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El juez rastrea en secreto durante 8 meses un portátil de la Policía vinculado a Villarejo
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El juez rastrea en secreto durante 8 meses un portátil de la Policía vinculado a Villarejo

La Audiencia Nacional ha descubierto en la pieza 23 del caso Tándem la existencia de un portátil sin conexión a internet que almacenaba búsquedas en archivos oficiales sin autorización judicial

Foto: El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón. (EFE)
El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón. (EFE)

La Audiencia Nacional ha estado investigando en secreto, durante ocho meses, el contenido de un ordenador portátil de la marca HP y sin conexión a internet que se encontraba en un despacho de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. El dispositivo fue presuntamente utilizado para registrar supuestas búsquedas de información irregulares que habrían terminado alimentando las operaciones encubiertas del comisario Villarejo. Las diligencias, a las que ha tenido acceso El Confidencial, conforman la pieza separada número 23 de las 25 que componen ya el llamado caso Tándem.

La pista que dio origen a esta línea de investigación la facilitó uno de los investigados por sus supuestas relaciones con el comisario, el también policía Constancio Riaño. El instructor del procedimiento, el juez Manuel García-Castellón, le interrogó el 23 de septiembre de 2019 tras descubrir unos correos en los que un antiguo agente que colaboraba con Villarejo, Antonio Bonilla, le pedía que usara su acceso a bases de datos oficiales (DNI, titulares de teléfonos, cotizaciones de Seguridad Social, datos de Hacienda, vehículos...) para proporcionarle información sobre particulares y empresas.

Foto: Sede de la Audiencia Nacional. (EFE)

Riaño, que trabajaba en el Servicio de Relaciones Institucionales de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Comisaría de Información, admitió que proporcionó datos protegidos a Bonilla, pero aseguró que lo hizo por orden de su entonces jefe, el comisario Enrique García Castaño, alias 'el Gordo', responsable de la UCAO. Este lo niega y asegura que Riaño mantenía una relación estrecha con Bonilla y otros antiguos funcionarios que se habían pasado al mundo de la investigación privada.

Probablemente, para tratar de demostrar que estaba contando la verdad, Riaño reveló durante su declaración que en el Servicio de Relaciones Institucionales había un ordenador en el que se registraban todas las peticiones de datos que recibía ese departamento del resto de unidades de la Comisaría General de Información. El dispositivo no se empleaba para acceder a las bases de datos, sino para dejar constancia en una simple hoja de cálculo de quién los habían pedido, qué necesitaba exactamente, cuánto tiempo se tardaba en contestarle y cuál había sido el resultado de la búsqueda. Según Riaño, él mismo había dejado constancia en ese dispositivo de solicitudes de información supuestamente irregulares que estaban vinculadas con las operaciones encubiertas de Villarejo.

Foto: Sede de BBVA en Madrid.

Solo un día después, el 24 de septiembre de 2019, agentes de Asuntos Internos se personaron en la Comisaría General de Información para buscar el dispositivo que había mencionado Riaño. Lo encontraron en la misma sección de Relaciones Institucionales. Era un portátil de la marca HP que no estaba conectado a ninguna red. En el escritorio del ordenador hallaron una carpeta llamada 'usuario1' que resultó contener el archivo de Excel con el registro de las hasta 5.000 búsquedas de datos anuales que tramitaban, en el marco de sus investigaciones, los agentes de Información de toda España.

El portátil quedó precintado en la propia Comisaría General de Información a la espera de que el juez autorizara el cotejo de su contenido con la información extraída de bases de datos oficiales que teóricamente había utilizado Villarejo en sus diferentes investigaciones. La comprobación se efectuó finalmente el pasado 18 de febrero en las dependencias de Relaciones Institucionales, según un oficio remitido días después al Juzgado Central de Instrucción número 6, al que ha tenido acceso este diario.

Foto: El excomisario Villarejo. (EC)

Entre miles y miles de búsquedas legales, los agentes localizaron 12 vinculadas con las operaciones encubiertas de Villarejo. De ellas, en 10 consta como solicitante Bonilla, y en las otras dos el entonces comisario de la UCAO. Riaño, que era el encargado de manejar el ordenador, no aparece curiosamente en ninguna, a pesar de los correos electrónicos que le implican.

El juez consideró que se trataba de información de “indudable trascendencia” y decidió remitir los datos a las tres piezas separadas (2, 3 y 14) en que se analizan las supuestas operaciones en las que Villarejo empleó esos archivos de origen oficial. Tras ese reparto, la pieza 23 se ha terminado incorporando a la pieza principal. Y el pasado 7 de mayo, ocho meses después de que surgiera la primera pista sobre el portátil de Relaciones Institucionales, el juez García-Castellón acordó levantar el secreto de las actuaciones.

La Audiencia Nacional ha estado investigando en secreto, durante ocho meses, el contenido de un ordenador portátil de la marca HP y sin conexión a internet que se encontraba en un despacho de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. El dispositivo fue presuntamente utilizado para registrar supuestas búsquedas de información irregulares que habrían terminado alimentando las operaciones encubiertas del comisario Villarejo. Las diligencias, a las que ha tenido acceso El Confidencial, conforman la pieza separada número 23 de las 25 que componen ya el llamado caso Tándem.

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