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Cs firma otro fracaso en Galicia pero irrumpe en Euskadi con dos diputados gracias al PP
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EL NÚMERO TRES POR ÁLAVA Y DOS POR VIZCAYA

Cs firma otro fracaso en Galicia pero irrumpe en Euskadi con dos diputados gracias al PP

El partido naranja no consigue irrumpir en el Parlamento gallego una vez más a pesar de haber volcado sus esfuerzos. En Euskadi sí entra por primera vez y lo hace con dos escaños

Foto: Inés Arrimadas durante un mitin en Vigo junto a Beatriz Pino, la candidata naranja a la Xunta. (EFE)
Inés Arrimadas durante un mitin en Vigo junto a Beatriz Pino, la candidata naranja a la Xunta. (EFE)

A Ciudadanos se le sigue resistiendo el norte, especialmente Galicia. Las elecciones de este 12 de julio volvieron a dejar sin representación al partido naranja en el parlamento gallego después de que el popular Alberto Núñez Feijóo revalidara su cuarta mayoría absoluta, igualando el éxito de Manuel Fraga. La primera cita electoral que afronta la formación con Inés Arrimadas a la cabeza le deja un mal sabor de boca al no acercarse siquiera al único objetivo real que tenían en esta comunidad—un escaño por Pontevedra, lista que encabezaba la candidata a la Xunta, Beatriz Pino—. El partido se hizo con apenas el 0,75% del voto con el 99% escrutado, incluso por debajo del 3,38% que obtuvo en 2016 con una candidata desconocida y sin peso en la ejecutiva nacional, Cristina Losada.

La campaña naranja, en la que se volcaron todos los grandes dirigentes, desde los vicepresidentes de Madrid, Andalucía y Castilla y León, a diputados y principales dirigentes, y la propia Arrimadas —que interrumpió su baja por maternidad para acudir a arropar a Pino— no dio sus frutos. Todos los esfuerzos se centraron en esa provincia y especialmente en Vigo, ciudad natal de la candidata donde Ciudadanos tenía puestas la mayor parte de sus esperanzas por tratarse de un electorado más coincidente con su ideario.

Foto: El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ejerce su derecho al voto en el colegio Niño Jesús de Praga, en Vigo. (EFE)

El resultado de este 12-J empeora también los datos de las últimas generales, las de noviembre de 2019 que fueron una debacle para los naranjas y que se llevó por delante a Albert Rivera. Entonces el partido obtuvo un 4,32% de los sufragios y un total de 63.500 votos. En realidad, las expectativas del partido nunca fueron altas. Siempre reconocieron que sería “muy difícil entrar” en el Parlamento autonómico dada la hegemonía tan importante que atesora el presidente gallego. Con todo, fuentes de la cúpula naranja aseguran a este diario que están “satisfechos” con la campaña realizada e insisten en que Pino ha visto afianzado su liderazgo en esa comunidad.

En Euskadi, sin embargo, Ciudadanos tiene más que celebrar porque por primera vez irrumpe en el Parlamento vasco con dos diputados (el segundo se confirmó el 17 de julio con el recuento del voto exterior) gracias a la coalición firmada con el PP. Se trata del primer experimento de alianza con los populares —en Galicia no pudo ser por el firme rechazo de Feijóo— a los naranjas les ha servido para hacerse con un asiento en el Parlamento autonómico. La coalición se quedó con seis escaños y el 6,7% del voto, con el 100% escrutado. Sus candidatos José Manuel Gil Vegas —número 3 por Álava— y Luis Gordillo —número dos por Vizcaya, que finalmente logró arrebetarle el escaño a EH Bildy— serán los primeros representantes naranjas en la Cámara autonómica. No fue posible conseguir el número 3 por Guipúzcoa, que recaía en Rocío Galiana.

Son los tres puestos que pactaron con el PP al diseñar una coalición que tardó semanas en alumbrarse. Fundamentalmente por las dudas que suscitaba dentro del PP vasco, reacio a ceder espacio a los naranjas por su inexistencia política en Euskadi, y que terminó con la carrera política de su líder y anterior candidato a lehendakari, Alfonso Alonso. Génova decidió su cese y confió en Carlos Iturgaiz —presidente del PP vasco entre 1996 y 2004— para representar la coalición con un discurso duro contra el PNV y el PSE, al que en todo momento en campaña ha señalado como socio potencial de los nacionalistas y de EH Bildu.

Foto: Pablo Casado e Inés Arrimadas junto al candidato de su coalición, Carlos Iturgaiz. (EFE)

Arrimadas también se desplazó la semana pasada a Gernika al acto central de la campaña vasca para participar en un mitin junto a Pablo Casado. Era una de las imágenes más esperadas de la campaña.

Las encuestas vaticinaron desde el primer momento que la coalición tenía pocas opciones de éxito, pero la idea era poder mantenerse cerca de los 9 diputados que en 2016 consiguió el PP superando el 10% del voto. La coalición se centró en lanzar una candidatura constitucionalista llamando a todos los electores que no creen en el nacionalismo como única opción para gobernar Euskadi y que se sentían traicionados con los socialistas, especialmente desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa gracias al PNV y a la abstención de la izquierda abertzale que dirige Arnaldo Otegi.

A Ciudadanos se le sigue resistiendo el norte, especialmente Galicia. Las elecciones de este 12 de julio volvieron a dejar sin representación al partido naranja en el parlamento gallego después de que el popular Alberto Núñez Feijóo revalidara su cuarta mayoría absoluta, igualando el éxito de Manuel Fraga. La primera cita electoral que afronta la formación con Inés Arrimadas a la cabeza le deja un mal sabor de boca al no acercarse siquiera al único objetivo real que tenían en esta comunidad—un escaño por Pontevedra, lista que encabezaba la candidata a la Xunta, Beatriz Pino—. El partido se hizo con apenas el 0,75% del voto con el 99% escrutado, incluso por debajo del 3,38% que obtuvo en 2016 con una candidata desconocida y sin peso en la ejecutiva nacional, Cristina Losada.

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