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ERC rompe el bloque de la investidura y da a Sánchez la excusa para apoyarse en Cs
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PRÓRROGA DEL ESTADO DE ALARMA

ERC rompe el bloque de la investidura y da a Sánchez la excusa para apoyarse en Cs

Tras el giro de los republicanos y el cambio de rumbo de Cs, Sánchez está en disposición de acomodarse a la geometría variable con la que soñó entre las elecciones de abril y las de noviembre

Foto: El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, observa a la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez. (EFE)
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, observa a la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez. (EFE)

El alma más procesista de ERC gana terreno en plena pandemia del coronavirus, empujada por el electoralismo y la subordinación a la derecha independentista con la que gobierna la Generalitat. La decisión de la ejecutiva del grupo republicano de votar contra la prórroga del estado de alarma, junto a la singular tríada formada por Vox, JxCAT y la CUP, ha obligado al Gobierno a explorar nuevas alianzas, mirando a su derecha en lugar de a su izquierda. En este contexto, Ciudadanos vuelve a recuperar la centralidad política, en un momento en el que, precisamente, su nueva líder, Inés Arrimadas, comenzaba a remar a la contra de PP y Vox buscando recuperar el perfil original de su formación como partido bisagra. Un objetivo que ahora le ha servido en bandeja ERC, con un intercambio de roles que, de consumarse, supondría también la ruptura del bloque de la investidura.

El cambio de cromos no se ha hecho esperar. Unas horas después de que ERC hiciese pública su decisión, Sánchez llegaba a un acuerdo con Arrimadas para sacar adelante la prórroga del estado de alarma con sus votos. Un acuerdo, que según el comunicado de Moncloa, tiene visos de ir mucho más allá de la votación de este miércoles: "El gobierno mantendrá contactos semanales con Ciudadanos para informar sobre la crisis sanitaria, así como dialogar y, en su caso, consensuar medidas para la implementación del Plan para la transición hacia una nueva normalidad, también conocido como plan de desescalada".

El Gobierno busca apoyos para prorrogar el estado de alarma

El compromiso alcanzado busca volver a encarrilar la legislatura con la formación con la que Sánchez siempre quiso priorizar los acuerdos y, para ello, se han emplazado "a mantener el diálogo para la adaptación de los ERTE y las ayudas a PYMES y autónomos para que puedan adecuarse éstas y el resto de las medidas de protección social a las necesidades que se produzcan más allá del estado de alarma".

La decisión de los republicanos, entregando su papel central en la aritmética parlamentaria a Ciudadanos, ha sorprendido a PNV, Bildu o BNG, que por efecto arrastre les genera inestabilidad y una mayor pérdida de influencia. Dejarán de ser imprescindibles. Ninguno de los socios de ERC en este bloque, que nació tras la moción de censura, se esperaban este bandazo. Así lo deslizan en privado algunas de sus principales voces que, si bien empatizan con las causas y algunos incluso las comparten en mayor o menor medida, tildan la decisión de "errónea".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), interviene en una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Los soberanistas vascos incluso preparaban una enmienda conjunta que ahora queda en el aire, y el BNG ya se ha desmarcado públicamente de sus aliados en los comicios europeos, anunciando que no votará en contra y que en cualquier caso mantendrá "la actitud constructiva que venimos mostrando desde el inicio de esta crisis sanitaria". Todo apunta a que nacionalistas y soberanistas vascos también se desmarcarán del voto en contra de ERC.

La probable ruptura del bloque de la investidura parece preocupar más entre sus integrantes, por la pérdida de influencia, y en Unidas Podemos, dado que los morados siempre apostaron por sostenerse en estas alianzas en lugar de valerse de Ciudadanos. La mano tendida del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los partidos que conformaron el bloque de la investidura fue circunstancial por el rechazo frontal de Ciudadanos, que lo apostó todo a hegemonizar el campo de la derecha confrontando con el PSOE junto a PP y Vox. Esta fue, de hecho, una de las principales consecuencias de la repetición electoral, puesto que la intención de Sánchez y su equipo pasaba por gobernar en solitario aplicando una geometría variable: pactar con la derecha en cuestiones más económicas y con la izquierda en las sociales.

Ahora, tras el golpe en la mesa de los republicanos y el acuerdo Ciudadanos, Sánchez no ha querido perder ni un minuto para aprovechar la situación acomodándose a la 'geometría variable' con la que soñó entre las elecciones fallidas de abril y la repetición electoral de noviembre. Más opciones para negociar a derecha e izquierda votación a votación y una oportunidad para pacificar la relación de Moncloa con la vieja guardia de Ferraz y algunos de los barones más intransigentes con lo que se denominó despectivamente 'Gobierno Frankenstein', por incluir a Unidas Podemos en la coalición y apoyarse en los independentistas catalanes.

''El único instrumento que permite al Gobierno luchar contra el covid es la prórroga del estado de alarma''

El caso es que ERC pierde el rol que había ganado, y con ello los soberanismos de otros territorios, regalando a Sánchez la excusa para su ansiada geometría variable con Ciudadanos que hasta ahora se hacía imposible, tanto en el Congreso como en algunas comunidades autónomas donde los naranjas pactaron cogobiernos con el PP. La alianza entre el soberanismo catalán, vasco y gallego queda por tanto tocada y con ello hace aguas la pomposa declaración de la Llotja de Mar, uno de los pocos marcos que daban autonomía a los republicanos frente a los posconvergentes.

La opción de un Gobierno de concentración independentista en Cataluña con JxCAT, ERC y la CUP gana enteros tras este giro, frente a la alternativa progresista entre republicanos y 'comuns' con el apoyo externo de los socialistas. "Lamento esta decisión y confío en que se imponga el espíritu de la moción de censura", reflexionaba el líder de los 'comuns' y hombre puente de Unidas Podemos con ERC, Jaume Asens, para añadir que "como dice Joan Tardà, hay que tener presente el bosque y no solo la hilera de árboles. Hay tiempo para el entendimiento".

Sánchez defiende el estado de alarma y el diálogo con las comunidades

Desde Podem Catalunya, subían el tono del reproche, advirtiendo de que "el voto en contra del partido republicano abocaría el país al final de las restricciones de movilidad, de la aplicación de los ERTE o de la prohibición del corte de suministros básicos y desahucios". A través de un comunicado, se calificaba de "irresponsable" la decisión de los republicanos de votar en contra de la prórroga, para concluir que "el hecho de que ERC se deje arrastrar por Quim Torra solo fortalece la confrontación en un momento en que la sociedad catalana y española necesita más que nunca de más unión y cooperación para salir de la crisis".

La legislatura cambia de fase y continuará por unos derroteros parlamentarios que poco o nada tienen que ver con los de sus inicios, cuando el Gobierno de coalición apenas ha superado la barrera de los 100 días. A la crisis social y económica que ya está en marcha como consecuencia de la crisis sanitaria. no se sumará de momento una crisis política tras el cambio de roles entre ERC y Ciudadanos. Sin embargo, la última palabra la tendrá Unidas Podemos y la manera en la que se encajen unos acuerdos con Ciudadanos que a buen seguro se resistirá a las políticas expansionistas y tratará de presionar al Ejecutivo para llevarlo hacia la ortodoxia económica. En la particular batalla entre Pablo Iglesias y Nadia Calviño, esta última contará con una nueva e inesperada aliada.

El alma más procesista de ERC gana terreno en plena pandemia del coronavirus, empujada por el electoralismo y la subordinación a la derecha independentista con la que gobierna la Generalitat. La decisión de la ejecutiva del grupo republicano de votar contra la prórroga del estado de alarma, junto a la singular tríada formada por Vox, JxCAT y la CUP, ha obligado al Gobierno a explorar nuevas alianzas, mirando a su derecha en lugar de a su izquierda. En este contexto, Ciudadanos vuelve a recuperar la centralidad política, en un momento en el que, precisamente, su nueva líder, Inés Arrimadas, comenzaba a remar a la contra de PP y Vox buscando recuperar el perfil original de su formación como partido bisagra. Un objetivo que ahora le ha servido en bandeja ERC, con un intercambio de roles que, de consumarse, supondría también la ruptura del bloque de la investidura.

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