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"Villarejo me dijo que quería averiguar dónde escondió Bárcenas los 84 millones"
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LOS AUDIOS DE LA OPERACIÓN KITCHEN

"Villarejo me dijo que quería averiguar dónde escondió Bárcenas los 84 millones"

El chófer del extesorero aseguró ante el juez que el comisario ahora encarcelado por el caso Tándem le dijo que actuaba por orden judicial y que el conductor estaba obligado a colaborar

Foto: El chófer Sergio Ríos, el comisario Villarejo y Luis Bárcenas. (EC)
El chófer Sergio Ríos, el comisario Villarejo y Luis Bárcenas. (EC)

El que fuera chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, primero, y de su esposa, Rosalía Iglesias, después, Sergio Ríos, explicó durante su declaración ante la Audiencia Nacional en el marco del caso Kitchen que él fue captado por el comisario José Villarejo, según le indicó este último, para colaborar en una operación dirigida por la autoridad judicial. La supuesta misión que Villarejo le trasladó que se estaba llevando a cabo tenía como finalidad, añadió Ríos, descubrir dónde escondía Bárcenas los 84 millones de euros que supuestamente se había llevado

"Me dijo que había una investigación abierta judicialmente por parte de la Policía en búsqueda y recuperación de los famosos millones", explicó el exconductor de la familia, que explicó que él empezó a trabajar con los Bárcenas el 18 de febrero de 2013, tres días después de que el exdirigente del PP hiciera la polémica peineta a los medios de comunicación cuando aterrizó en el aeropuerto de Barajas tras regresar de un viaje a Canadá. Ríos, que pasó seis meses como acompañante y persona de confianza en temas de seguridad del extesorero, hasta que este ingresó en prisión, estuvo luego otros ocho meses más con la esposa de Bárcenas, a quien llevaba de un sitio a otro y hacía recados de todo tipo, desde ir a recoger unos zapatos hasta llevar jamón o recoger al hijo del matrimonio.

Así lo explicó el propio exchófer durante su declaración en la Audiencia Nacional el 15 de enero de 2019, un audio al que ha tenido acceso El Confidencial en el marco del sumario del caso Kitchen. La pieza que pertenece al caso Tándem investiga la operación montada por Villarejo con conocimiento del secretario de estado de Seguridad, Francisco Martínez, para localizar los supuestos documentos que obraban en poder de Bárcenas y que presuntamente podrían comprometer el futuro del presidente del PP, Mariano Rajoy, quien, según dijo el comisario Enrique García Castaño —supuesto socio de Villarejo— también en sede judicial, estaba al tanto de todo el operativo.

Ríos detalló durante dos horas cómo, cuando estaba ejerciendo como conductor de Bárcenas, comenzó a notar seguimientos extraños, que no correspondían con los que hacían los periodistas, que siempre trataban de acercarse. Se dio cuenta de que las nuevas personas que andaban tras los pasos de su empleador utilizaban motos o aparcaban en lugares donde no se podía estacionar. "Eso me llevó a fijarme más en ellos", recordó. "No tenían interés en abordarle y esto me llamó la atención, por eso se lo comuniqué al señor (Bárcenas), que me pidió que extremara las medidas de seguridad, cosa que a veces podía hacer, pero otras no", contó.

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Un día, admitió, se mosqueó especialmente. "Uno de los individuos me marcó durante cuatro días, cuando iba a comer, al gimnasio... Entonces llamé al 091. Vino un zeta, les conté que había un individuo y les dije con quién estaba yo trabajando, me dijeron que se acercarían a identificar a esa persona; van, le identifican, se sonríen los tres y vuelve. Tranquilo, chaval, que es nuestro, me dijeron. Y esto me tranquilizó", explicó Ríos, quien agregó que días después dos policías le pagaron un café. "Hay alguien que quiere verte, me dijeron; pues disculpadme, si no es obligado... Estoy con este señor de aquí detrás", aseguró el exchófer que contestó en aquella ocasión en referencia a su cliente.

"Ese fue el primer contacto que me hicieron", relató el declarante, que confesó que solo una semana después se le presentó el comisario García Castaño mientras estaba en el taller haciendo la revisión al coche. "Paró un coche, un C4, negro, con los cristales tintados, con inhibidor, y se baja este señor, que me dice 'no corras, soy de los buenos' andando despacio", añadió Ríos, que admitió que en ese momento no sabía quién era su interlocutor, que tuvo que preguntar después a sus contactos en la Policía Nacional, que fueron quienes le informaron de que se trataba de "un policía ilustre, con muchísimas medallas". "El César de la Policía, vamos", resumió ante el juez Manuel García Castellón, instructor de la causa.

placeholder Sergio Ríos abandonó la Audiencia Nacional con casco tras su declaración. (EFE)
Sergio Ríos abandonó la Audiencia Nacional con casco tras su declaración. (EFE)

El encuentro con García Castaño, sin embargo, no fue mucho más allá, según relató el propio Ríos, quien explicó que le "violentó" el modo que utilizó el comisario para abordarle y seguramente este lo notó. "Me dijo que cuándo podíamos tomar un café juntos, me dijo que por mi bien y mi interés, que sabía que era buena persona, que había estado con distintas personalidades, y me las dijo, sabía mi situación familiar, sabía quién era yo", rememoró el exchófer, quien sin embargo también negó haber quedado luego con él. "Le dije que no me parecía apropiado, que no entiendo que sea por mi bien y me respondió 'bueno, da igual, no te preocupes, chaval, ya hablaremos' y me dio una tarjeta con un teléfono", relató Ríos, que según contó nunca llamó a ese teléfono.

Uno de los policías que el exconductor consultó para averiguar la identidad de su interlocutor, un inspector que estaba en excedencia, resultó conocer a Villarejo y le propuso quedar un día con este último. "Me acordé de él, era un inspector y eso me daba un poco más de garantías, así que cogí el teléfono y le llamé (...); le conté lo que me había sucedido y me respondió que lo más que podía hacer era llamar para enterarse", afirmó Ríos, quien agregó que días después le llamó este inspector. "Me dijo que era verdad, que era un comisario, que llevaba temas de policía judicial, de organización criminal, de terrorismo y que simplemente quería hablar conmigo; le pregunté 'tú qué harías' y me dijo que 'hombre, es la policía, yo cooperaría", relató.

Foto: El extesorero del PP Luis Bárcenas. (EFE)

Dos días después, el inspector volvió a llamar a Ríos y le preguntó, según el exchófer, si se tomaría un café con un comisario que no era García Castaño. "Va a venir otro comisario", le indicó su interlocutor, quien admitió no saber "muy bien quién es", solo que era "comisario principal". Los tres quedaron entonces, añadió Ríos, en un McDonald's. "El inspector nos presentó y se retiró", recordó el exconductor de Bárcenas, que se quedó entonces con su nuevo conocido, que resultó ser —y así recordó el exchófer que se presentó— el comisario José Villarejo. "Me dijo que había una investigación abierta judicialmente por parte de la Policía en búsqueda y recuperación de los famosos millones que habían faltado, de los 82 u 84 millones, y añadió que yo estaba en medio", rememoró.

"Eres vigilante, eres escolta, sabes que estás obligado, no te queremos buscar ningún problema, eres buena gente has sido militar", recordó Ríos que le dijo Villarejo, que le advirtió de que podría incurrir en "obstrucción a la justicia". El exchófer le confió que estaba a punto de dejar a Bárcenas porque este no cumplía con las condiciones pactadas, que tenía otro trabajo en tareas de seguridad en la embajada saudí que le compensaba más y que tenía obligación de velar por sus ingresos. El comisario le pidió que siguiera trabajando con el extesorero del PP, que colaborara, que no le tocara la moral y que le indicara con quién se reunía, a qué bancos iba, etc.

Foto: Número 32 de la calle General Díaz Porlier, donde Rosalía Iglesias tenía la galería de arte. (Google Maps)

Ríos empezó entonces a pasar información sobre la agenda de Bárcenas a su nuevo interlocutor, con quien quedó al menos una decena de veces más. "Les interesaba todo", le dijo al juez el declarante, que confesó que no quería perder su licencia de armas ni incurrir en obstaculización de investigación policial alguna. "Si usted o la Fiscalía me piden colaboración, yo voy a colaborar como autoridades que son", le indicó al magistrado antes de apostillar que "jamás cometería ningún delito". "Me habían dicho que era una operación judicial", subrayó. "Y es mi obligación", apuntó Ríos, quien explicó que amagó en varias ocasiones con dejar el servicio porque el cliente no cumplía lo pactado pero que siguió porque Villarejo le pidió que lo hiciera y le prometió que le compensaría por los servicios que dejaba de hacer en la embajada saudí.

"Me preguntó que qué problema tenía y le respondí que yo tenía que llegar a mis 180 horas de vigilante sí o sí (...); tengo más servicios con los que pago mi hipoteca", explicó antes de señalar que fue entonces cuando Villarejo comenzó a entregar diferentes cantidades hasta en diez ocasiones. La mayor de ellas, aseguró, fue de 1.600 o 1.700 euros. Ríos y el comisario mantuvieron su relación posteriormente durante 17 meses, según el testimonio el exchófer, quien decidió finalmente por propia voluntad dejar el servicio de Bárcenas y centrarse en su embajada. "Más no puedo ayudar; nada chaval, muchas gracias por servir a la Policía, a la justicia, a España, al mundo, me dijo", añadió en la Audiencia Nacional.

Durante el tiempo que Ríos y Villarejo estuvieron en contacto, el primero pasó al segundo el recorrido que hacían Bárcenas, primero, y su mujer, después. Con quién estaban, los números de teléfono que utilizaban o cosas que trasladaban de un sitio a otro. Así lo explicó el propio exchófer, quien durante su declaración identificó a cada uno de los policías que le siguieron y con los que entró en contacto hasta llegar a García Castaño y a Villarejo, los dos supuestos cabecillas de la trama Kitchen, según considera la Fiscalía Anticorrupción.

El que fuera chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, primero, y de su esposa, Rosalía Iglesias, después, Sergio Ríos, explicó durante su declaración ante la Audiencia Nacional en el marco del caso Kitchen que él fue captado por el comisario José Villarejo, según le indicó este último, para colaborar en una operación dirigida por la autoridad judicial. La supuesta misión que Villarejo le trasladó que se estaba llevando a cabo tenía como finalidad, añadió Ríos, descubrir dónde escondía Bárcenas los 84 millones de euros que supuestamente se había llevado

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