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Ayuso y Aguado aparcan la crisis a agosto: el precio, las cabezas de Escudero y Reyero
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Sol niega que su consejero haya dimitido

Ayuso y Aguado aparcan la crisis a agosto: el precio, las cabezas de Escudero y Reyero

Al último Consejo se llegó con el rumor de que Escudero había puesto su cargo a disposición de la presidenta el lunes y que esta le había "agradecido el gesto" pero que no era el momento

Foto: Díaz Ayuso junto al consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero. (EFE)
Díaz Ayuso junto al consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero. (EFE)
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El Gobierno regional de PP y Cs se ha dado una aparente tregua en la crisis por la gestión de las residencias en la Comunidad de Madrid. El pasado miércoles, en el Consejo de Sol, se pidió de viva voz que se pusiera fin a la guerra entre los dos socios, que "el verdadero enemigo no está dentro" y que se "remara" en la misma dirección en todo el Ejecutivo. El resultado, según diversas fuentes consultadas por este medio, es que se ha llegado a un armisticio temporal y que será en el verano, "en torno a agosto", cuando se haga "examen de conciencia" de lo sucedido y se tomen las decisiones.

Muchas de esas fuentes coinciden: las cabezas de los dos consejeros implicados, el de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, y el de Políticas Sociales, Alberto Reyero, será el precio.

De hecho, al Consejo de Gobierno se llegó con el rumor planeando de que Escudero había puesto su cargo a disposición de la presidenta Isabel Díaz Ayuso el pasado lunes y que esta le había "agradecido el gesto", pero que no era aún el momento. Fuentes oficiales del entorno de la presidenta de la Comunidad lo niegan. "No hay nada de esto", aseguran, e insisten en una "intoxicación". Otra fuente del PP madrileño asegura que Escudero puede estar "quemado con la crisis de las residencias, ¿quién no lo estaría?", pero que no ha dejado traslucir nada en el Consejo.

Aguado: ''No hay ninguna crisis política por mucho que algunos se empeñen''.

Desde hace semanas, la figura de Escudero está tan cuestionada como la del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero. Desde el PP culpan a este último de haber "desencadenado una guerra suicida", "filtrando" los correos que envió a Escudero en el comienzo de la pandemia de coronavirus e incluso acusándolo desde su escaño en la Asamblea. Compañeros del Gobierno de Reyero, pero no de partido, le culpan también de haber filtrado los protocolos de marzo, "dando munición a los que son nuestros verdaderos enemigos políticos".

Fuentes del Gobierno regional recuerdan que Escudero "no es un hombre de Ayuso" y que fue 'reclutado' por Cristina Cifuentes y mantenido en el cargo por Ángel Garrido. De hecho, insisten, a él le dejaron fuera en las listas cuando era un hombre fuerte del partido en Madrid, presidente del influyente PP de Pozuelo. "Tuvo que ser el propio Pablo Casado el que, a la hora de formar Gobierno, pidiera que le metieran en el Ejecutivo y no le dejaran tirado".

Aunque todos, en el PP y en Ciudadanos, reconocen que el consejero de Sanidad "se ha dejado la piel" en esta crisis, su enfrentamiento con Reyero desde mediados de marzo le ha acabado pasando factura. Y la creación de una viceconsejería, al frente de la cual ha colocado Ayuso a Antonio Zapatero, el director del hospital de Ifema, la "niña de los ojos" de Ayuso, fue visto por muchos como el comienzo de un "relevo suave" que, insisten ahora, podría producirse en agosto.

Los dos consejeros más quemados saldrían del Ejecutivo para afrontar un posible rebrote sin el lastre de una gestión que sigue pesando mucho

En Ciudadanos saben que la cabeza de Reyero es objetivo del entorno de Ayuso desde que comenzó a pedir un mando único para la intervención en las residencias. Una inquina política que se extremó cuando, precisamente, desde la Consejería de Reyero partió el 'error' de colgar un falso contrato de la Comunidad con la empresa hotelera dueña del dúplex donde pasó la pandemia la presidenta. La dimisión del secretario general técnico no fue suficiente y Presidencia mantiene abierta su propia investigación porque, según las propias palabras del entorno de la presidenta, "lo del error humano no se lo cree nadie".

Tras la herida aún no cerrada del "roomgate", la guerra de filtraciones, protocolos, correos y acusaciones cruzadas en entrevistas durante los últimos 15 días no ha hecho más que confirmar que el consejero naranja tiene los días contados en el Ejecutivo regional. El vicepresidente Ignacio Aguado ya tuvo que frenar una primera ofensiva en abril —"a mis consejeros los nombro y los destituyo yo", dijo— pero entre el resto del Gabinete, de los dos signos políticos, se ve la situación cada vez más insostenible.

Crisis de Gobierno en agosto

La 'tregua' aparente a la que se ha llegado esta semana permitirá "centrarnos en la comisión de investigación" que ha anunciado la presidenta sobre el caso de las residencias. Se aleja definitivamente el fantasma de la moción de censura —la inacción de Ángel Gabilondo contribuye decisivamente a ello— y de las elecciones anticipadas. "Sería una auténtica locura", dicen en el PP, con la región intentando volver a la 'nueva normalidad', reactivando la economía madrileña que está en la UVI y con la amenaza de un rebrote en octubre. "La sangre no va a llegar al río", aseguran en el partido de Ayuso. Algo de lo que también están convencidos en la formación naranja. Ni moción de censura ni adelanto electoral.

Fuentes del Gobierno regional recuerdan que Escudero "no es un hombre de Ayuso" y que fue 'reclutado' por Cifuentes y mantenido por Garrido

Pero en fuentes de los dos socios también se ve como inevitable una crisis de Gobierno en verano. "Seguramente, los dos debamos ceder, y las cabezas de Escudero y de Reyero sean el precio". Los dos consejeros más quemados en la gestión de la pandemia —que en Madrid se ha cobrado la vida de 9.137 personas en los hospitales, 5.975 en las residencias, 898 en sus domicilios y 28 más en la vía pública— saldrían del Ejecutivo para afrontar un posible rebrote sin el lastre de la imagen de una gestión que, hoy por hoy, sigue pesando mucho y dando munición a la oposición.

El Gobierno regional de PP y Cs se ha dado una aparente tregua en la crisis por la gestión de las residencias en la Comunidad de Madrid. El pasado miércoles, en el Consejo de Sol, se pidió de viva voz que se pusiera fin a la guerra entre los dos socios, que "el verdadero enemigo no está dentro" y que se "remara" en la misma dirección en todo el Ejecutivo. El resultado, según diversas fuentes consultadas por este medio, es que se ha llegado a un armisticio temporal y que será en el verano, "en torno a agosto", cuando se haga "examen de conciencia" de lo sucedido y se tomen las decisiones.

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