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La segunda ola golpea los rincones de España que salieron indemnes en primavera
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DE ARAGÓN A CASTILLA-LA MANCHA O MURCIA

La segunda ola golpea los rincones de España que salieron indemnes en primavera

Algunas de las localidades españolas con una mayor incidencia acumulada durante las últimas semanas apenas sufrieron casos en marzo y abril. ¿Qué ha pasado?

Foto: Confinamiento perimetral de Ejea de los Caballeros. (EFE)
Confinamiento perimetral de Ejea de los Caballeros. (EFE)
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El ruido que genera Madrid y su confinamiento selectivo puede provocar que se pase por alto otro factor de esta segunda ola que muestra que las cosas no son exactamente como en la primera. En este caso, son peores. Mientras que el rápido confinamiento favoreció que muchos municipios apenas sintiesen el golpe inicial de la pandemia, la reapertura, la movilidad vacacional y el retorno a la normalidad han provocado que algunas de las regiones con una mayor incidencia acumulada en el último mes sean las que estuvieron a salvo en marzo y abril.

Uno de los ejemplos más claros es el de Ejea de los Caballeros, patria chica del presidente aragonés, Javier Lambán, que aparece en cualquier listado como uno de los lugares de la geografía española más golpeados por la pandemia. La incidencia acumulada durante los últimos 14 días esta semana era de 2.132, por encima de algunas de las zonas confinadas de Madrid como Usera o Carabanchel. Más del doble que Zaragoza en sus peores momentos.

El retorno a la movilidad generalizada es una herramienta igualadora. Ninguna región está a salvo del coronavirus, tan solo es cuestión de tiempo

Datos contundentes, teniendo en cuenta que Aragón fue una de las regiones menos afectadas de inicio y Ejea, un ejemplo al conseguir que sus residencias quedasen libres de virus con un confinamiento voluntario. Medio año después, la localidad de las Cinco Villas lleva dos semanas confinada perimetralmente. El pasado lunes, se decidió alargar las medidas una semana más, porque la incidencia de la semana anterior seguía superando los 1.000 casos.

No es, ni de lejos, el único caso, y de igual forma que en un primer momento las grandes ciudades fueron las más afectadas, las últimas semanas parecen haber contribuido a distribuir los contagios en pequeños municipios. Es lo que ocurre también en Murcia, donde localidades como Mazarrón o Lorca (que ya había sido afectada sensiblemente en la primera ola) han visto dispararse los casos hasta verse obligadas a tomar severas medidas de mitigación. Regiones como Navarra siguen manteniéndose a la cabeza en contagios, aunque en su caso el mayor crecimiento se localiza en Pamplona, su capital.

Foto: Foto: Susana Vera.

Tiene sentido epidemiológico. La velocidad de la implantación del estado de alarma a nivel nacional provocó que muchas capitales de comarca o pueblos de pequeño y mediano tamaño apenas se enterasen o pudiesen contener rápidamente el brote. El retorno a la movilidad generalizada es una herramienta tristemente igualadora. La gran moraleja es que ninguna región está a salvo del coronavirus, tan solo es cuestión de tiempo. Es lo que muestran los siguientes mapas.

Una de las grandes dificultades para establecer criterios es que muchas comunidades no aportan datos de sus municipios, y en otros casos, estos llegan tarde y de forma escalonada. Sin embargo, basta con observar las regiones más afectadas entre marzo y principios de abril, que aparecen reflejadas en el primer mapa, y la incidencia actual, para comprobar cómo, si bien Madrid sigue siendo el centro de la epidemia, se ha producido un efecto ventilador que ha ido más allá de las regiones que rodean la capital, hasta Teruel, Navarra o Palencia, que en marzo y abril podían presumir de bajos contagios.

Estos gráficos (aun sin tener los datos más recientes, lo que explica el descenso final en cada provincia) permiten apreciar cómo en algunos casos, la segunda ola está llegando más lejos que la primera. Si bien puede explicarse en un alto grado por la realización de muchos más PCR, se aprecia cómo provincias muy afectadas en un primer momento como Ávila o Soria han sufrido un menor impacto en el final del verano. Por el contrario, el aumento es espectacular en otras regiones como Badajoz, Ciudad Real, Navarra, Murcia, Teruel o Toledo. No se trata únicamente de las regiones. Dentro de ellas, algunos municipios están siendo particularmente castigados. ¿Cuáles?

Andorra (Teruel)

placeholder Confinamiento en Andorra. (EFE)
Confinamiento en Andorra. (EFE)

Alcañiz, en Teruel, fue una de las regiones menos afectadas en la primera ola. Tanto fue así que su alcalde, Ignacio Urquizu, fue uno de los pioneros a la hora de reclamar la relajación del confinamiento en el ámbito rural, por ejemplo, permitiendo atender los huertos. Andorra, con 7.600 habitantes, se encuentra en la comarca vecina, y ha sido uno de los primeros pueblos de toda España en seguir el ejemplo de Ejea hasta el absoluto confinamiento perimetral tras una primavera plácida.

“Hay barreras de hormigón para entrar y salir del pueblo, y la guardia civil te pide justificante de trabajo para poder cruzar”, explica Beatriz, una vecina. El ambiente es muy parecido al de marzo, aunque incluso con más miedo. Apenas se ve a nadie por la calle. La incidencia ha aumentado sensiblemente durante la última semana, como señalaba este jueves una orden publicada en el BOA. De 689 casos por 1.000 habitantes en la semana en que se implantaron las medidas a los 1.184.

"Hay barreras de hormigón para entrar y salir del pueblo, y la guardia civil te pide justificante de trabajo para poder cruzar"

Como recuerdan sus vecinos, la situación pareció desbocarse durante los primeros días de septiembre, sin que se identificasen fácilmente las causas, como suele ocurrir cuando se camina hacia la transmisión comunitaria. Hasta entonces, los rastreadores locales habían sido capaces de realizar un seguimiento estrecho de los casos diagnosticados durante el verano. Alrededor del día 7, se perdieron de vista los focos: se habían registrado 41 positivos en la última semana. En apenas siete días, se diagnosticó un 44% de los casos en el pueblo durante toda la pandemia.

Una de las teorías que circulan por la localidad aragonesa es el impacto de las 'no fiestas' de agosto. “Esto empieza antes de las no fiestas”, matizó su alcalde, Antonio Amador, en una entrevista con Aragón Radio. “Pero el impacto de las no fiestas está claro, lo estamos viendo en los resultados de estos días, que están aumentando de forma más notable”. “Ha cambiado la percepción, en marzo, el miedo era porque no se sabía qué pasaba, y ahora el miedo es precisamente por saber qué está pasando”, añade Beatriz. En la primera ola, el primer fallecimiento se produjo el 18 de abril, un mes después de la declaración del estado de alarma. Ahora, los contagios y los muertes comienzan a tocar a muchas familias de forma directa.

Cebolla (Toledo)

placeholder Inundaciones en Cebolla, este agosto. (EFE)
Inundaciones en Cebolla, este agosto. (EFE)

Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, se ha convertido en la ciudad de Castilla-La Mancha con una mayor incidencia acumulada. Concretamente, una media de 706 casos en los últimos 14 días, por encima de localidades confinadas como la madrileña Getafe. A unos 20 kilómetros se encuentra Cebolla, donde hay censados 3.264 habitantes. En la semana del 7 al 13 de septiembre, la Junta de Castilla-La Mancha reportaba 24 casos, pero a muchos cebollanos, a la espera de la actualización de los últimos días, no les convencen.

“Vivimos en un pueblo, sabemos con nombres y apellidos quién lo tiene, y si te pones a contar, sabes exactamente quién lo ha cogido, y no salen las cuentas”, explica un vecino, que califica la situación del pueblo de “al límite”. “Aquí ha habido colas kilométricas de coches para hacerse PCR en el centro de salud, llegaban a la puerta, les hacían la prueba y pasaba el siguiente”. Como si fuese un McAuto o una gasolinera.

"Aquí ha habido colas kilométricas de coches para hacerse PCR en el centro de salud, llegaban a la puerta, les hacían la prueba y pasaba el siguiente"

Cebolla fue uno de los primeros municipios de la región que sufrieron restricciones, junto a Seseña, Illescas o Yuncos. El 22 de agosto, se cerraron discotecas, bibliotecas, piscinas y centros de día y se restringieron visitas a residencias de ancianos; el 8 de septiembre, Sanidad decretó esas mismas medidas para toda la región al mismo tiempo que se levantaban en la localidad. Este miércoles, se volvieron a decretar nuevas medidas aún más duras en otro paso de un tango sin fin que ha provocado que muchos negocios de hostelería cierren por falta de rentabilidad. Como ocurre en otros casos señalados, en la primera ola, tan solo hubo un único fallecido y una familia confinada.

Tan solo queda especular. Algunos señalan la influencia de Talavera de la Reina y el hospital Nuestra Señora del Prado, donde se ha denunciado que existe un “contagio comunitario masivo”. Una capital de comarca que irradia a las localidades que dependen de ella, y que para algunos es la auténtica “bomba vírica” a la que se refirió Emiliano García-Page, no Madrid.

Otro factor es la presencia del instituto al que acuden adolescentes de los pueblos circundantes y que abrió sus puertas coincidiendo con el nuevo aumento de los casos. Entre ellos, Malpica de Tajo, donde el 12 de septiembre se decretaron nuevas medidas restrictivas. “Parecía que al mundo rural no le iba a llegar el coronavirus, pero hay mucho brote, con casos muy elevados”, lamenta este vecino.

Palencia

placeholder El alcalde de Palencia comparece para anunciar las nuevas medidas de seguridad. (EFE)
El alcalde de Palencia comparece para anunciar las nuevas medidas de seguridad. (EFE)

Las capitales de provincia también han sido víctimas de la apertura. Palencia, en concreto, ha pasado de ser la segunda ciudad de Castilla y León menos afectada, con uno de los índices de mortalidad más bajos, después de Burgos, a convertirse en la ciudad de la comunidad con más casos por cada 100.000 habitantes, duplicando los datos de abril y con las UCI a un 80% de ocupación. De 275 a 423 casos en una semana.

Si bien esto puede achacarse en un alto grado a la realización de más pruebas PCR, la escalada ha llevado esta semana a su alcalde, Mario Simón, a comenzar a tomar medidas desde este jueves ante una posible transmisión comunitaria, similares a las que ya se habían tomado en Salamanca o Valladolid. Entre ellas, se encuentran la suspensión de actividades, una mayor presencia policial en las calles y la recomendación de hacer un “uso moderado” del transporte público.

"Que se haya decidido implementar nuevas restricciones en Palencia quizá provoque una sensación de que la situación se ha descontrolado"

Miguel del Corral, profesor de Lengua Castellana y Literatura en Palencia, admite que por primera vez comienza a haber una cierta sensación de descontrol. “Hay que reconocer que Palencia fue de las primeras en tomar medidas y de las más restrictivas en el comienzo de la pandemia, así que se entiende que entonces no tuviéramos datos alarmantes en comparación con otros lugares”, explica a El Confidencial. “Ahora, parece que se va más a ciegas, lo que no deja de resultar paradójico porque ya han sido varios meses con la pandemia, pero se toman medidas de forma muy irregular y que a la gente le resultan, en ocasiones, poco comprensibles”.

Es uno de los lamentos habituales entre unos vecinos que se vieron obligados a confinarse sin sentir el impacto de la enfermedad en sus círculos más cercanos. Por ejemplo, el joven profesor cita el caso de unos amigos que fueron expulsados de unas pistas al aire libre en las que jugaban al fútbol… para terminar haciendo lo propio en un polideportivo cerrado. O el cierre de parques infantiles, o las restricciones en la vida nocturna que afectan particularmente a una ciudad que se mantiene sobre los hombros del sector servicios.

Foto: Eljas es una localidad en la sierra de Gata.

¿Qué ha cambiado para que Palencia pase a ser un punto caliente? Es difícil decirlo, y ahí está de nuevo la clave. El propio alcalde manifestaba esta semana que “no había una causa objetiva, la trazabilidad ha funcionado bien”. “Tampoco están claras las posibles causas del incremento de casos”, coincide Del Corral. “Este año no se han celebrado —al menos no como otros años— las fiestas patronales de san Antolín [festividad del 2 de septiembre], y la verdad es que cualquier evento se ha desarrollado con poco aforo; no se puede decir que haya habido excesos”.

Las hipótesis, tanto del alcalde como de los vecinos, apuntan a la movilidad entre provincias y dentro de las provincias, al inicio del curso escolar y del laboral, con reincorporación a oficinas, y al retorno urbano tras unas vacaciones más rurales de lo normal. Del Corral vive en una de las zonas más afectadas, con una población más envejecida y, por lo tanto, más vulnerable. ¿Cunde el miedo? “Yo no creo que no se vea con tanta intensidad como en Madrid. De momento. También es cierto que, en una ciudad de provincias, los tiempos son más lentos, la vida más sosegada, se escuchan o leen noticias: ‘se han producido nuevos casos, se han cerrado estas aulas en estos centros educativos, están en cuarentena estas clases…".

El propio alcalde de Palencia reconocía esta semana que “no había una causa objetiva, la trazabilidad ha funcionado bien”

“Yo creo que el hecho de que se haya decidido implementar nuevas restricciones en Palencia quizá provoque una sensación de que la situación se ha descontrolado, de que empezamos a estar de nuevo en una situación de mayor vulnerabilidad, de más posibilidad de contagio y de que no volvemos a la normalidad, pero esto también ocasiona desazón y malestar a mucha gente por sus negocios, por su trabajo, por lo que pueda pasar”, prosigue.

Un goteo de noticias y restricciones que van calando poco a poco en la moral de los vecinos palentinos. Malestar, porque “las autoridades parecen dar palos de ciego”. Y desazón, porque incluso controlando los casos, saben que las consecuencias económicas para una ciudad en el alambre, entre la migración y el olvido, pueden ser una herida difícil de curar.

El ruido que genera Madrid y su confinamiento selectivo puede provocar que se pase por alto otro factor de esta segunda ola que muestra que las cosas no son exactamente como en la primera. En este caso, son peores. Mientras que el rápido confinamiento favoreció que muchos municipios apenas sintiesen el golpe inicial de la pandemia, la reapertura, la movilidad vacacional y el retorno a la normalidad han provocado que algunas de las regiones con una mayor incidencia acumulada en el último mes sean las que estuvieron a salvo en marzo y abril.

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