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El PSOE busca un número 2 para apuntalar a Gabilondo y pilotar la oposición dura a Ayuso
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UNA FEDERACIÓN SIEMPRE ESTRATÉGICA

El PSOE busca un número 2 para apuntalar a Gabilondo y pilotar la oposición dura a Ayuso

En el almuerzo del pasado viernes en Ferraz, presidido por Sánchez, se acordó trabajar para proyectar a un diputado regional que saque "colmillo" contra la presidenta. El problema es la falta de banquillo

Foto: Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo, el 24 de mayo de 2019, en la campaña de las autonómicas de Madrid. (EFE)
Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo, el 24 de mayo de 2019, en la campaña de las autonómicas de Madrid. (EFE)

Un número dos para Ángel Gabilondo. Un diputado de la Asamblea de Madrid "con colmillo", correoso, capaz de ejercer de 'poli malo' frente a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Ese perfil busca el PSOE. Pero no lo tiene fácil porque, como constatan en la federación regional, no hay apenas banquillo en el grupo parlamentario de la Cámara autonómica. El ramillete de opciones se encoge. Una derivada más de la confección de las listas en 2019 y de la "descapitalización" sufrida en los últimos meses, por el desembarco de algunas de sus figuras en distintos puestos del Gobierno central. Y una consecuencia, también, de la falta de cuadros de un partido que lleva sin pisar las alfombras del Ejecutivo autonómico desde 1995.

Hace ya semanas que se escucha, en la cúpula del PSOE-M y en Ferraz, un mismo clamor: se quiere una oposición más dura en Madrid, "más contundente". Y se hará. Esa fue una de las conclusiones que quedaron claras en el almuerzo que, el pasado viernes 12 de junio, y como reveló 'El País', mantuvieron el jefe del Ejecutivo y líder del PSOE, Pedro Sánchez; sus dos hombres fuertes en la Moncloa —Iván Redondo, su director de Gabinete, y Félix Bolaños, secretario general de la Presidencia del Gobierno—; Santos Cerdán, responsable de Coordinación Territorial, y José Manuel Franco, líder del PSOE-M y delegado del Gobierno en Madrid.

Pero otro de los mensajes (y de los encargos) de esa comida celebrada en Ferraz, tal y como confirmaron fuentes del partido y de la Moncloa a El Confidencial, fue buscar ya, cuanto antes, en unas pocas semanas, a ese escudero de Gabilondo. Aún no hay ninguna decisión, ni apuestas claras ni candidatos firmes para ese puesto. Pero el PSOE es muy consciente de que necesita hacerse fuerte en la comunidad, la región que ganó en las urnas en 2019, con el exministro de Educación como cabeza de cartel, después de 32 años. Pero era y es, a la vez, el principal bastión del PP, que pudo mantener a duras penas gracias a una inestable coalición con Ciudadanos y con el apoyo externo de la ultraderecha de Vox.

En la comida no estuvo Gabilondo, sí Franco, Cerdán, Redondo y Bolaños, y se abordó la situación en Madrid y una hipotética moción de censura


La cita en la sede federal presidida por Sánchez se había agendado apenas dos días antes. Era una semana marcada por la declaración de Franco ante la titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, por la investigación del 8-M. Él era el único imputado en la causa que indagaba si el Gobierno cometió prevaricación administrativa al no prohibir las movilizaciones feministas por el covid-19. Franco declaró ante la magistrada el miércoles 10 (el día en que fue citado para la comida) y la jueza archivó la causa provisionalmente el mismo viernes 12. El martes 9, como avanzó 'eldiario.es', Sánchez se citó con Gabilondo para abordar la situación en Madrid y porque el portavoz en la Asamblea quería conocer de primera mano la opinión del jefe del Ejecutivo sobre su labor, a la vista de que habían aparecido varias noticias en los días anteriores —entre ellas, la de este periódico— en las que altos dirigentes del PSOE-M verbalizaban su malestar con su estilo de oposición. La comunicación entre el presidente y quien fuera su apuesta personalísima en las autonómicas de 2015 y 2019 es fluida, y la confianza en él está intacta. "Le dio cariño", indican desde la cúpula del PSOE-M.

Foto: El portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, el pasado 4 de junio en la Puerta del Sol. (EFE)

Residencias y apartahotel

En el almuerzo del viernes, no estuvo Gabilondo. Era un encuentro más puramente de partido, aunque Sánchez se rodeó de sus dos principales colaboradores en la Moncloa, Redondo y Bolaños. El primero no es militante, pero sí lo es el segundo. El secretario general de la Presidencia conoce bien la federación —está afiliado en la agrupación de Latina, la más grande de la capital— y es apreciado por ella, y su influjo en los cuadros del PSOE-M es creciente, porque todos saben que habla por boca del líder. Cerdán es, a su vez, el que lleva las riendas del aparato día a día y mano derecha de José Luis Ábalos, secretario de Organización, que no pudo acudir al almuerzo.

En el partido reconocen a Gabilondo su victoria en 2019, la primera en 32 años, y su talante, pero requiere un estilo de oposición distinto al suyo

La comida sirvió, primero, como muestra de afecto y apoyo a Franco, ya liberado (al menos por ahora) del fardo de la imputación judicial. Después se analizó el tablero político en España y en Madrid y la posición de Ciudadanos. La formación naranja sería actor imprescindible en una hipotética moción de censura contra Ayuso, pero de momento el PSOE-M no se la plantea porque no ve mimbres para que Ignacio Aguado rompa con la presidenta. "Y presentarla para perderla solo reforzaría al PP". No se descarta echar mano de este instrumento en el futuro. Sánchez se marchó antes del término del almuerzo pero sí precisó que es necesaria "una buena oposición en Madrid", el gran bastión del PP, y por tanto habría que "trabajar para buscar fórmulas".

Isabel Díaz Ayuso: "No se podía haber evitado y el virus dio la cara tarde"

Los comensales que quedaron en Ferraz debatieron cómo reforzar el perfil moderado de Gabilondo. La cúpula del partido ya le ha hecho ver semanas atrás que hace falta una oposición más dura en la Asamblea, pero desde el entorno del portavoz siempre se ha defendido que su carácter es el que es, conciliador, presidencial y "más proclive a buscar soluciones que a la confrontación personal". "Sus modos de hacer responden a escalas de valores y a modos de entender la vida y la política, que tienen muchísimos ciudadanos, en los que hay que pensar más", abundan.

En el partido, le reconocen su autoridad moral, su talante, su capacidad para haberse echado la federación a la espalda en momentos muy difíciles —se hizo cargo de la candidatura autonómica en 2015 después de que Sánchez defenestrara a Tomás Gómez—, pero se le reprocha que, ahora, cuando Ayuso, la baronesa más alineada con Pablo Casado, se ha convertido en el principal ariete institucional del PP contra la Moncloa, no sea lo suficientemente duro. La dirigente regional está siendo cuestionada por la gestión de las residencias y los protocolos dados a los geriátricos —han muerto más de 6.000 mayores— y por el caso del apartahotel de la cadena Room Mate en el que estuvo alojada durante la pandemia. Gabilondo, no obstante, continuará como jefe del Grupo Socialista en la Asamblea, porque el futuro destino que se ha pensado para él, el Defensor del Pueblo, necesita del concurso del PP, puesto que su elección exige mayoría cualificada (tres quintos en Congreso y Senado). El grupo, no obstante, con el portavoz al frente, sí ha subido un peldaño contra el PP, al reclamar a Ayuso la caída de su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con el vicepresidente, Pablo Iglesias, en el Congreso. (EFE)

Uribes, Llop, Castellanos, Jalloul...

La idea de buscar un número dos con más gancho contra Ayuso ya fue barajada en la ejecutiva regional hace semanas, pero esa tesis se apuntaló en el almuerzo del pasado viernes en Ferraz. La consigna es intentar dar con la "persona adecuada que sirva de complemento a Gabilondo". Un número dos que arrope un perfil más institucional.

Son varios los nombres que circulan: Javier Guardiola, José Luis García Sánchez, José Cepeda, Borja Cabezón, Pilar Sánchez Acera...

Pero ¿y quién? Eso es lo que no está claro. Unos primeros nombres que se pusieron sobre la mesa fueron los de Rafael Gómez Montoya, alcalde de Leganés entre 2007 y 2011, y Puri Causapié, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid en el mandato anterior. No son, en principio, alternativas que acaben de convencer en Ferraz. Otros nombres que se barajan son Javier Guardiola, secretario general de Juventudes Socialistas de Madrid, o José Luis García Sánchez, secretario de Política Municipal del PSOE-M y ex regidor de San Martín de Valdeiglesias.

También circulan los nombres de Borja Cabezón, jefe de Gabinete de la campaña de Gabilondo en 2019, líder del partido en Majadahonda y dirigente de confianza de Iván Redondo —trabajó a sus órdenes en la Moncloa entre 2018 y 2019—, o de José Cepeda, también senador y político veterano que ha sabido sobrevivir a las eternas luchas de familias dentro del PSOE-M. José Manuel Freire, médico y experto en cuestiones sanitarias, es una cara conocida en la política regional —se daba por muy probable en las quinielas como consejero de Sanidad de haber presidido Gabilondo la región—, y sería una vía posible, pero en la cúpula autonómica estiman que le faltaría "colmillo retorcido" y que su perfil es más sectorial, y no global. Otro camino sería premiar a la que ejerce como número dos del grupo, Pilar Sánchez Acera, buena conocedora de las dinámicas del grupo y del partido.

placeholder José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte, el pasado 11 de junio en el Senado. (EFE)
José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte, el pasado 11 de junio en el Senado. (EFE)

Fuentes cercanas al portavoz indican que la decisión ha de tomarla el partido. "Estos ajustes en el grupo, los que sean, se deben a las salidas de diputados al Gobierno de España", indican. Y es que los parlamentarios que gozaban de mayor proyección eran José Manuel Rodríguez Uribes, reclutado por Sánchez como ministro de Cultura y Deporte; Pilar Llop, aupada como presidenta del Senado en diciembre; Llanos Castellanos, nueva presidenta de Patrimonio Nacional, o Hana Jalloul, nombrada secretaria de Estado de Migraciones en el Ministerio de Inclusión de José Luis Escrivá. Ellos eran los dirigentes socialistas de mayor peso en la Cámara en la legislatura autonómica que arrancó hace un año, y tras su marcha no se remodeló la dirección socialista en la Asamblea, de ahí que en la ejecutiva del PSOE-M se reconozca que se ha "descapitalizado" el grupo. Un agujero difícil de cubrir. Eso explica la cierta desazón existente en las filas del partido. Franco no ha conversado aún con el portavoz sobre quién podría ser su escudero, aunque sí estuvo informado del almuerzo en Ferraz y de su contenido.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

Los relevos para 2023

Durante la pandemia, se intentó explorar otra vía, la de recurrir a distintas voces para reforzar el mensaje. Rafael Simancas, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso; Daniel Viondi, diputado nacional, o el senador José Cepeda. Franco, que sí actuó como "complemento" de Gabilondo en la legislatura anterior, hasta su aterrizaje en la carrera de San Jerónimo, está atado de pies y manos dado el cargo institucional que ocupa como delegado del Gobierno en Madrid desde febrero de 2020. Y Sánchez, además, dio una orden clara: la oposición "se hace en la Asamblea", y no fuera de ella.

La posibilidad de 'fichar' a un dos ya fue abordada en la dirección regional y se planteaba a medio plazo pero ahora se podría acelerar la decisión

En un primer momento, se pensaba en buscar ese número dos para Gabilondo a medio plazo, pero la charla en Ferraz del pasado viernes podría acelerar las decisiones. De hecho, según fuentes socialistas consultadas por este diario, se pretende que ese lugarteniente del portavoz esté ya elegido en breve. En unas semanas, si es posible. Lo que no se abordó en la comida fueron los planes de futuro, a largo plazo. O sea, quiénes asumirán la candidatura al Gobierno autonómico y a la alcaldía de Madrid en 2023, dado que se da por hecho que ni Gabilondo (71 años) ni Pepu Hernández, que firmó el peor fracaso del PSOE en la reciente historia democrática, repetirán. Esa discusión vendrá más adelante, y en principio llegará después del congreso federal, previsto para 2021 (aún sin fecha), y tras el cónclave regional.

Madrid siempre ha sido una federación estratégica (y una obsesión) para todos los líderes del PSOE. Y más para Sánchez. Es su territorio, y uno de los secretarios generales que más han intervenido en ella, intentando moldearla a su gusto y eligiendo a sus candidatos para las dos principales instituciones. Pero es un pozo sin fondo para el partido. Gabilondo venció con holgura (37 escaños frente a los 30 del PP) en 2019, el primer triunfo del partido desde 1987, pero no logró gobernar, y la capital se escapó de las manos socialistas en 1989, con la moción de censura que tumbó a Juan Barranco, el sucesor del 'viejo profesor', Enrique Tierno Galván.

placeholder José Manuel Franco, a la salida de su declaración ante la jueza, el pasado 10 de junio. (EFE)
José Manuel Franco, a la salida de su declaración ante la jueza, el pasado 10 de junio. (EFE)

Por ahora, no se vislumbran relevos. En la dirección del PSOE-M se plantean, por ejemplo, repescar al exdiputado regional y secretario general del partido en el distrito de Fuencarral-El Pardo, Juan Segovia, como aspirante al Ayuntamiento de Madrid. Pero todas esas decisiones están más que verdes. Urge encontrar a quien desempeñe el papel de 'poli malo' de Gabilondo. Y, por ahora, no se encuentra.

Los barones arropan a Franco

El secretario general del PSOE-M, José Manuel Franco, recibió el apoyo de sus compañeros de partido este lunes, durante la reunión del consejo político federal del PSOE. Los barones arroparon al también delegado del Gobierno en Madrid por el archivo provisional de la causa judicial del 8-M, que en el partido siempre se percibió como una persecución injusta contra la actuación del Ejecutivo. En el entorno de Franco se subraya que en todo momento se ha sentido respaldado por el presidente, Pedro Sánchez, y su Ejecutivo, además de por el PSOE. 

Tras la cita de este lunes, la segunda en apenas un mes, salió una idea clara, como la expresó el coordinador del órgano, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara: que habrá que hacer concesiones para salvar el Presupuesto, porque eso es lo prioritario para mantener la estabilidad del Gobierno. Y ese aviso va también para Unidas Podemos. 

Un número dos para Ángel Gabilondo. Un diputado de la Asamblea de Madrid "con colmillo", correoso, capaz de ejercer de 'poli malo' frente a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Ese perfil busca el PSOE. Pero no lo tiene fácil porque, como constatan en la federación regional, no hay apenas banquillo en el grupo parlamentario de la Cámara autonómica. El ramillete de opciones se encoge. Una derivada más de la confección de las listas en 2019 y de la "descapitalización" sufrida en los últimos meses, por el desembarco de algunas de sus figuras en distintos puestos del Gobierno central. Y una consecuencia, también, de la falta de cuadros de un partido que lleva sin pisar las alfombras del Ejecutivo autonómico desde 1995.

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