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Sanidad estudió el impacto del encierro en los niños: obesidad, miedo, dependencia...
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Informe de la directora de Salud Pública

Sanidad estudió el impacto del encierro en los niños: obesidad, miedo, dependencia...

"El confinamiento ha alterado su rutina de vida y puede haber tenido impacto en su salud somática y emocional"

Foto: Ilustración: El Herrero.
Ilustración: El Herrero.

El informe en el que el Ministerio de Sanidad valoraba la necesidad de permitir salidas controladas a los menores de 14 años después de cinco semanas de confinamiento reconocía el impacto del encierro en la salud física y emocional de los niños. En el escrito en el que la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación apoyaba un levantamiento parcial del encierro durante un máximo diario de una hora, el departamento que dirige Salvador Ila hablaba de problemas como la mayor tendencia al sobrepeso y la obesidad, el aumento de la dependencia emocional de los adultos o la alteración del sueño.

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El expediente ha sido aportado al Tribunal Supremo en el marco del recurso presentado por un particular, el abogado valenciano Curro Nicolau, contra el decreto con los primeros pasos de la desescalada. En un documento de cinco páginas la directora María Pilar Aparicio Azcárraga recoge los motivos por los que urgía a finales de abril aliviar el aislamiento de los menores. La medida se adoptó en una orden ministerial publicada el pasado 1 de mayo, en la que se regulaban los paseos y se establecían franjas de un máximo de 60 minutos entre las 12:00 y las 19:00 horas y en compañía de un solo progenitor.

La dirección de Sanidad explicaba que el confinamiento constituía una medida extraordinaria y necesaria para controlar la pandemia y, ante la mejora progresiva de la situación, planteaba seguir la recomendación de la ONU y dejar a los niños disfrutar diariamente de actividades fuera de casa siempre que se mantuvieran garantías de higiene y distanciamiento social.

"El confinamiento en niños y niñas ha alterado su rutina de vida en todos los aspectos: sociales, familiares, educativos, relacionales, juegos...y puede haber tenido impacto en su salud somática (mayor tendencia al sobrepeso y la obesidad, hipotonía, incremento del sedentarismo, ingestión de alimentos con sobrecarga de hidratos de carbono)", decía el escrito fechado el 24 de abril.

También señalaba trastornos emocionales provocados por la situación: irritabilidad, apatía y decaimiento, alteraciones del sueño, temores a enfermar, preocupaciones diversas sobre la salud familiar, incremento de la dependencia de la persona adulta... Analizaba, además, el riesgo de que recibieran malos tratos. "La forma de expresión de este malestar es propio de cada etapa del desarrollo y de cada niño o niña en cada contexto determinado", decía.

Foto: El uso de dispositivos móviles puede alterar los patrones circadianos de sueño y vigilia. (Pixabay)

Sanidad se refería al bienestar de los menores y decía que, en la etapa del covid, este está influenciado por la pandemia en muchos aspectos. "Desde los más personales como la pérdida de seres queridos o la convivencia con personas en aislamiento por la enfermedad" hasta la exposición a la violencia en el hogar o el riesgo de incremento del abandono escolar.

Pantallas, tabaco y vitamina D

Tras el análisis, la directora indicaba que el confinamiento había sido más estricto en su caso, al estarles vetadas actividades permitidas por el real decreto del estado de alarma, y que era hora de considerar que la afectación de sus derechos debía ser la mínima posible para el fin perseguido, es decir, controlar la pandemia. Una salida controlada reportaría beneficios contra estas alteraciones y otras como "la disminución del tiempo dedicado a pantallas o la disminución de la exposición al humo de tabaco en espacios cerrados".

Foto: Síntomas de angustia y ansiedad son habituales durante este confinamiento.

Otras de las necesidades que había que cubrir eran "la exposición a la luz natural para la síntesis de la vitamina D, la disminución a algunas de las condiciones de determinadas viviendas como humedades o mala ventilación" y el control de un uso negativo de las tecnologías de la información. Repercutiría en el bienestar familiar al ofrecer "diferentes experiencias en el día" o "la vivencia de esa medida como un avance y una transición paulatina", a una situación de mayor normalidad. También destacaba el escrito que así se controlaría el estigma de los niños que salían por sus necesidades especiales.

"A su vez, es una medida de equidad: las condiciones de las viviendas y los estilos de vida no son iguales en todos los hogares. El confinamiento supone un impacto desigual en la población infantil que vive en condiciones de vida de mayor vulnerabilidad", agregaba. Tras el estudio Sanidad reflejaba la propuesta que finalmente fue aprobada en la que se limitaban las salidas a una distancia máxima de un kilómetro.

El documento ha sido aportado como único escrito en respuesta a la denuncia formulada ante el Supremo. El denunciante recurría la disposición y reclamaba poder trasladarse con su hija de 9 años a su segunda residencia en Alp (Girona).

El informe en el que el Ministerio de Sanidad valoraba la necesidad de permitir salidas controladas a los menores de 14 años después de cinco semanas de confinamiento reconocía el impacto del encierro en la salud física y emocional de los niños. En el escrito en el que la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación apoyaba un levantamiento parcial del encierro durante un máximo diario de una hora, el departamento que dirige Salvador Ila hablaba de problemas como la mayor tendencia al sobrepeso y la obesidad, el aumento de la dependencia emocional de los adultos o la alteración del sueño.

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