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El hundimiento de la oceanografía: ni para pagar el tóner, pero con 90 M en caja
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crisis y parálisis en el IEO

El hundimiento de la oceanografía: ni para pagar el tóner, pero con 90 M en caja

El Instituto Español de Oceanografía ha ido pereciendo hasta llegar a una situación extrema que el pasado febrero provocó que se quedara sin combustible para sus barcos de investigación

Foto: Inicio de una expedición del IEO, en una imagen de archivo. (EFE)
Inicio de una expedición del IEO, en una imagen de archivo. (EFE)

En febrero de este año, la oceanografía española consolidó su situación de colapso. Un fallo burocrático y los problemas para acceder a su remanente provocaron que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) se quedara sin buques en el mar con los que llevar a cabo sus investigaciones. Entonces, la situación, que finalmente fue solventada, derivó en la dimisión de su director. Ahora, la crisis no solo se mantiene sino que se agudiza. A las deudas con proveedores y los problemas de gestión financiera que han llevado a esta situación agónica se suma ahora una debacle institucional con dimisiones en la dirección y altos cargos del ente.

La situación es tan extrema que no solo ha provocado que los barcos tuvieran que regresar a tierra porque no se podían pagar las expediciones, sino que afecta a los materiales de oficina más básicos, como el tóner de la impresora o el suministro de garrafas de agua. Uno de los elementos más sorprendentes de esta crisis es que el ente afronta estos problemas económicos con un remanente de, según confirman fuentes del ministerio, entre 80 y 90 millones de euros en caja... a los que no puede "acceder fácilmente".

Así lo cuenta Marina Albentosa, investigadora del IEO en San Pedro del Pinatar (Murcia) y presidenta de la asociación InvestOPI. "Tenemos deuda a proveedores por facturas pendientes que por cuestiones técnicas no han podido ser pagadas... A algunos compañeros no les pagan las liquidaciones de los viajes [de trabajo], tampoco a algunos autónomos que contratamos... En mi trabajo, por ejemplo, el suministrador de agua ya no nos suministra el agua embotellada [porque no se paga]", explica. Mismo escenario dibuja Luis Gil de Sola, un veterano investigador titular que ejerce desde la sede de Fuengirola (Málaga): "Desde no poder pagar al que repara la impresora hasta comprar el tóner... La luz no nos la van a cortar porque estamos en el puerto. Ya no te fían en algunos sitios".

Foto: El buque Ángeles Alvariño en una imagen de archivo. (EFE)

"El IEO está prácticamente parado ahora mismo", relata Albentosa, que advierte de que el instituto "se ha hundido porque es el más débil, pero próximamente lo harán otros OPI [organismos públicos de investigación]". La investigadora se pregunta si "estamos asistiendo a la muerte de la investigación pública a nivel nacional", pero tiene claro que "el país no se puede permitir no salvar" el IEO. "Tiene un papel fundamental para la sociedad", asevera la experta, que cree que se necesitan cambios estructurales para un funcionamiento eficaz de la institución, fundada en 1914.

A finales del pasado mes de febrero, y tras conseguir con un 'rescate' que los barcos de investigación pudieran permanecer en el mar, el Ministerio de Ciencia e Innovación, que dirige Pedro Duque, decidió dar un paso al frente y encargó un grupo de trabajo, con la investigadora Albentosa como coordinadora, para que analizara la situación tras años de deterioro y propusiera medidas para solucionar los principales problemas de la entidad. Días después, la pandemia sacudió sus planes y los de todos.

En las últimas semanas, llegó la dimisión de la secretaria general del instituto, Blanca González, y con ello una crisis institucional. En su despedida de la plantilla, la responsable del IEO argumentaba que "no se han cumplido las condiciones mínimas que necesitaba para poder intentar arreglar un poco la situación en la que me encontré el organismo". Poco después, llegó la renuncia del director en funciones y subdirector, Rafael González-Quirós, que había llegado al puesto tras el escándalo de los buques sin gasolina.

"Ha ido a peor"

González-Quirós señalaba que en los últimos meses la situación "ha ido a peor". "No he visto atisbo de solución, sino todo lo contrario". En la carta en la que comunicaba su dimisión al personal del instituto, comentaba que algunas medidas de emergencia aprobadas por el ministerio "solo permiten sobrellevar una situación agónica" y apuntaba directamente al secretario general de Investigación del ministerio, Rafael Rodrigo, con quien "no se ha forjado la relación de confianza que entiendo como imprescindible para afrontar la complicada crisis que atraviesa el IEO" y, en "algunas situaciones", tampoco se vio respaldado por el departamento que dirige Duque.

La dimisión del director en funciones llegó el mismo día en que el IEO anunciaba un sustituto para Blanca González al frente de la Secretaría General de la institución, Iñaki Sanjuán, que llegó acompañado de Alberto Sereno, su homólogo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Este martes, el ministerio nombró al biólogo Javier Ruiz nuevo director del ente.

Con este ajetreo en las altas esferas del instituto, está por ver qué sucederá con las recomendaciones realizadas en su informe por el grupo de trabajo liderado por Albentosa. Ella considera que uno de los pivotes sobre los que cimentar las bases del IEO debe ser contar con personal experimentado y especializado en la gestión financiera, que entienda cómo funcionan los proyectos de investigación y que sea capaz de prever las cuentas con una mayor exactitud, sin duda uno de los puntos flacos del instituto en las últimas fechas. "El IEO ha realizado una gestión pésima en este aspecto, aparte de la normativa restrictiva e inadecuada para la I+D".

Según la encargada del grupo de trabajo, en los problemas de liquidez que tiene este OPI convergen varios factores. Por un lado, tal y como reconoce Albentosa, han tenido una "baja ejecución" de lo presupuestado, lo que lleva a una pérdida de "credibilidad ante Hacienda" cuando se le solicita un crédito excepcional. Por otro lado, lamenta la rigidez de las condiciones de fiscalización de la Administración en materia presupuestaria. "Se necesita una generación de crédito más laxa. (...) Tiene que ser dinámico y está siendo una losa". Albentosa y otros investigadores consultados por este medio retratan un instituto que ha ido perdiendo agilidad para poder afrontar proyectos y con ello también ha quedado lastrada su competitividad respecto a otras entidades internacionales.

Foto: Ángeles Alvariño, del IEO. (IEO)

Desde el Ministerio de Ciencia e Innovación, argumentan que están tomando medidas para dar aire al instituto. El nuevo secretario general del IEO ha llegado junto con cinco personas procedentes del CSIC "con experiencia en gestión" y se está ultimando una transferencia de 4,5 millones de euros desde el departamento de Pedro Duque para que se puedan afrontar "gastos corrientes, la operatividad de la flota, así como las campañas del IEO". En este "primer paquete de medidas" para los problemas más inmediatos, el ministerio prevé el "desbloqueo" de 99 contrataciones de investigadores y personal técnico.

Según las fuentes consultadas por El Confidencial, el ministerio está "estudiando" cómo adaptar la gestión, no solo del IEO sino en general del marco de los organismos públicos de investigación, y esperan concluir un nuevo plan en "las próximas semanas". En 2018, estos entes se unieron con el IEO a la cabeza contra el requerimiento de intervención delegada previa de Hacienda que les impedía ejecutar sus presupuestos y paralizaba sus investigaciones. Las medidas aprobadas por Pedro Duque al llegar al ministerio eliminaban este mecanismo de control.

El instituto, con un presupuesto superior a los 65 millones de euros, según consta en su web, tiene una plantilla de en torno a 700 personas, de las que el 80% es personal investigador. Se reparte en nueve centros, además de su sede central en Madrid, y cuenta con una flota de más de una veintena de embarcaciones, de las que cinco son buques oceanográficos "importantes".

En febrero de este año, la oceanografía española consolidó su situación de colapso. Un fallo burocrático y los problemas para acceder a su remanente provocaron que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) se quedara sin buques en el mar con los que llevar a cabo sus investigaciones. Entonces, la situación, que finalmente fue solventada, derivó en la dimisión de su director. Ahora, la crisis no solo se mantiene sino que se agudiza. A las deudas con proveedores y los problemas de gestión financiera que han llevado a esta situación agónica se suma ahora una debacle institucional con dimisiones en la dirección y altos cargos del ente.

Ministerio de Ciencia Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Investigación
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