La desconfianza en Sánchez se dispara en la segunda ola del covid tras caer en la primera
El barómetro del CIS tampoco deja bien parado al líder de la oposición, que también mejoró en este dato en la primera oleada de la pandemia y ha empeorado en las últimas fechas
En marzo la pandemia del coronavirus impactó de lleno en España. El ejemplo cercano de Italia no elevó los niveles de alerta como habría sido deseable y cuando el Gobierno reaccionó el virus estaba tan descontrolado que optó por pulsar el botón rojo y confinar a todo el país mediante el estado de alarma. Aunque Pedro Sánchez ha sido acusado durante meses de haber ignorado las evidencias previas, la primera prórroga de la alarma no tuvo ninguna oposición en el Congreso. Estas primeras semanas de gestión fueron bien percibidas por los españoles, según el barómetro del CIS de abril, que registró una caída significativa en la desconfianza hacia el socialista. Según este mismo sondeo, la segunda ola apunta ahora en la dirección opuesta, aunque son múltiples los factores que intervienen en esta percepción.
El Centro de Investigaciones Sociológica publicó este jueves el barómetro de octubre. En él volvió a preguntar a los españoles por el grado de confianza que transmite el presidente del Ejecutivo, poniendo sobre la mesa varias opciones: mucha confianza, bastante confianza, poca confianza o ninguna confianza. Es esa última opción la que más adeptos captó en las entrevistas del sondeo, que se produjeron entre los días 1 y 7 de octubre. El 39,3% no tiene ningún tipo de confianza en su presidente -11 puntos más que en abril- y el 28,6 tiene poca. Entre ambas suman el 67,9%.
Los nuevos datos confirman una tendencia de pérdida de confianza de los españoles en el líder socialista. El porcentaje de aquellos que tiene poca o ninguna confianza en él cayó significativamente con la llegada de la pandemia en marzo. Si bien el barómetro de ese mismo mes no medía la acogida de la población a las restricciones para hacer frente al covid, el sondeo del mes siguiente sí que abarcaba de lleno la gestión de las semanas más negras de la epidemia en España. Los ciudadanos que se posicionaban en una de estas dos opciones pasaron de suponer un 68,5% en marzo a un 60% en abril, un significativo descenso.
Desde entonces, la proporción de quienes tienen poca o ninguna confianza en Sánchez ha ido engordando con el paso de los meses y con el aumento de la tensión entre los distintos partidos políticos. En la entrega del mes de mayo, el barómetro recogía ya un repunte hasta el 62,2%. En aquel momento, la población podía opinar ya con el plan de desescalada del Gobierno aprobado, las tensiones entre Madrid y el Ejecutivo central al alza y con un estado de alarma que lograba menos respaldo en el Congreso de los Diputados.
El barómetro de junio confirmó esta tendencia hacia Sánchez. Quienes tenían poca a ninguna confianza en él pasaron a suponer ya el 63,7% de la población en un contexto en el que Moncloa había aprobado la última prórroga del estado de alarma, con solo 177 votos a favor, y poco después de que Vox convocara una manifestación en coche contra el socialista por las calles de Madrid.
En julio, con la desescalada ya finalizada en todo el país, España se embarcaba en unas semanas de descenso en el número de contagios y hospitalizaciones y con parte de la población yéndose de vacaciones. La llegada del verano y la relajación de la pandemia no cambió la curva de la confianza en Sánchez. El barómetro de ese mes elevó hasta el 65,1% la proporción de los que tenían poca o ninguna confianza en el mandatario.
En agosto no hubo CIS, pero este volvió en septiembre con la segunda ola en auge, con la vuelta al cole en proceso y después de que Fernando Simón hubiera elevado el tono y advertido de que "las cosas" no iban "bien". El porcentaje creció de nuevo hasta el 66,2%. En las últimas semanas, antes de este barómetro de octubre que ha elevado el dato hasta el 67,9%, la población ha asistido a la presentación de una moción de censura contra el Gobierno, al aumento de los casos de coronavirus y de las restricciones en el país y a las fricciones entre Moncloa y la Comunidad de Madrid.
Las entrevistas se dieron antes de algunos acontecimientos relevantes y por tanto estos no entraron en la valoración de los españoles: el estado de alarma en Madrid; el anuncio de la reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ); la decisión del juez Manuel García Castellón de pedir al Tribunal Supremo que investigue a Pablo Iglesias por tres delitos en el marco del caso Dina; o la confirmación por parte del Supremo de que el PP se lucró con Gürtel.
Suben 11 puntos los que no tienen ninguna confianza
Aunque el dato de quienes tienen poca o ninguna confianza cayó de forma importante con la llegada de la pandemia y ahora ha repuntado con la segunda ola, es el de aquellos a los que Sánchez no inspira ninguna confianza el grupo que más crece en estos meses. Si de marzo a abril caía de 32,6 a 28,1, desde entonces ha ido creciendo: 29,3% en mayo, 33,7% en junio, 31,9% en julio, 34,1% en septiembre y 39,3% en octubre.
Sánchez, sin embargo, cuenta con que a la población le inspira menos seguridad el líder de la oposición, Pablo Casado, en quien el 85,9% tiene poca o ninguna confianza en este último CIS de octubre. En los meses previos, el dato también ha estado muy por encima del presidente: 80,7% en marzo (antes del estado de alarma), 77% en abril, 84,2% en mayo, 84,3% en junio, 84,8% en julio y 85% en septiembre. Ambos presentan, por tanto, una tendencia similar.
El socialista ha sido en todo momento, tal y como quedó claro en las elecciones de noviembre de 2019, el preferido por los españoles entre los líderes de los partidos para ser presidente del Gobierno. Pero el peso de quienes expresaban esta preferencia también ha disminuido en este tiempo. Si entre marzo y abril el porcentaje creció desde el 31,1% al 35,5, la proporción se ha reducido desde entonces: 33,2% en mayo, 32,1% en junio, 32,2% en julio, 27,9% en septiembre y 25,3% en el de octubre. Sánchez también ha pasado de aprobar en abril (5) a suspender ahora con un 4,3, un comportamiento similar al del resto de líderes de partidos políticos entre los que el presidente es el mejor valorado.
En marzo la pandemia del coronavirus impactó de lleno en España. El ejemplo cercano de Italia no elevó los niveles de alerta como habría sido deseable y cuando el Gobierno reaccionó el virus estaba tan descontrolado que optó por pulsar el botón rojo y confinar a todo el país mediante el estado de alarma. Aunque Pedro Sánchez ha sido acusado durante meses de haber ignorado las evidencias previas, la primera prórroga de la alarma no tuvo ninguna oposición en el Congreso. Estas primeras semanas de gestión fueron bien percibidas por los españoles, según el barómetro del CIS de abril, que registró una caída significativa en la desconfianza hacia el socialista. Según este mismo sondeo, la segunda ola apunta ahora en la dirección opuesta, aunque son múltiples los factores que intervienen en esta percepción.