativa ya ha concluido y que su estrategia pasa por continuar como hasta ahora. En su primer discurso tras el comentado viaje al centro del PP, el dirigente de Vox esbozó las líneas maestras que guiarán las próximas semanas el partido: oposición a la alarma, alinear el PP con el bloque que sostiene el Gobierno, enfatizar las disfuncionalidades del sistema de las autonomías y el rechazo a las iniciativas encaminadas a la transición ecológica, que ven impuestas por Bruselas.
Vox se encuentra aún tanteando los efectos del quiebro del PP sin ninguna gran cita sobre la mesa de aquí a final de año. En la formación, creen que la próxima fecha marcada con un círculo en el calendario son las elecciones catalanas de febrero, donde Vox entrará previsiblemente en el Parlament y sueña con superar en escaños a un PP que se encuentra en retroceso en la región.
En Vox, ven un antes y un después en la ruptura emprendida por Pablo Casado la semana pasada. Tras el mal trago sufrido por Santiago Abascal en sede parlamentaria ante lo que consideró "ataques personales" por parte del líder del PP, el partido se puso en marcha este lunes para abordar la nueva realidad posmoción. En esta nueva era, buscan fijar las posiciones que les permitan mantener las diferenciaciones con Génova y alinear a los populares con el tándem que forman Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. En este primer ensayo, la formación se ha encontrado con un filón inesperado: la declaración del estado de alarma.
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