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Guerra entre comisarios por la embajada en EEUU... y por el sueldo de 13.000 € al mes
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UNO DE LOS ASPIRANTES ES QUIEN DECIDE A DEDO

Guerra entre comisarios por la embajada en EEUU... y por el sueldo de 13.000 € al mes

La Dirección General de la Policía mantiene paralizado un concurso de traslados que tenía que haberse resuelto hace más de un año y los sindicatos anuncian que lo denunciarán

Foto: Embajada de España en Washington. (SimonP/Wikipedia)
Embajada de España en Washington. (SimonP/Wikipedia)
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Dos comisarios del más alto nivel dentro de la Policía Nacional libran desde hace meses una batalla soterrada por hacerse con uno de los puestos más jugosos de la corporación, el de consejero del Ministerio del Interior en la embajada de España en Washington (Estados Unidos). Se trata de una de las plazas más cotizadas, porque permite, por un lado, establecer unos más que relevantes contactos a nivel internacional en la primera potencia económica mundial y porque, por otra parte, lleva aparejados unos emolumentos que superan los 13.000 euros al mes, una cantidad solo al alcance de los bolsillos más privilegiados, sobre todo en la actual crisis.

En concreto, el jefe de la División de Cooperación Internacional de la Policía, Carlos Vázquez Ara, disputa el preciado destino a la comisaria hoy ubicada en Presidencia del Gobierno Piedad Álvarez, que también aspira a la posición, según explican las fuentes consultadas. Ambos tienen una enorme capacidad para influir en la asignación del suculento puesto, aunque cada uno por vía diferente. El primero es, como responsable del mencionado departamento, el hombre que decide precisamente quién va a qué embajada, para desempeñar qué cometido y en qué momento. Él mismo, por lo tanto, es su mejor aval. No son pocos dentro del cuerpo, de hecho, los que critican que sea el propio Vázquez Ara quien se 'recomiende' a sí mismo para ocupar una plaza tan demandada. Decenas de comisarios aspiran al cargo de consejero de Interior en Estados Unidos.

Foto: Fotografía de la embajada española en Brasilia (Brasil). (EFE)

Álvarez, por su parte, es jefa de la Secretaría Técnica del Departamento de Seguridad de Moncloa, la mano derecha de la comisaria con más poder del cuerpo, María Marcos, directora de Seguridad de Presidencia, responsable de garantizar la integridad física del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la vicepresidenta Carmen Calvo, de las familias de ambos y de las instalaciones del Palacio de la Moncloa.

La convocatoria salió en febrero de 2019 y tenía que haber sido resuelta en dos meses, que es el plazo legalmente establecido para despachar estos procedimientos. Sin embargo, la lucha oculta entre ambos candidatos ha provocado que la resolución no se haya producido hasta la actualidad. Casi un año y medio después, según se limitan a explicar desde el Ministerio del Interior, el proceso sigue en marcha. No aventuran desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska cuándo llegará a su fin. Otras fuentes aseguran que la Comisión de Destinos se reunió la semana pasada, pero no alcanzan a explicar qué contenido abordaron sus miembros.

Vázquez Ara ha rechazado hacer declaraciones a El Confidencial y se ha remitido a la Dirección General de la Policía, que tampoco ha dado explicaciones a este diario. Desde el entorno de Álvarez, por su parte, consideran que el responsable de la División de Cooperación Internacional es juez y parte, dado que tiene poder para decidir los destinos y se presenta a uno de ellos. El retraso, en cualquier caso, ya ha tenido consecuencias. Según fuentes de la corporación, es muy probable que algunos de los que aspiraban a hacerse con la plaza en ese momento no estén ya interesados, dado que más de un año es mucho tiempo y pueden haber cambiado las situaciones personales de los postulantes. En la misma línea, continúan las citadas fuentes, es lógico que durante este periodo otros muchos hayan modificado sus condiciones y ahora sí tengan interés en viajar a Washington para permanecer allí los próximos cuatro años, que es el tiempo que dura el traslado, según establece la normativa.

Foto: La embajada de Corea del Norte en Madrid.
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Uno de estos comisarios afectados por el retraso en la resolución del concurso es Manuel Pérez Álvarez, destinado hasta ahora en la Comisaría General de Extranjería y marido de María Marcos. Pérez Álvarez no aspiraba a la plaza de la capital norteamericana, pero sí a otra de las dos más que iban en el mismo procedimiento administrativo, que eran las de Ecuador y China. El comisario se había postulado a ambas, pero —en vista de que la cosa se ha ido alargando sin atisbarse luz alguna al final del túnel— ha decidido echar los papeles para otro destino que se dirime en el marco de un proceso diferente.

En concreto, Pérez Álvarez ha pedido ir a la embajada de España en Dakar (Senegal), cuyo concurso acaba de salir junto a la sede diplomática de Roma (Italia), que también queda ahora vacante y debe cubrirse. El comisario, que ya estuvo en esta plaza años atrás y que aspiraba también al consulado español en París, se conforma con Senegal porque sabe francés a la perfección. No saben nada sobre su futuro, sin embargo, el resto de candidatos a las mencionadas embajadas de Washington, Ecuador y China.

El comisario de Repatriaciones y marido de la jefa de Seguridad de Moncloa ha tenido que pedir otro destino por el retraso de la plaza de Washington

En ese paquete iban además otra media docena de plazas destinadas a inspectores jefe de la Policía Nacional, categoría inmediatamente inferior a la de comisario, cuyo destino también está paralizado como consecuencia del estancamiento de los citados traslados. En situación de inmovilización se encuentran igualmente los comisarios e inspectores jefes que deben permanecer en Washington, Ecuador y China porque el concurso sigue activo y aún no tienen sustitutos. Todos ellos han alargado forzosamente ya casi un año y medio su estancia en el extranjero más allá de lo inicialmente establecido, que era cuatro años.

Las fuentes consultadas aseguran que esta situación de parálisis se debe al sistema de nombramientos a dedo que impera en el cuerpo para estos puestos tan golosos. En la Guardia Civil, arguyen las mismas fuentes, no existe tanto este problema, ya que está prohibido que los generales —homólogos al cargo de comisario principal, que es el previsto para ocupar la plaza de consejero— se asignen estos destinos diplomáticos. En la benemérita, continúan, son los coroneles los que pueden aspirar a estos puestos, lo que impide —a juicio de las fuentes citadas— que se puedan materializar intercambios de favores.

Foto: Ernest Maragall, en la embajada (EC)

La situación en torno a la pelea que 'bajo la mesa' mantienen el comisario jefe de la División de Cooperación Internacional y la comisaria de Moncloa ha llegado también a los sindicatos, que en su mayor parte prefieren no pronunciarse públicamente sobre el tema. La organización mayoritaria del cuerpo, Jupol, sí que ha advertido en declaraciones a El Confidencial de que, en el caso de que la Dirección General de la Policía decidiera resolver la presente convocatoria que tenía que haberse solventado hace más de un año, interpondrá un recurso, ya que el concurso está "fuera de plazo". "Recurriremos todo lo que no se ajuste a derecho y este asunto requiere hacer una convocatoria nueva", sentencian desde el citado sindicato.

No sería la primera vez que Jupol ataca las decisiones supuestamente arbitrarias de la cúpula policial en torno al nombramiento de representantes policiales en sedes consulares. La organización sindical interpuso recientemente una querella contra el anterior jefe de la División de Cooperación Internacional a cuenta de la asignación de cursos de seguridad para policías que vayan a ir destinados a embajadas. Estos cursos son un requisito indispensable para ser enviado como representante diplomático y el mencionado departamento también se encarga de concederlos.

Dos comisarios del más alto nivel dentro de la Policía Nacional libran desde hace meses una batalla soterrada por hacerse con uno de los puestos más jugosos de la corporación, el de consejero del Ministerio del Interior en la embajada de España en Washington (Estados Unidos). Se trata de una de las plazas más cotizadas, porque permite, por un lado, establecer unos más que relevantes contactos a nivel internacional en la primera potencia económica mundial y porque, por otra parte, lleva aparejados unos emolumentos que superan los 13.000 euros al mes, una cantidad solo al alcance de los bolsillos más privilegiados, sobre todo en la actual crisis.

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