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Escrivá e Iglesias pugnan por la cantidad a reducir del IMV según los ingresos salariales
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SE PERDERÁ UNA PARTE AuN SIN LLEGAR AL SMI

Escrivá e Iglesias pugnan por la cantidad a reducir del IMV según los ingresos salariales

Los morados apuestan por que se mantenga invariable el mayor porcentaje posible, más allá de que se establezca un umbral mínimo de ingresos por trabajo hasta el cual no se tocaría la prestación

Foto: El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, tras el Consejo de Ministros que aprobó el IMV. (EFE)
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, tras el Consejo de Ministros que aprobó el IMV. (EFE)

"Otra característica importante del ingreso mínimo vital es que el beneficio es compatible con otros ingresos, incluyendo los laborales. No está dirigido solo a personas sin ingresos o a personas desempleadas, sino también a personas y hogares con bajos ingresos y trabajos temporales", explicaba el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, durante una exposición sobre el IMV este jueves en un panel del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esta compatibilidad, arrancada durante las negociaciones entre los departamentos de Seguridad Social, que dirige José Luis Escrivá, y de la vicepresidencia segunda, se ha justificado para evitar la denominada 'trampa de la pobreza', pero debe todavía concretarse su letra pequeña mediante un reglamento ministerial, como se explicita en el real decreto ley aprobado por el Consejo de Ministros. Esto es, definir qué porcentaje del IMV dejarán de recibir sus preceptores en función de los ingresos que obtengan por trabajos temporales o los denominados 'minijobs', como trabajos de fin de semana, o puntualmente por cuenta propia.

Los morados apuestan por que se mantenga invariable el mayor porcentaje posible, más allá de que se establezca un umbral mínimo de ingresos por trabajo, todavía por fijar, hasta el cual no se tocaría el IMV. Lo que sí se ha descartado es que se pueda cobrar íntegra la prestación aunque al sumarle los ingresos complementarios procedentes de rentas del trabajo no se sobrepase en total el salario mínimo interprofesional, fijado en 950 euros. Precisamente, una de las ideas originarias con las que Podemos acompañaba esta propuesta de renta mínima, que formó parte de su ADN programático desde su fundación hace seis años, era permitir que se mantuviesen íntegras cuando los perceptores complementaran sus remuneraciones con algún tipo de trabajo, siempre y cuando no se sobrepase el SMI y una vez compensado con los baremos en función del número de hijos e hijas.

El Congreso aprueba el ingreso mínimo vital sin ningún voto en contra

Desde el Ejecutivo de coalición, se defendió la compatibilidad del IMV con los ingresos salariales para evitar una 'trampa de la pobreza', que se produciría cuando las prestaciones sociales son incompatibles con el empleo. En estos casos, explicaban tras su aprobación en el Consejo de Ministros, "muchas personas se ven en el dilema de tener que elegir entre un trabajo precario y una ayuda social, muchas veces insuficiente". Un dilema que se entiende que persistiría si el porcentaje de IMV percibido que se mantiene al tener un empleo temporal es mínimo, máxime al tratarse de empleos puntuales sin posibilidad de continuidad.

Por el momento, solo se ha avanzado que por cada euro de salario adicional que gane un beneficiario, su IMV se reducirá en una cantidad inferior, por lo que se deja un amplio margen para definir en el reglamento. Lo que sí se garantiza en el real decreto es que en los casos en que se compatibilice el IMV con rentas del trabajo, "se establecerán las condiciones en las que la superación en un ejercicio de los límites de rentas (...) no suponga la pérdida del derecho a la percepción del ingreso mínimo vital en el ejercicio siguiente".

Foto: El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, junto a María Jesús Montero y José Luis Escrivá. (EFE) Opinión

El ministerio encargado de elaborar el reglamento que defina estos términos será el de Inclusión y Seguridad Social, aunque con base en las aportaciones del departamento de Derechos Sociales vía negociación, como en lo relativo al resto de la medida. Las administraciones autónomas podrán regular, si lo consideran necesario, incluir o no un mecanismo similar en la parte correspondiente a las rentas de inserción de las distintas comunidades.

De cara a fomentar los itinerarios laborales, la norma establece también incentivos a la contratación de los beneficiarios de la prestación, así como la creación de un sello social para empresas que ofrezcan formación y empleo a sus preceptores. Por otra parte, estos últimos deberán inscribirse como demandantes de empleo y, en caso de encontrar trabajo, parte de su salario estará exento transitoriamente en el cálculo de la prestación. De ahí que se busque la cooperación entre los distintos niveles de la Administración y el sector privado. Durante el panel del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el que Iglesias presentó el IMV, la subsecretaria general, Kanni Wignaraja, ponía el foco en la necesidad de que todas las personas tengan un “suelo” de ingresos para garantizar sus necesidades básicas y que esto de ninguna manera podrá desincentivar el mercado laboral, sino por el contrario brindar recursos para la búsqueda y acceso al empleo.

Foto: Economía. (iStock)

La prestación se podrá solicitar a través de la Seguridad Social, pero se está estudiando la posibilidad de que también pueda realizarse a través de los ayuntamientos, según los convenios previstos y una vez se firmen estos, así como desde entidades del tercer sector. Se podrá solicitar desde el 15 de junio y, en caso de otorgarse, se cobrará con carácter retroactivo desde el 1 de junio. Se contará con una partida estimada de 3.000 millones para financiar el ingreso mínimo vital, aunque como han aclarado sus promotores, se trata de un derecho subjetivo y una prestación no contributiva, por lo que "cualquier hogar que cumpla las condiciones tendrá derecho a la prestación en los términos establecidos". En total, se beneficiarán alrededor de 850.000 hogares —unos 2,3 millones de personas—.

"Otra característica importante del ingreso mínimo vital es que el beneficio es compatible con otros ingresos, incluyendo los laborales. No está dirigido solo a personas sin ingresos o a personas desempleadas, sino también a personas y hogares con bajos ingresos y trabajos temporales", explicaba el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, durante una exposición sobre el IMV este jueves en un panel del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esta compatibilidad, arrancada durante las negociaciones entre los departamentos de Seguridad Social, que dirige José Luis Escrivá, y de la vicepresidencia segunda, se ha justificado para evitar la denominada 'trampa de la pobreza', pero debe todavía concretarse su letra pequeña mediante un reglamento ministerial, como se explicita en el real decreto ley aprobado por el Consejo de Ministros. Esto es, definir qué porcentaje del IMV dejarán de recibir sus preceptores en función de los ingresos que obtengan por trabajos temporales o los denominados 'minijobs', como trabajos de fin de semana, o puntualmente por cuenta propia.

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