Entre el bloqueo y el covid: la apertura más descafeinada del año judicial

Llegó septiembre y con él el solemne acto anual en el que se escenifica, en presencia del rey, la apertura del año judicial. Este 2020, sin embargo, no es un año cualquiera y sus especiales circunstancias generaron una ceremonia recortada, deslucida, marcada por el covid-19 y sus limitaciones y por el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional. Hubo un periodo en el que se pensó que el acto sería distinto, con acuerdo, un nuevo presidente del Supremo y el CGPJ y el final de casi dos años de interinidad. Pero las cuentas no cuadraron y de nuevo, por tercer año consecutivo fue Carlos Lesmes el que puso cara y palabras a esta inauguración del curso.

En el salón de plenos, en presencia de los presidentes de las salas y numerosas autoridades, se guardaba la distancia física como si fuera una metáfora de esa otra distancia difícil de salvar. Lesmes no esquivó la cuestión. Se refirió durante su discurso a la situación del órgano de gobierno de jueces y magistrados, recordando que sigue sin producirse su renovación pese a que vienen —dijo— reclamándola "insistentemente" y que el retraso representa "una seria anomalía".

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"Es la propia Constitución la que fija en cinco años la duración del mandato de cada Consejo, por lo que me veo en la obligación de exhortar nuevamente a los poderes públicos concernidos a renovar la institución sin mayores dilaciones", puso de manifiesto. No obstante, alejó cualquier idea de parálisis en el órgano en funciones e indicó que los nombramientos, ascensos, inspección y régimen disciplinario, asuntos que son de "debido cumplimiento", "deben seguir desarrollándose con normalidad". "Lo contrario sería incumplir la propia norma fundamental, con grave quebranto para la justicia española, a la que dañaría una paralización institucional mantenida en el tiempo en un momento en el que debe afrontar unos retos enormes".

Lesmes insta a la renovación del CGPJ: "Lo contrario sería incumplir la propia norma fundamental, con grave quebranto para la justicia"

Además de distancia social en el alto tribunal había mascarillas recuerdo del otro gran protagonista de la jornada, el virus. Tanto la fiscal general del Estado como el presidente del CGPJ hicieron mención a la pandemia que este año ha evitado que, tras los discursos, se celebre el tradicional aperitivo, ese primer contacto tras las vacaciones que reúne a los principales protagonistas del universo judicial.

Dolores Delgado y Lesmes mencionaron el covid-19 y sus efectos. La primera lo hizo para destacar la labor de la Fiscalía en épocas de pandemia, con especial énfasis en las residencias de mayores. El presidente del Supremo prefirió, sin embargo, centrarse en la inseguridad jurídica provocada por las distintas disposiciones normativas de las autonomías frente al avance del virus. Reclamó "una mayor claridad normativa" respecto de la adopción por las Administraciones de medidas restrictivas de la libertad personal al amparo de la legislación sanitaria de excepción y destacó que exige un posterior control judicial aún bajo el estado de alarma.

Quiso ver en la situación creada en los tribunales por la pandemia "una oportunidad para avanzar". "Es indispensable que la Administración de Justicia se convierta en una Administración lo suficientemente tecnificada y bien organizada para que, llegado el caso, pueda seguir prestando sus servicios de forma eficiente pese a dificultades como las que ahora vivimos", ha dicho Lesmes, que ha señalado que "quizás sea hora ya, definitivamente, y con el objetivo de contribuir también desde la justicia a la recuperación del grave golpe social, económico y moral sufrido, de alentar un verdadero giro estratégico a nivel legislativo sobre la forma de concebir la estructura del proceso judicial, en la que la tecnología y la digitalización no meramente ayuden o faciliten las tareas procesales, sino que las vertebren en su integridad", destacó.

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Mientras tanto, Delgado hizo balance de los retos del Ministerio Público. Avanzó que la Fiscalía redactará en los próximos días una instrucción para abordar la postura ante las ocupaciones de morada. Repasó los retos que plantea el terrorismo, con especial incidencia en el yihadista, se detuvo en la violencia de género, en los delitos informáticos y mencionó la corrupción. Recordó el juicio del 'procés', un ejemplo de normalidad institucional y de aplicación de la legalidad.

"La lucha contra la corrupción política continúa siendo otro de los objetivos prioritarios del Ministerio Fiscal", dijo, destacando que estos procedimientos son "técnicamente muy complejos y, a menudo, extraordinariamente voluminosos". No hizo mención, en presencia del rey Felipe VI, a las diligencias que conduce la Fiscalía del Supremo sobre el cobro de comisiones por parte de su padre, el rey emérito. El acto, descafeinado, brindó al menos esa imagen: la jefa de la Fiscalía y el monarca, compartiendo estrado.

"Concluyo ya el que espero que sea, definitivamente, mi último discurso de apertura de tribunales y mi despedida como presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial", cerró el acto Lesmes justo antes de que el rey declarara abierto el año judicial.