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La fusión Caixa-Bankia abre otra brecha en la coalición: UP se opone y ni fue avisado
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"Ni lo conociamos ni nos parece bien"

La fusión Caixa-Bankia abre otra brecha en la coalición: UP se opone y ni fue avisado

Los morados renunciaron sin embargo a la banca pública y a frenar la privatización de la entidad nacionalizada en el pacto de coalición de Gobierno con el PSOE

Foto: El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias (i) conversa con el presidente del BBVA, Carlos Torres (i), el pasado lunes en el arranque del curso político. (EFE)
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias (i) conversa con el presidente del BBVA, Carlos Torres (i), el pasado lunes en el arranque del curso político. (EFE)

La fusión Caixabank y Bankia supone una nueva grieta en el Gobierno de coalición. Unidas Podemos quiere marcar perfil propio, al menos a nivel discursivo, cargando contra una fusión entre Bankia y Caixabank. "Ni lo conocíamos ni nos parece bien", señalan fuentes del partido. La formación, sin embargo, renunció tanto a la banca pública como a poner freno a una hipotética privatización de Bankia, ya fuese a corto plazo mediante la venta de acciones o a medio a través de una fusión donde se diluyese la participación del Estado e ir vendiendo más adelante, con la subida del precio de las acciones, para pactar la coalición de Gobierno con el PSOE. Una renuncia por escrito pero que se hizo todavía más imponente con el nombramiento de Nadia Calviño como vicepresidenta económica. Su confirmación en el gabinete supuso un muro de contención frente a ciertas medidas de máximos de la formación liderada por Pablo Iglesias.

El secretario de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, ha reivindicado esta mañana que "el Estado no debe abandonar su participación en el capital, reprivatizando la entidad". Defiende también que para "impulsar la modernización del tejido productivo español requiere desarrollar una banca pública eficiente, como por ejemplo tiene Alemania" y que "Bankia puede ser el embrión para ello". Para Álvarez se trata de una mala noticia tanto "para la competencia del mercado" como "para la propia estabilidad del sector financiero" y ha advertido que "las fusiones suelen tener importantes implicaciones sobre las plantillas laborales de las empresas".

Foto: Sede de CaixaBank. (Reuters)

Los socialistas se cuidaron durante las negociaciones previas a la investidura de que la entrada de los morados en el Gobierno no tuviese consecuencias 'a priori' en el sector bancario. A pesar de ello, no se evitó que el anuncio del acuerdo impidiese una fuerte caída en bolsa de las acciones de Bankia. En el acuerdo firmado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se descartó también el denominado 'impuesto a la banca' que sí se había incluido en el pacto presupuestario que ambos habían alcanzado en octubre del 2018 para los Presupuestos.

Bajo la premisa acordada para el arranque del curso de que los dos socios de la coalición podrán marcar perfil propio en cuestiones de interés, como se ha hecho hasta ahora con cuestiones como la monarquía o los socios potenciales con los que sacar adelante los Presupuestos, desde Unidas Podemos sí mantienen en su argumentario la defensa de evitar una privatización futura de Bankia. Una reivindicación lejos de reclamar una banca pública, pero que da oxígeno a los morados para mantener perfil propio dentro del Gobierno.

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha sido el primero en marcar discurso, al señalar que CaixaBank y Bankia deben dar más información de su proceso de fusión y defender que "hay que recuperar" el dinero del rescate de Bankia y que "la mejor manera es manteniendo la participación pública". En una entrevista esta mañana en Canal Sur Radio, recogida por Europa Press, Garzón ha insistido en que "necesitamos más información del proyecto", a la vez que ha recordado que los ciudadanos pagaron más de 20.000 millones euros para rescatar Bankia "y se han recuperado 3.000 millones". A su juicio, "ese dinero hay que recuperarlo y la mejor manera es mantener la participación pública".

Mantener la participación pública

Una posición más moderada que dista de las demandas de su programa electoral para las últimas elecciones. Además de defender la creación de una banca pública, otra de las principales medidas en este sentido era "impedir la inminente privatización de Bankia". Según recogía el texto con el que el partido se presentó a las generales del pasado 10 de noviembre, "después de que los españoles y las españolas nos hayamos gastado 60 000 millones de euros en el rescate bancario. A través del rescate bancario —debido al cual se ha concentrado el 70%del mercado en cinco entidades—, los ciudadanos y ciudadanas adquirimos Bankia".

Al menos, se proseguía, "debemos aprovechar ahora este recurso para introducir competencia en el sector, asegurar que tengan acceso al crédito los elementos más productivos y dinámicos de nuestro sistema —como son las autónomas y los autónomos, las pymes y las empresas de la economía social—, introducir parámetros de justicia en el mercado de las hipotecas y atender las funciones sociales de la banca que otras entidades descuidan, como cajeros en la España vaciada o inversiones en vivienda social". En esta línea se proponía con carácter inmediato, elegir "por tres quintos del Congreso una nueva presidencia de Bankia que sí sea capaz de entender el rol que debe desempeñar la banca pública en la mejora del país".

El propio Garzón, sobre las preferentes, ha apuntado que "se han practicado contratos de condiciones abusivas y así lo ha dicho la Justicia", por eso, defiende que "hay mucho que resolver ahí" y Consumo, junto a Economía y el Banco de España, están trabajando "para que no vuelva a suceder". "Estas prácticas no deben repetirse porque son un abuso y un engaño a los consumidores financieros, que somos todos, aprovechando la posición de poder de los bancos", según concluyó.

La fusión Caixabank y Bankia supone una nueva grieta en el Gobierno de coalición. Unidas Podemos quiere marcar perfil propio, al menos a nivel discursivo, cargando contra una fusión entre Bankia y Caixabank. "Ni lo conocíamos ni nos parece bien", señalan fuentes del partido. La formación, sin embargo, renunció tanto a la banca pública como a poner freno a una hipotética privatización de Bankia, ya fuese a corto plazo mediante la venta de acciones o a medio a través de una fusión donde se diluyese la participación del Estado e ir vendiendo más adelante, con la subida del precio de las acciones, para pactar la coalición de Gobierno con el PSOE. Una renuncia por escrito pero que se hizo todavía más imponente con el nombramiento de Nadia Calviño como vicepresidenta económica. Su confirmación en el gabinete supuso un muro de contención frente a ciertas medidas de máximos de la formación liderada por Pablo Iglesias.

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