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Una pedida de mano, dos atropellos y dos muertos: drama en El Álamo entre clanes
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LA GUARDIA CIVIL AÚN BUSCA A LOS SOSPECHOSOS

Una pedida de mano, dos atropellos y dos muertos: drama en El Álamo entre clanes

Una discrepancia en torno a la música provocó que una pedida gitana terminara convirtiéndose en una batalla campal entre un centenar de personas con dos muertos y varios heridos graves

Foto:  El vehículo de uno de los fallecidos junto al local donde se inició la reyerta. (EC)
El vehículo de uno de los fallecidos junto al local donde se inició la reyerta. (EC)

A las 19:00 horas empezaba todo. Los novios llevaban semanas esperando el gran evento, que por fin llegaba. La pedida la habían organizado las familias en la cervecería Layso, a las afueras de la localidad madrileña de El Álamo. Uno de los clanes gitanos conocía al dueño, que normalmente cerraba los domingos por la tarde, pero que en este caso haría una excepción. El patriarca pagó por adelantado el banquete. Ambas partes acordaron que la fiesta comenzaría a las 19 horas y que acabaría cuando las familias se cansaran. Sin embargo, había otra condición en el contrato. La música concluiría a las 23.30 horas. Hasta ese momento, los asistentes podrían cantar y bailar lo que quisieran. Después no cabría jolgorio rítmico alguno.

Todo transcurrió según lo previsto. Los más de cien asistentes cantaron con el órgano y el micrófono propio que habían traído de sus casas para alegrar la tarde a la pareja de prometidos. Hasta el punto de las mencionadas 23.30 horas, cuando el ambiente festero se torció de golpe. Varios miembros de una de las familias propusieron seguir cantando y bailando a pesar del acuerdo con el dueño. Los componentes del otro clan les recordaron que habían llegado a un pacto con el propietario del local y que debían aparcar el órgano y cenar en paz.

El llamamiento a respetar lo pactado no gustó a quienes querían continuar la fiesta musical, que amenazaron a sus futuros 'cuñados' con propinarles un puñetazo si les impedían seguir con la verbena. Los que abrazaban lo acordado no se achantaron y comenzó entonces una batalla campal que duró media hora. En pocos segundos, la mesa donde iba a celebrarse el convite cayó al suelo. Los chorizos, las morcillas y la panceta se ensuciaron del polvo que tenía el piso. Los insultos y los golpes ya aventuraban que nadie disfrutaría de esos manjares en la barbacoa portátil que había traído una de las familias.

Pronto, la reyerta salió a la calle. Los vecinos comenzaron a salir a las puertas de sus casas porque el escándalo era muy sonoro. Los dueños de viviendas situadas a más de cien metros de distancia del local se asomaron asustados y comenzaron a comentar entre sí. "Han atropellado a mi hijo", escucharon gritar a una señora varios de estos vecinos, que han contado a El Confidencial cómo vivieron ellos la noche. "Primero se escuchaba mucha música, cumpleaños feliz y cosas así, juerga, en definitiva, pero a las once y media escuchamos golpes y gente gritando", explica una mujer que vive a apenas 50 metros de la cervecería.

placeholder Lugar donde tuvo lugar el atropello masivo, en la carretera M-404 a la altura de El Álamo, a pocos metros del local donde comenzó la reyerta. (EC)
Lugar donde tuvo lugar el atropello masivo, en la carretera M-404 a la altura de El Álamo, a pocos metros del local donde comenzó la reyerta. (EC)

"Cuando salimos, vimos a gente apaleando un coche con palos que habían cogido en unas obras del Canal que hay ahí", añade la misma vecina. "Un grupo intentaba entrar en el bar de al lado, donde se había encerrado uno de los miembros de la familia", explica otro residente de El Álamo que vive detrás del local. "Había muchos niños pequeños", explican dos chavales en bici que la noche del domingo escucharon el jaleo y se acercaron a curiosear y que ayer se pasaron el día deambulando por la zona. "Hijo de puta, le has pegado a mi madre", recuerdan escuchar los chicos que presenciaron la escena, que pronto se llenó de agentes de seguridad.

Los policías locales 'aterrizaron' en apenas diez minutos. Los primeros guardias civiles, un par de minutos después. "Primero llegaron tres patrullas, luego yo conté hasta 27", relata otro de los testigos consultados que también se acercó a olisquear aquella noche. La Benemérita se hizo cargo de la investigación tras asegurarse de que los palos habían cesado. Sin embargo, no fue hasta la mañana de ayer cuando los agentes —gracias al aviso de un vecino— encontraron el cadáver de una mujer de 27 años a apenas 50 metros de la cervecería y el cuerpo aún con vida pero grave de otra chica. La Guardia Civil investiga aún las causas del fallecimiento de la primera y de las heridas de la segunda, pero baraja como principal hipótesis la del atropello de ambas.

Encuentran muerta en una cuneta a una mujer y a otra herida en El Álamo. (Madrid)

Un cadáver en medio del campo

Tanto la mujer que sigue con vida como un niño y dos personas más fueron trasladados a diferentes centros hospitalarios por los propios familiares por heridas compatibles con el atropello. Poco después del hallazgo de las dos chicas, en el marco de la misma investigación, agentes de Tráfico del instituto armado encontraron un segundo cadáver. Esta vez era el de un hombre, de 28 años de edad y también con signos aparentes de haber sido golpeado del mismo modo por algún vehículo. El cuerpo había sido desplazado varios metros, se encontraba más allá de la cuneta, en medio el campo, y por eso no había sido visto en un primer momento. En el lugar, de hecho, ayer aún quedaban huellas de un coche que se había salido de la calzada a pocos metros de la rotonda que hay frente a la cervecería y se podía observar la alambrada rota por el golpe, como ha podido comprobar El Confidencial.

Una pedida de mano acaba con dos cadáveres y una herida grave en la localidad madrileña de El Álamo

Los fallecidos, según ha confirmado también este diario, eran pareja. EFE asegura que ambos son en concreto los novios que protagonizaban la pedida y que los dos trataban de huir juntos cuando fueron arrollados, extremo que no ha podido corroborar este diario. Ayer llegó la madre del fallecido a recoger uno de los vehículos que habían sido destrozados. Apareció poco después de que agentes de Criminalística de la Guardia Civil se personaran en el establecimiento, que amaneció acordonado y custodiado toda la noche del domingo al lunes. Dentro, los funcionarios podían todavía ver gran parte de los chorizos, de las pancetas y de las morcillas por el suelo. Otros productos que se disponían a ser cocinados en la barbacoa aún se encontraban sobre la mesa a la que nadie llegó a sentarse. Tras la inspección de los guardias civiles expertos en investigación científica, el dueño del local pudo comenzar a recoger la comida perdida y a limpiar el local.

placeholder Lugar donde comenzó el atropello masivo, que se extendió varias decenas de metros. (EC)
Lugar donde comenzó el atropello masivo, que se extendió varias decenas de metros. (EC)

De momento, la Guardia Civil no ha detenido a ninguno de los implicados en la reyerta, ya que gran parte de ellos se dispersó en cuanto aparecieron los vehículos policiales. Un helicóptero estuvo todo el día de ayer rastreando la zona en busca de alguna pista. No se descarta que en las próximas horas se produzcan arrestos de presuntos autores de los diferentes atropellos. Algunos vecinos aseguran que no es la primera vez que asisten a este tipo de espectáculos lamentables protagonizados por los mismos clanes gitanos. La Guardia Civil desplazó hasta la zona a los especialistas del GRS para evitar venganzas. Numerosos agentes de paisano están peinando la población en busca de los que consideran que son los autores materiales de las dos muertes.

No en vano la alcaldesa, Natalia Quintana, conocida en el pueblo por su cercanía con los vecinos, lanzó ayer un audio en un grupo de WhatsApp con comerciantes de la zona en el que aseguraba que ella ya había hablado con el delegado del Gobierno, José Manuel Franco, al que había exigido la celebración de una junta de seguridad local "con carácter de urgencia". "Le he dicho que quiero seguridad en mi pueblo, que ya está bien de que exista ese asentamiento, que llevan años de inacción, sin hacer nada, y que está sufriendo el municipio", les transmitió la alcaldesa. "A ver si el delegado del Gobierno toma medidas urgentes en esto", zanjó la presidenta de la corporación municipal.

A las 19:00 horas empezaba todo. Los novios llevaban semanas esperando el gran evento, que por fin llegaba. La pedida la habían organizado las familias en la cervecería Layso, a las afueras de la localidad madrileña de El Álamo. Uno de los clanes gitanos conocía al dueño, que normalmente cerraba los domingos por la tarde, pero que en este caso haría una excepción. El patriarca pagó por adelantado el banquete. Ambas partes acordaron que la fiesta comenzaría a las 19 horas y que acabaría cuando las familias se cansaran. Sin embargo, había otra condición en el contrato. La música concluiría a las 23.30 horas. Hasta ese momento, los asistentes podrían cantar y bailar lo que quisieran. Después no cabría jolgorio rítmico alguno.

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