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La doble vara de la alta movilidad: buena para Euskadi, freno para Valencia y Andalucía
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DOBLE INTERPRETACIÓN EN EL CAMBIO DE FASE

La doble vara de la alta movilidad: buena para Euskadi, freno para Valencia y Andalucía

Euskadi se apoyó en la elevada movilidad entre sus capitales para desescalar a la vez todo su territorio a la fase 1. Sin embargo, el Gobierno usa el mismo argumento para retrasar al resto

Foto: Autopista A-8, sentido Bilbao, en agosto del año pasado. (EFE)
Autopista A-8, sentido Bilbao, en agosto del año pasado. (EFE)

La movilidad entre ciudades y áreas metropolitanas ha sido un factor determinante a la hora de analizar la relajación escalonada de las distintas autonomías de las medidas de confinamiento. Sin embargo, el criterio de los movimientos y la interrelación entre ciudades y provincias se ha utilizado con diferentes finalidades en virtud del territorio. Mientras que para Madrid, Barcelona y otras áreas metropolitanas españolas como Valencia, Alicante o Málaga ha sido un elemento prudencial a la hora de cambiar de fase durante el estado de alarma, en el País Vasco ha servido de sustento para limar las diferencias entre sus tres provincias y favorecer un trato conjunto de todo el territorio autonómico. Ante la ausencia de trasparencia y publicidad completa de los informes que han servido al Gobierno de Pedro Sánchez para desescalar cada región, la aparente ausencia de homogenidad en la aplicación de los indicadores de movilidad introduce otro elemento de posible agravio en las autonomías que consideran que no han recibido suficiente justificación sobre su modelo de desconfinamiento, como la Comunidad Valenciana y Andalucía.

Valencia, Madrid y Andalucía exigen criterios verificables para cambiar de fase

El panel de indicadores integral aprobado por el Gobierno para elaborar sus informes de desescalada por territorios recoge la información de la movilidad como uno de los elementos a tener en cuenta en el análisis global por parte de los técnicos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. En concreto, señala los estudios elaborados desde el Ministerio de Transportes. El departamento que dirige José Luis Ábalos está recogiendo datos gracias a un acuerdo con la compañía Orange y elaborando informes de 'big data' y geolocalización. Archiva los desplazamientos de más de 500 metros (normalmente en coche, tren o autobus) y obtiene resultados tanto provinciales como intraprovinciales o dentro de las grandes ciudades españolas.

Estas base de datos reflejan que entre el 4 y el 8 de mayo de la semana pasada, cuando el equipo de Salvador Illa y Fernando Simón decidió cómo desescalar cada territorio, el descenso de la movilidad de regiones que no han pasado a fase 1, como las provincias de las áreas metropolitanas de Valencia, Castellón y Alicante-Elche y Granada y Málaga, era muy similar a las de las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, con valores que oscilan entre el 43,2 y el 48,4%. Incluso en el caso de la provincia de Álava, la caída de los movimientos de personas fue inferior al 40% en comparación a la semana de referencia precovid (14-20 de febrero). Es más, el análisis interprovincial refleja que los flujos de movilidad entre Álava y Vizcaya, y viceversa, apenas han descendido un 16,2% y un 17,2%, respectivamente, durante el estado de alarma. Estos porcentajes contrastan con los desplomes de entre el 50% y el 60% en los desplazamientos interprovinciales en el resto de España.

En lo que sí aparecen algunas diferencias es en la densidad de los movimientos. Las provincias de Valencia y Alicante presentan mucha más densidad que las provincias vascas. Pero Vizcaya refleja más viajeros por kilómetro que Castellón. La primera ha pasado a fase 1, mientras que en en la segunda, solamente ha desescalado una de sus cuatro áreas de salud, la de Vinarós. Granada, que ha permanecido en fase 0, también tiene un volumen de desplazamientos similar al de Vizcaya.

El Ejecutivo del lendakari Iñigo Urkullu alude en el documento de desescalada (pinche para verlo) remitido al Ministerio de Sanidad a una reducción media de viajeros en transporte público (líneas de autobus y tranvía) del 83% entre el 10 y el 17 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma. Pero lo que para Málaga, Granada y las áreas metropolitanas de la Comunidad Valenciana ha sido un factor de prudencia (la movilidad en ciudades y áreas de influencia, mucho más intensa en Madrid y Barcelona), en Euskadi sirvió para desescalar toda la autonomía de una tacada, si bien luego el Gobierno vasco ha introducido mecanismos restrictivos propios, como limitar los movimientos al término municiapal salvo excepciones por razón socioeconómica. Es lo que fuentes gubernamentales admiten en describir como una 'fase 0,9', una salida a la carta que ahora invitan a proponer al resto de autonomías. Euskadi niega cualquier trato de favor.

Foto: Erkoreka (a la izquerda), junto a la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, a su llegada al Parlamento vasco. (EFE)

El mismo documento firmado por la consejera de Salud, Miren Nekane Murga, con fecha 8 de mayo, señala precisamente la "elevada movilidad" entre sus capitales como argumento principal para coordinar el cambio de fase de sus tres provincias, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, a la vez. "El hecho de que Euskadi sea una comunidad con un ámbito geográfico reducido y con buenas vías de comunicación entre los tres territorios facilita una enorme movilidad por razones de todo tipo, desde motivos laborales a motivos incluso socioculturales. Desde este punto de vista, es imposible desligar lo que sucede en un municipio como Bilbao, de Donostia o de Vitoria. Esta elevada movilidad, que es obligado tener en cuenta, hace difícil, si no inviable, utilizar un criterio de actuación diferente al de la comunidad en su conjunto".

El Gobierno de Pedro Sánchez no solo tuvo en cuenta este factor permitiendo el pase de toda Euskadi a la fase 1, tal como pedía el Partido Nacionalista Vasco, sino que, además, atendió la petición de autorizar los movimientos entre provincias o "territorios históricos", como denomina el documento a los antiguos territorios forales. Así se pedía en el texto: "En esta primera fase de la desescalada, se entiende que la movilidad y la actividad permitida estarán restringidas a las que se produzcan en cada territorio histórico, excepto aquellas relacionadas con razones de índole socioeconómica debidamente justificada. Movilidad interterritorial entre municipios colindantes de tránsito habitual y actividades socioeconómicas ordinarias (situación de enclaves, municipios transfronterizos, etc.)".

Barceló rebaja el tono

En el caso de la Comunidad Valenciana, por contra, la movilidad y densidad poblacional en las áreas metropolitanas fue uno de los elementos que penalizaron y uno de los factores que explican que 14 de los 24 departamentos de salud hayan tenido que congelarse en la fase 0 al menos durante otra semana. Así lo aseguró este martes la 'consellera' de Sanidad, Ana Barceló, después de que mantuviese una reunión "aclaratoria" y "positiva" con el ministro Salvador Illa. El 'president' valenciano, Ximo Puig, viene reclamando desde hace varios días al Gobierno que justifique por qué frenó la desescalada valenciana. Tras varios días de tensión en el seno del PSOE, Barceló ha tratado de rebajar la tensión con la Administración central afirmando que "hay que mirar hacia adelante". Barceló asegura que la Generalitat cuenta con un sistema de control y vigilancia que le permite controlar esa movilidad y su incidencia en la transmisión del virus.

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El problema de Barceló es que tiene tendencia a realizar declaraciones contradictorias y confusas, lo que tampoco ayuda a despejar las incógnitas. Por ejemplo, dijo que la movilidad excesiva en zonas con alta densidad de población era "un criterio que no se contemplaba". Pero eso no es cierto. En los indicadores para la transición en el estado de alarma (pinche para verlos) aprobados por el Gobierno a finales de abril, ya se hacía referencia a los estudios de movimientos del Ministerio de Transportes como parte del conjunto del análisis.

La movilidad, clave en Andalucía

El Gobierno de la nación no ha explicado con claridad por qué descartó que Granada y Málaga se quedaran totalmente fuera del pase a fase 1 dentro de Andalucía. En una comparecencia del doctor Fernando Simón el pasado sábado 9 de mayo, un día después de que se conocieran las zonas que se movían de fase, dio alguna información sobre por qué se había tumbado la propuesta de la Junta de Andalucía de actuar en estas dos provincias por áreas sanitarias, abriendo a fase 1 parte de las mismas.

En concreto, tras una pregunta de Canal Sur, Simón explicó que Andalucía hizo “una propuesta mixta” diferente a lo que habían hecho otras comunidades. La Junta proponía pasar de fase seis provincias, y en dos provincias hizo una propuesta donde solo pasaban territorios concretos, abundó Simón. Sobre esos territorios, que finalmente no han dado el salto porque las dos provincias quedaron enteras en fase 0 y el Gobierno ignoró esa apertura por distritos, no han influido los datos sanitarios. Simón aseguró sobre esos distritos de Málaga y Granada que “están 'a priori' en una buena situación” pero agregó: “Es verdad que hay algunos detalles que hay que pulir, pero no solo son criterios sanitarios sino de movilidad, de aplicación real de las medidas de prevención y control y de confinamiento dentro de esos territorios que no quedaban claras del todo”. Después felicitó a las autoridades sanitarias andaluzas por su trabajo.

En el documento elaborado por la Junta y cumplimentado conforme a las indicaciones del Ministerio de Sanidad, aparece un apartado con este epígrafe: “Describir las medidas de control de la movilidad que se podrían instaurar entre este territorio y otros en diferente fase”. La Junta responde a lo largo de dos folios cómo puede controlar esa movilidad entre distritos sanitarios o provincias, si fuera el caso. Asegura tener datos y mecanismos para controlar esa movilidad.

Es el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) el responsable de generar datos sobre la movilidad que se sincronizan, asegura el documento oficial de la Junta, con los de epidemiología. En concreto, el instituto andaluz trabaja conforme a “565 zonas de movilidad” en Andalucía que “agregadas convenientemente arrojan información de los distritos sanitarios”, entendiendo la Junta que ese “parece el nivel para la toma de decisiones en el marco de la crisis del covid-19”.

Estos mapas en Andalucía permiten, asegura la Junta en su documento, “evaluar la intensidad de la movilidad a diario por razón de trabajo” o “elaborar mapas de calor con criterios de atracción y expulsión”, y estos se ponen en relación con los datos de contagio. Los datos proceden de la operadora Orange, explica la Junta. Esta operadora de telefonía ofrece datos gratuitos en dos franjas horarias, a las 13 de la medianoche y las 12 del mediodía. También se manejan datos, previo pago a Orange, indica la Junta, para ver la movilidad con intervalos de dos horas en un nivel con más detalle que el municipal en las grandes ciudades. Es decir, se controla el área metropolitana. Cada día, informa la Junta, se genera un informe con estos datos. También Andalucía asegura manejar datos del Instituto de Estadística (INE) dentro de cada distrito para ver entradas y salidas de la población residente y ver dónde hay más intercambios de población.

La propuesta de la Junta dejaba fuera en concreto tres distritos sanitarios: Granada, Metropolitano Granada y Málaga. Proponían que en esos distritos se añadieran restricciones respecto al distanciamiento físico, supresión de velatorios, no autorización de mercadillos al aire libre, no autorización para la celebración presencial de seminarios y congresos científicos, entre otros. En esas tres áreas, según los datos epidemiológicos, la tasa de incidencia del covid estaba en 90,7, con 217 casos (Granada), 40,6, con 174 casos (Metropolitano Granada), y 58,1, con 365 casos (Málaga). Estaban lejos del resto de las áreas de sus provincias en cuanto a número de contagios o tasa de incidencia con prueba PCR, y también a distancia del resto de Andalucía.

La movilidad entre ciudades y áreas metropolitanas ha sido un factor determinante a la hora de analizar la relajación escalonada de las distintas autonomías de las medidas de confinamiento. Sin embargo, el criterio de los movimientos y la interrelación entre ciudades y provincias se ha utilizado con diferentes finalidades en virtud del territorio. Mientras que para Madrid, Barcelona y otras áreas metropolitanas españolas como Valencia, Alicante o Málaga ha sido un elemento prudencial a la hora de cambiar de fase durante el estado de alarma, en el País Vasco ha servido de sustento para limar las diferencias entre sus tres provincias y favorecer un trato conjunto de todo el territorio autonómico. Ante la ausencia de trasparencia y publicidad completa de los informes que han servido al Gobierno de Pedro Sánchez para desescalar cada región, la aparente ausencia de homogenidad en la aplicación de los indicadores de movilidad introduce otro elemento de posible agravio en las autonomías que consideran que no han recibido suficiente justificación sobre su modelo de desconfinamiento, como la Comunidad Valenciana y Andalucía.

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