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Inhibidores, teléfonos rojos... La 'ciberguerra' entre Villarejo y Bárcenas en el caso Kitchen
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EL SUMARIO, AL DESCUBIERTO

Inhibidores, teléfonos rojos... La 'ciberguerra' entre Villarejo y Bárcenas en el caso Kitchen

El extesorero había montado todo un sistema de contraespionaje al que ni siquiera el chófer 'comprado' por la trama Kitchen era capaz de acceder

Foto: El extesorero del PP Luis Bárcenas. (EFE)
El extesorero del PP Luis Bárcenas. (EFE)

El extesorero del PP Luis Bárcenas estaba obsesionado con la seguridad de sus comunicaciones. No quería que nadie invadiera su intimidad a través del ‘hackeo’ de su teléfono móvil o de sus otros dispositivos electrónicos. Por eso portaba siempre consigo un inhibidor de frecuencia que llevaba en su maletín personal. Así lo cuenta el que fuera chófer de la familia, el ahora policía e investigado en el caso Kitchen Sergio Ríos Esgueva, en varias conversaciones que mantuvo con el comisario también imputado en la misma causa José Manuel Villarejo durante los meses que se extendió la operación de espionaje a la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, que este último dirigió con conocimiento de altos cargos del Ministerio del Interior que entonces dirigía Jorge Fernández Díaz.

“En el maletín, en el maletín que siempre sale en todas las imágenes, ahí llevaba un inhibidor, que lo tengo yo en casa”, reveló el chófer a su interlocutor el 2 de octubre de 2013 en una conversación que expone el sumario de la causa al que ha tenido acceso El Confidencial y en la que en varias ocasiones los dos participantes califican a Bárcenas como “un tipo disciplinado”, “meticuloso”, “obsesionado”, “matemático” y “serio, como Dios manda”, porque pone todos los medios que tiene a su alcance para evitar ser espiado. “Por eso muchas veces cuando le preguntan [los periodistas] no escuchaban, porque no les funcionaban los micros”, añadió Ríos Esgueva para explicar que el inhibidor no dejaba dispositivo cerca activo.

Foto: Número 32 de la calle General Díaz Porlier, donde Rosalía Iglesias tenía la galería de arte. (Google Maps)

“A mí me decía, ‘el teléfono, venga, su teléfono, ehhh’. Sí, sí, lo tengo en modo avión, don Luis; ‘vale, vale, perfecto, modo avión”, contó el chófer. “Inhibidor aquí, inhibidor allí, era muy, muy… y en la cazadora; los de La Sexta siempre lo decían, que cuando bajaba con la chaqueta llevaba el inhibidor puesto”, subrayó el interlocutor de Villarejo, que argumentaba de este modo lo difícil que era acceder a sus comunicaciones, objetivo que pretendía conseguir el comisario por medio de Ríos Esgueva. “Y los números esos, macho, cómo podemos conseguir los números esos”, le preguntó Villarejo en esa misma conversación en referencia a unos teléfonos que Bárcenas utilizaba para enviarle mensajes puntuales al chófer.

El extesorero le escribía para que llevara a su mujer al gimnasio con el fin de que esta se relajara, y lo hacía a través de mensajes que remitía desde un teléfono oculto, de ahí el interés de Villarejo por averiguar los números de esos terminales, extremo en el que insistió varias veces durante la mencionada conversación. "¿Desde dónde te manda esos mensajes?", le reitera. "¿Dónde están esos teléfonos rojos?", persiste. Pero el chófer subraya que "no se usan ya", que antes tenía uno solo para hablar con el periodista Pedro J. Ramírez, pero que ese lo ha "apagado". "¿Pero cómo podemos conseguir los números esos?", machaca el comisario, que sabía que podía encontrar información de interés para su investigación, que tenía el único objetivo de encontrar el paradero de esos supuestos documentos que Bárcenas escondía con información comprometedora para Rajoy o el Gobierno del PP.

Foto: Fotografía de archivo de Soraya Sáenz de Santamaría y Esperanza Aguirre. (EFE)

Esos números, respondió el conductor, "son los que recogimos, estaban en…". Pero no pudo terminar, porque Villarejo le interrumpió. "Pero no en… yo hice alguna gestión en aquello y aquel día y es que, además…", reflexionó el comisario sobre otros teléfonos que presumiblemente le habría pasado Ríos Esgueva con anterioridad pero que el policía había confirmado que no tenían interés. Luego, ambos interlocutores hablan de la "guerra" en la que estaba metido Bárcenas para evitar ese tipo de espionaje y cuidar hasta el último detalle de sus comunicaciones y de sus dispositivos electrónicos de almacenamiento.

"En el gimnasio, siempre llevaba un 'pendrive', a las reuniones siempre llevaba 'pendrive', además, me fijaba yo cuando hablaba con Trallero y todos estos; si metía un 'pendrive' en el ordenador, le quitaba internet; o sea, era un tipo muy cuidadoso", describió Ríos Esgueva en la citada conversación, en la que llamativamente Villarejo volvía una y otra vez sobre los mencionados números de teléfono incluso cuando la charla parece que se redirecciona hacia otros derroteros. "Todo lo que sea recuperar esas grabaciones tal y cual, recuperar los discos duros…", inisistió. "Pues a ver si, coño, te puedes, eh, podemos conseguir los números esos de teléfono; ¿de qué compañía…?", le interroga el comisario, pero el chófer tan solo supo responder con la forma que utilizó para tratar de conseguir en vano la información que le requería el funcionario.

Foto: La exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en una imagen de archivo de 2015. (EFE)

"Intenté llamar, pero no me deja llamar, solamente puedes llamar al teléfono que recibe las llamadas (…). Y yo para intentar… me llamé a mí mismo porque me dice a mí, coño, búscate la vida y tal, 'bueno, vale, pues me voy a tirar al barro y diciendo que no encuentro mi teléfono me voy a llamar a mí mismo', no funcionaba, llamada no autorizada y luego para borrarlo no veas lo que me costó, hasta que borré mi número; y ya me puse un poco nervioso. ¿Me entiendes? (…) Encima, era el bolso de la señora, no lo tenía fuera, metí la mano y eso no se debe hacer", relató el chófer al explicar cómo trató de acceder al terminal de Rosalía Iglesias para averiguar los números.

"Era un Samsung (…) chiquitillo, de 20 euros (…) y esos no tienen internet", añadió antes de explicar que la pareja escogía esos móviles para evitar que les localizaran. "Él iba con la pluma y estaba preparado para la guerra", sentenció Ríos Esgueva. "Él sí grababa, pero claro, no quería que nadie más le grabara", interrumpió Villarejo, que dejó ver en su intervención que "alguien" tenía que estar "asesorando" a Bárcenas sobre estos extremos, ya que su actuación era "muy profesional".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. (EFE)

Las medidas de prudencia del extesorero, sin embargo, no evitaron que la trama liderada por Villarejo y su compañero, el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo responsable de todos los dispositivos de espionaje Enrique García Castaño, llegara finalmente hasta las comunicaciones privadas de Bárcenas. Así lo puso de manifiesto en diciembre de 2018 el periódico 'El Mundo', que contó que entre la documentación intervenida por los investigadores del caso Tándem en el domicilio de Villarejo había una copia de las comunicaciones que mantuvieron Bárcenas y Rajoy entre 2012 y 2013, en las que, entre otras cosas, el presidente del PP le mostraba su apoyo al extesorero tras la información que había aparecido en prensa sobre la fortuna de este último en Suiza.

Los policías de la trama se hicieron con esta documentación, en concreto, cuando esta fue trasladada de un sitio a otro para evitar que fuera descubierta. Las comunicaciones entre Bárcenas y Rajoy fueron a través de dos números distintos.

El extesorero del PP Luis Bárcenas estaba obsesionado con la seguridad de sus comunicaciones. No quería que nadie invadiera su intimidad a través del ‘hackeo’ de su teléfono móvil o de sus otros dispositivos electrónicos. Por eso portaba siempre consigo un inhibidor de frecuencia que llevaba en su maletín personal. Así lo cuenta el que fuera chófer de la familia, el ahora policía e investigado en el caso Kitchen Sergio Ríos Esgueva, en varias conversaciones que mantuvo con el comisario también imputado en la misma causa José Manuel Villarejo durante los meses que se extendió la operación de espionaje a la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, que este último dirigió con conocimiento de altos cargos del Ministerio del Interior que entonces dirigía Jorge Fernández Díaz.

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