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El semáforo que ha permitido a Canarias ir a contracorriente en la segunda ola
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El semáforo que ha permitido a Canarias ir a contracorriente en la segunda ola

El archipiélago tiene la incidencia más baja de toda España. En las últimas semanas, mientras la situación empeoraba en el resto del país, allí iba a mejor

Foto: Canarias recibe más turistas en otoño e invierno que en verano. (Reuters)
Canarias recibe más turistas en otoño e invierno que en verano. (Reuters)

Canarias se dio cuenta de que el SARS-CoV-2 no se tomaba vacaciones cuando en agosto, tras una primera ola de la pandemia bastante suave en comparación con el resto de España, los casos comenzaron a aumentar. De una incidencia por debajo de los cinco casos por 100.000 habitantes durante mayo, junio y julio, se pasó a una de casi 200. En ese momento, se llamase o no segunda ola a lo que estaba pasando en todo el país, lo que estaba claro era que la tregua se había acabado. Dos meses después, la situación es muy grave, lo que ha llevado al Gobierno a decretar un nuevo estado de alarma que incluye un toque de queda para todo el país excepto una comunidad: Canarias.

Canarias abre sus puertas al turismo

La restricción a la movilidad nocturna no se aplicará en el archipiélago, que esta semana empezará a recibir turistas. Alemania y Reino Unido han incluido las islas en la lista de territorios seguros para viajar tras certificar la favorable evolución epidemiológica en la comunidad. Una noticia vital para Canarias, que recibe más turistas en otoño e invierno que en verano y que tiene en esos dos países a sus dos principales emisores turísticos. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, la incidencia acumulada en la región es de 81,41 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, la más baja de toda España.

Una de las principales medidas puestas en marcha para rebajar la transmisión del virus fue la implantación de un semáforo para la evaluación de riesgo. "Es algo sencillo, que se parece a lo que acaba de instaurarse a nivel nacional, pero creo que es mucho más severo", explica Lluís Serra Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y portavoz del comité científico asesor del Gobierno de Canarias. Él ha coordinado el grupo de trabajo en el que se ha apoyado el Ejecutivo de las islas para hacer frente al virus.

El umbral elegido por el Gobierno canario es bastante estricto: se considera que una isla tiene un nivel alto de transmisión si la incidencia supera los 50 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días o si uno de sus municipios supera los 100, con más de dos casos esporádicos y un incremento superior al 10% respecto a la media de las incidencias de las dos últimas semanas. Si eso sucede, pasa de verde a rojo y, entre otras medidas, las reuniones se limitan a un máximo de 10 personas y se adelanta el cierre de la hostelería. En la actualidad, solo Tenerife está en rojo.

"Ha sido útil sobre todo para implicar a las autoridades de las islas. Para que se tome conciencia de que el problema es de Canarias, pero cada isla tiene también su responsabilidad", dice Serra Majem, que señala Alemania como uno de los referentes para poner en marcha ese sistema en las islas.

placeholder Majem es el portavoz del comité que asesora al Gobierno de Canarias en la gestión de la pandemia. (EFE)
Majem es el portavoz del comité que asesora al Gobierno de Canarias en la gestión de la pandemia. (EFE)

Canarias reaccionó pronto en verano cuando la situación empeoró en Gran Canaria. La incidencia comenzó a crecer a principios de agosto, asociada sobre todo a brotes en Las Palmas de Gran Canaria. A finales de ese mes, el número de casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días superó los 200 en la provincia de Las Palmas. "Tuvimos algunos días con una positividad del 12 o 13%, pero supimos atajarlo a tiempo y ver el problema en sus fases iniciales, relativamente, porque con este virus siempre vamos con una semana o dos de retraso", dice Serra Majem. También en agosto, explica el catedrático, decidieron reforzar los equipos de rastreadores para hacer frente a la segunda ola de la pandemia.

"Ser islas nos beneficia en que estamos más aislados y la movilidad es menor, pero también puede pasar lo contrario: que en agosto se desarrolle este gran brote, que no actuemos de manera diligente y que tengamos que cerrar para evitar que haya casos entre otras islas o hacia la Península. La responsabilidad sanitaria no es solo sobre tu territorio, sino que es sobre el conjunto de Europa o de España. Tendríamos que ser capaces de entender esto. Hay que actuar pensando en esto". En su opinión, en España se perdió el tiempo en verano y se tardó en actuar. "Cualquiera que sepa un poco de epidemiología, en julio o en agosto sabía que en Madrid estaban pasando cosas, porque se veía", dice.

PCR a los turistas

El comité del que forma parte ha asesorado al Gobierno de Canarias, pero no ha tomado decisiones. "Son políticas y tienen que serlo", dice Serra. "En nuestro caso, decíamos lo que pensábamos y luego se hacía más caso o menos, normalmente mucho. En ningún momento podíamos forzar o incluso filtrar lo que habíamos recomendado si luego no se aprobaba, habría sido una deslealtad", añade.

Foto: Complejo hotelero de Anfi del Mar, en Mogán (Gran Canaria).

"Sabemos lo que hay que hacer, pero no siempre se puede hacer políticamente. Un ejemplo es que nosotros desde el principio hemos recomendado el máximo control en los accesos en aeropuertos y puertos, sin embargo, otras administraciones no nos han permitido hacerlo. Todavía Aena está poniendo dificultades", dice sobre la petición de exigir PCR en origen a los viajeros, algo que Canarias ha defendido desde el inicio de la desescalada. "Francia ahora tiene niveles de transmisión muy altos. Si viene un viajero de allí, alguien tendría que hacerle un control", dice. En su opinión, son necesarios corredores seguros "ya no de país a país, sino de región a región". "Hay 'länder' alemanes que tienen incidencias más altas que las nuestras".

Cuando Europa sufre lo peor de la segunda ola y España vuelve a tener un estado de alarma en todo el país para adoptar restricciones importantes, Canarias vuelve a abrirse al turismo. "Hoy por hoy, el único destino seguro en esta parte del globo es Canarias", afirma Serra Majem. "No es completamente seguro, pero la gente podrá venir tranquilamente".

Canarias se dio cuenta de que el SARS-CoV-2 no se tomaba vacaciones cuando en agosto, tras una primera ola de la pandemia bastante suave en comparación con el resto de España, los casos comenzaron a aumentar. De una incidencia por debajo de los cinco casos por 100.000 habitantes durante mayo, junio y julio, se pasó a una de casi 200. En ese momento, se llamase o no segunda ola a lo que estaba pasando en todo el país, lo que estaba claro era que la tregua se había acabado. Dos meses después, la situación es muy grave, lo que ha llevado al Gobierno a decretar un nuevo estado de alarma que incluye un toque de queda para todo el país excepto una comunidad: Canarias.

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