El Gobierno considera que el pacto de la UE consolida la legislatura

De Europa le ha llegado al Gobierno de Pedro Sánchez una ración triple de oxígeno. Tanta, que varios ministros coinciden en asegurar que se ha consolidado la legislatura, que desde Bruselas llega empuje suficiente para fortalecer al Ejecutivo de coalición y para facilitar la aprobación de los Presupuestos para 2021 en otoño.

Solo la incertidumbre sobre el avance de la pandemia empañaba este martes la euforia del Gobierno por el acuerdo logrado de madrugada. A los aplausos de los ministros, difundidos en un vídeo por la Moncloa, les precedieron comentarios informales entre los ministros felicitándose por el respaldo recibido y, posteriormente, la ratificación formal del presidente del Gobierno ya en la mesa del Consejo de Ministros.

“Esto ya es una legislatura si no viene una catástrofe”, "esto consolida la legislatura, porque incluso sin Presupuesto puedes y debes aguantar; por lo tanto, también facilita los Presupuestos, es muy buena noticia, es mucho dinero que ahora hay que destinar bien" y "nos da un colchón enorme que nos permite negociar con los partidos con cierto margen y, al tiempo, sin poder salirnos de un carril", son algunos de sus testimonios posteriores de ministros para explicar la etapa que se abre.

Y coinciden los ministros del PSOE con los de Unidas Podemos en esa visión, que deja claro que, salvo imprevistos, la coalición se mantiene inalterable, algo más de seis meses después de constituirse el Gobierno.

El calendario deseado para esos Presupuestos sigue siendo el de intentar aprobar el proyecto en Consejo de Ministros a finales de septiembre, pero con opciones de retrasarlo unas semanas si, como desea el Ejecutivo, las elecciones catalanas son el 4 de octubre. De esa forma, ERC estaría liberada tras esa cita electoral para abordar la primera votación de totalidad de los Presupuestos, justo después de esas elecciones.

En todo caso, en septiembre empieza el largo proceso de ratificación del acuerdo cerrado este martes en Bruselas en cada uno de los parlamentos europeos. Esa circunstancia, según fuentes del Ejecutivo, también permite sostener la opción de un retraso de la aprobación de los Presupuestos si fuera necesario.

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El Gobierno considera que ahora, tras el acuerdo de Europa, puede elaborar unos Presupuestos cuya etiqueta o marco sea la aplicación o implementación de ese pacto, de forma que no sea fácil rechazar su contenido concreto.

También facilita la negociación el argumento de que no es posible salirse de las líneas marcadas por Europa. El Ejecutivo insistirá en la petición al PP para que apoye las cuentas, pero sabiendo que es una petición imposible.

Coinciden las fuentes consultadas en considerar que aún puede haber tensiones entre los dos socios sobre la reforma laboral, que no está expresamente señalada como exigencia de Europa a España, pero sí puede interpretarse como dentro del genérico "reformas estructurales" y, en todo caso, puede ser cuestionada su derogación por Bruselas. Pero aseguran esas fuentes que hay posibilidades de abordarla próximamente, aunque no se haga antes de final de año.

La tesis oficial del Gobierno para responder a la pregunta sobre la derogación de la reforma laboral será la de remitirse a “una modificación global del Estatuto de los Trabajadores dentro del diálogo social”. Ese argumentario permite encubrir el cambio futuro, satisface a los socios del Gobierno y condiciona su alcance al acuerdo con sindicatos y patronal.Esa reforma global y pactada le da tiempo suficiente al Gobierno para llegar a 2021, aunque la parte de Unidas Podemos hubiera preferido hacer los cambios este mismo año.

Para el Gobierno, el acuerdo de Bruselas tiene también de bueno que incluye referencias a nuevos impuestos, como vías para abordar en el corto plazo, aplazando para más adelante puntos que separan al PSOE y a Unidas Podemos, como el impuesto para las rentas más altas.

Sánchez podrá cerrar la próxima semana el periodo de sesiones del Congreso exhibiendo una victoria en Bruselas, con margen suficiente y sin sufrir desgaste por su gestión de la pandemia.

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No quiere decir que no vaya a sufrir en el futuro, entre otras cosas porque su equilibrio es tan inestable como que en un día tan eufórico para él, se encontró en el Congreso con el portazo y la crítica del PNV, un partido que dan por seguro en todas las votaciones, que ha estado siempre con el Gobierno, que comparte Ejecutivo en Euskadi con los socialistas, pero que dice estar molesto por el trato que le da la Moncloa.

Otro efecto colateral positivo del acuerdo de la UE para el Gobierno es que deja aturdido y descolocado al PP. Consideran que Casado ha jugado al fracaso, es decir, a esperar que saliera mal la negociación para utilizarlo contra Sánchez y Pablo Iglesias. Una vez cerrado el pacto, Casado no ha encontrado fisuras y su reacción ha sido felicitarse del resultado. No ha podido usar el argumento del “Gobierno radical y socialcomunista que provoca recelos en Bruselas”.

El líder del PP ha tardado, pero ha terminado por convencerse de que la legislatura durará y ahora ya tiene pocas dudas de que el Gobierno de coalición “sigue en pie”, según la expresión usada el sábado por Cayetana Álvarez de Toledo en una entrevista en El Confidencial.

La Moncloa sigue adelante con la idea de aislar en lo posible al PP. Pacta con empresarios y sindicatos y ahora reúne a los presidentes autonómicos para informales de los acuerdos de Bruselas, pero evita hablar con el líder de la oposición. Y en las próximas semanas aprobará proyectos de ley como el de memoria histórica que buscan aislar al PP y empujarlo a su derecha.