ERC da oxígeno a la vía de Iglesias para los Presupuestos y abre el abanico de Sánchez

Los dos socios de la coalición de Gobierno dicen encarar con optimismo el arranque de las negociaciones para los Presupuestos con el resto de grupos, que pilotarán conjuntamente. Aunque desde el PSOE se sostiene que para alcanzar la mayoría absoluta necesaria existe una mayor predisposición de Ciudadanos -que sumaría junto a PNV y otras fuerzas minoritarias como Más País, Compromís, BNG, PRC, Teruel Existe o Nueva Canarias- y desde Unidas Podemos se insiste en priorizar a ERC en lugar de los naranjas, lo cierto es que la primera ronda de contactos en Moncloa ha garantizado un amplio abanico de opciones para sacar adelante las cuentas.

Tanto el grupo de diez diputados liderado por Inés Arrimadas como los republicanos catalanes se han mostrado dispuestos a negociar sin querer establecer líneas rojas. Eso sí, insistiendo ambos en su incompatibilidad. Como consecuencia, el precio de los acuerdos se devalúa en favor de Sánchez. Tanto es así que el presidente del Gobierno no ha tenido ni que renunciar a mantener viva la mesa de diálogo entre Gobierno y Govern, como acordó este jueves con Gabriel Rufián, ni tampoco a arrullar a Ciudadanos en el privilegiado espacio de los socios prioritarios.

Una cuadratura del círculo que hace tan solo ocho meses hubiese impedido la conformación del bloque de investidura, comenzando incluso por la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno. Pero no solo, pues también hubiese impedido la alternativa con Ciudadanos. Para estos últimos, la convocatoria de la mesa de diálogo con los independentistas hubiese sido motivo suficiente para que desandasen su camino de acercamiento al Gobierno, como advirtieron cuando dieron su apoyo a las prórrogas del estado de alarma.

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Los vetos cruzados han desaparecido en la práctica y los minoritarios que apoyaron la investidura coinciden a grandes rasgos, a excepción de los soberanistas, en votar a favor de las Cuentas si se da cauce a sus respectivos pactos de legislatura, independientemente de quien se sume o no al proyecto presupuestario. Sánchez cuenta así con dos barajas. A sabiendas de que difícilmente se mezclarán, ese es el reto de la "unidad, unidad, unidad" que pregona y que le permite ganar transversalidad contando con un plan A y un plan B.

Socialistas y morados coinciden en el fondo, la necesidad de sumar para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado y asegurar la estabilidad de la legislatura, pero difieren en las formas que no dejan de ser también estratégicas. Para el PSOE ofrecería una mayor estabilidad Ciudadanos, mientras que para Unidas Podemos la garantizaría el bloque de la investidura con ERC a la cabeza, "la única mayoría para construir una alternativa progresista". De ahí que los morados trasladasen en privado este jueves su satisfacción por el acuerdo entre Sánchez y Rufián para convocar la mesa de diálogo entre Gobierno y Govern preferiblemente a mediados de septiembre, y cuya celebración depende de que se avenga a sentarse un reticente Quim Torra.

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Rufián también ha dado oxígeno a la vía defendida por el vicepresidente Pablo Iglesias, reclamando una negociación presupuestaria entorno al bloque de la investidura. Tras ello, desde el Gobierno se ha modificado el mensaje que durante los últimos días transmitieron sobre ERC, que aseguraba que se habían "autodescartado" de la negociación. Nada más lejos de las palabras de su portavoz en el Congreso este jueves, que pese a subrayar la incompatibilidad de Cs "con la izquierda", insistió en su disposición al diálogo: “Nosotros no somos terraplanistas de la política, hablamos con todos”.

Fuentes de la dirección del grupo parlamentario republicano han trasladado en esta línea que ni pondrán líneas rojas ni condiciones de partida para sentarse a negociar. Están dispuestos a sentarse con el Gobierno antes incluso de que se celebre la mesa de diálogo, dando por válido el compromiso de convocarla. Sus dos prioridades en dichas negociaciones para los Presupuestos dan también cuenta de su disposición, según estas mismas fuentes: "Diálogo y políticas sociales".

Acelerar el calendario

En Unidas Podemos aspiran al menos a conseguir la abstención de los republicanos, lo que evitaría dinamitar los puentes para el resto de la legislatura. En palabras de Pablo Iglesias, este sentido del voto "garantiza la estabilidad de este Gobierno".

La propia portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, se mostró menos pesimista este jueves respecto al papel de ERC al no dar por hecho el rechazo de los republicanos, como sí había deslizado el pasado martes tras el Consejo de Ministros. La ministra portavoz subrayó así que el programa progresista del Gobierno coincidiría con las aspiraciones de ERC y no escondió su deseo de que "podemos llegar a un acuerdo de Presupuestos que cuente con la mayor participación posible de los grupos parlamentarios".

En tiempos de políticas movedizas, el Gobierno comienza el curso político con una ventana de oportunidad para acelerar la tramitación de los PGE que quiere aprovechar. De ahí que socialistas y morados pretendan acelerar la elaboración del borrador para negociar sobre el papel con el resto de formaciones políticas. Su calendario idóneo sería amarrar los apoyos necesarios para que en torno a la tercera semana de septiembre se pudiesen votar los objetivos de déficit y unos días después llevar al Congreso el proyecto de Presupuestos, entre finales de septiembre y principios de octubre.