Interior atrasa el nombramiento del sustituto de Pérez de los Cobos porque no asciende

La crisis abierta en el seno del Ministerio del Interior tras el cese el pasado 24 de mayo del coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de Madrid aún sigue abierta. El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tardó 10 días en anunciar un sustituto a pesar de que en público justificaba que la destitución era fruto de una "reestructuración normal de equipos". "¿Quién prescinde de alguien sin tener un reemplazo?", se preguntaban algunas voces dentro del cuerpo. Finalmente, el ministro eligió al teniente coronel David Blanes como máximo responsable de las dependencias del instituto armado en Madrid.

La designación fue criticada dentro de la corporación, pues Blanes tiene una categoría inferior a la que requería el puesto. No pocos coroneles estaban interesados en la plaza y se quedaron con las ganas por la decisión del ministro de optar por Blanes, que hasta ese momento ocupaba el número tres del escalafón dentro de la Comandancia de la Guardia Civil y por lo tanto tenía incluso un jefe por encima, el coronel Eduardo Gómez, que finalmente también fue recolocado en la Unidad de Protección y Seguridad con el fin de que el elegido por Marlaska no tuviera a nadie de rango mayor en las dependencias.

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Sin embargo, Blanes tenía una 'tara'. Desde el ministerio, justificaron a El Confidencial que el teniente coronel ascendería "en las próximas semanas". Eran conscientes desde el departamento dirigido por Marlaska de que era necesario que el escogido se convirtiera en coronel para abrazar como titular su nuevo destino, que actualmente ejerce en comisión de servicio hasta que se haga efectivo el nombramiento. Muchos oficiales esperaban que esto se produjera el pasado martes en el Boletín Oficial de la Guardia Civil, pero la edición no incluía ni una mención a Blanes. Algunos mandos consultados recuerdan que la comisión de servicio también tiene que aparecer en la mencionada publicación.

Desde Interior, explican que aún le quedan semanas para ascender y se limitan a señalar que aparecerá en el Boletín Oficial cuando salga el nuevo destino. No saben concretar desde el ministerio, sin embargo, en qué momento ocurrirá esto. Fuentes del instituto armado consultadas por El Confidencial explican que el teniente coronel aún no está siquiera evaluado, requisito indispensable para ser ascendido y que en ocasiones se demora "un par de meses". En principio, añaden, para finales de junio o principios de julio debería estar completado. Sería entonces, por lo tanto, cuando Interior haría efectivo el nombramiento, según los cálculos de estas fuentes.

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En principio, aclaran las mismas fuentes, Blanes podría ser nombrado solo con la evaluación positiva realizada, pero sería designado solo como interino, ya que para ejercer como jefe de la Comandancia titular sí que requeriría ser ascendido. En cualquier caso, todo el proceso es algo excepcional, ya que lo habitual, según las mismas fuentes, es que la Dirección General de la Guardia Civil publique la vacante para que puedan optar a ella todos los que estén interesados, la soliciten los coroneles que quieran y luego se opte por uno de ellos.

La de Blanes suponía la tercera apuesta de Marlaska por un oficial de menor rango del que exige la normativa y, por lo tanto, la necesidad de ascender al elegido. Así ocurrió en el caso de la designación del general de división y jefe de los servicios antiterroristas del cuerpo Pablo Salas cuando el ministro le nombró director adjunto operativo del instituto armado, una decisión que conllevó el posterior ascenso del nuevo número dos del cuerpo a teniente general, la máxima categoría profesional del escalafón. La misma escena se repitió cuando Marlaska se decantó por Félix Blázquez como mando de Operaciones y número tres en la práctica. El oficial también era general de división y necesitaba subir un rango.

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El camino a la sustitución efectiva de Pérez de los Cobos, por lo tanto, se alargará más de dos meses desde que se efectuó su cese la noche del pasado domingo 24 de mayo. La directora general de la Guardia Civil en persona, María Gámez, telefoneó al coronel para destituirle después de que este se negara a proporcionar información relativa al caso 8-M que dirigían sus subordinados del departamento de Policía Judicial de la Comandancia. Minutos antes de que Gámez llamara a Pérez de los Cobos, lo había hecho el entonces director adjunto operativo del cuerpo, Laurentino Ceña, con el fin de recabar esa información. Ceña presentó su dimisión irrevocable ante el ministro dos días después del mencionado cese, un gesto que provocó el aplauso de las asociaciones de oficiales del instituto armado y la apertura de la crisis institucional.

La salida de Ceña y la posterior de su entonces número dos fueron trasladadas hasta las Cortes. Marlaska fue interrogado reiteradamente en el Congreso de los Diputados y en el Senado por Ciudadanos, PP y Vox a cuenta de la destitución de Pérez de los Cobos y la retahíla de nombramientos que la siguieron. La reestructuración de equipos y la supuesta filtración a la prensa del caso 8-M —ahora archivado— fueron los argumentos que esgrimió el ministro durante sus intervenciones. No en vano, Interior abrió posteriormente una información reservada que conllevó el volcado de los ordenadores de los investigadores del procedimiento judicial que Pérez de los Cobos se había negado a proporcionar con el fin de conocer de dónde había salido la filtración.