Cs se abre a influir en votaciones clave como los Presupuestos tras pactar la prórroga

Aunque el apoyo de Ciudadanos en la cuarta prórroga del estado de alarma fue algo “circunstancial” —como explican en el partido de Inés Arrimadas—, sí sentó un precedente sobre la estrategia que seguirá el grupo parlamentario de 10 diputados. “Ser útiles” es la frase que tienen grabada a fuego la nueva presidenta de la formación y los principales dirigentes que la rodean. Demostrar que aun teniendo una representación muy mermada en el Congreso, sus votos servirán para algo. “Cada vez que decidamos nuestro voto, siempre vamos a pensar en el interés general de los españoles. Y estas tres condiciones son buenas para España”.

Así defendió Arrimadas, en primera persona y asumiendo “toda la responsabilidad”, mantener el voto favorable a la prórroga tras una negociación con el Gobierno que incluía desvincular las prestaciones socioeconómicas, como las de los ERTE, del estado de alarma. En el partido están satisfechos con el mensaje, creen que ha calado y que los motivos que justifican haber seguido en el sí se han comprendido socialmente.

“Estamos demostrando ser útiles y poner por delante las necesidades reales de la gente”, insisten desde la cúpula naranja. De ahí que la formación se plantee seguir influyendo en votaciones importantes en el Congreso si con sus 10 escaños consiguen arrancar al Gobierno “medidas efectivas que sirvan a los españoles”.

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No ponen nombre y apellido a las siguientes etapas y, de hecho, insisten en que es “muy pronto” para hablar de Presupuestos. Aseguran que no tiene sentido ponerse ya en escenarios tan avanzados, pero no niegan que su posición seguirá siendo la de utilidad. Ciudadanos no respaldará unas cuentas públicas con el sello de Unidas Podemos, pero también son conscientes de que los Presupuestos que deberá presentar el Gobierno finalmente diferirán mucho de los que tenía previstos.

De hecho, una de las primeras propuestas que lanzó Arrimadas, cuando todavía la pandemia no había dejado consecuencias tan devastadoras, fue la de unos “Presupuestos de emergencia nacional”. El documento lo presentó el 12 de marzo, días antes de decretarse el estado de alarma, y en él ya advertía de que la expansión del coronavirus sería “un problema de Estado” que requeriría soluciones a la altura. En todo caso, el partido naranja no abrirá ningún melón y esperará a ver lo que el Gobierno presenta, teniendo en cuenta que debe estar avalado por Bruselas.

Lo que no se plantea el partido naranja en ningún caso es un giro político. Insisten en que la premisa que debe imperar es la “utilidad” y reconocen que todas las iniciativas del Gobierno que tengan una especial influencia de Pablo Iglesias serán incompatibles con su formación. Aun así, fuentes de la dirección reconocen que su objetivo también pasa por adaptarse a las circunstancias que la crisis del covid-19 ha provocado social y económicamente.

La votación de la prórroga en el Congreso demostró que existen otras mayorías alternativas en las que no están los independentistas catalanes. No solo JxCAT sino ERC —socio de investidura de Pedro Sánchez—, que se descolgó del bloque de las izquierdas en esta ocasión, dando pie a la geometría variable. Una nueva fórmula en la que conviven Ciudadanos y PNV, dos formaciones que son agua y aceite, pero que en esta ocasión concreta formaron parte de la misma ecuación.

Una negociación y un pacto

Aunque Ciudadanos insiste en que el apoyo al Gobierno fue algo “excepcional”, también pone el acento en que fue fruto de una negociación “intensa” que dio como resultado un pacto con tres condiciones para retener el sí de Arrimadas. El primer apartado hace referencia expresa a que se deberán producir “contactos semanales” con Ciudadanos, “para informar sobre la crisis sanitaria” y “dialogar, y en su caso, consensuar” medidas para la implementación del plan de desescalada.

El acuerdo, por tanto, lleva implícito mantener esas negociaciones durante las próximas semanas, como mínimo. No se trata de un sí gratis o de un apoyo “sin enmiendas”, como fue el caso del PP en anteriores ocasiones. Ciudadanos decidió negociar y pactar esta prórroga arrancando medidas al Gobierno, que hasta ahora había actuado de manera unilateral.

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No afecta a los gobiernos autonómicos

Más allá del camino que emprenda el grupo parlamentario naranja en el Congreso, los pactos autonómicos con el PP en las cuatro comunidades donde gobiernan no corren ningún peligro. A pesar de que la Comunidad de Madrid atraviesa un momento delicado a cuenta de los debates internos surgidos en la Puerta del Sol con la dimisión de la directora general de Salud incluida —Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado llevan tiempo discrepando—, el partido naranja está satisfecho con los acuerdos alcanzados tras las elecciones de mayo de 2019.

La dirección nacional quiere dejar claro que las votaciones en el Congreso no tienen nada que ver con los gobiernos autonómicos ni con la relación de Ciudadanos y el PP y, por eso, insisten en que los pactos permanecerán intactos. Igual que la coalición electoral para Euskadi, donde los dos concurrirán juntos por primera vez a una cita electoral cuando la crisis sanitaria permita retomar la cita con las urnas.