Los psiquiatras promueven las visitas de familiares en la UCI tras semanas de soledad

Mientras la tendencia a la baja de infectados por coronavirus se mantiene desde hace días —en la Comunidad de Madrid, este lunes se registraron 559 nuevos contagios, el menor número contabilizado en un mes, y 145 muertes—, los hospitales de la región siguen notando una mejoría en la presión asistencial en las Urgencias y un mayor desahogo en las unidades de cuidados intensivos. A pesar de que los números continúan siendo dramáticos, poco a poco la comunidad va entrando en una fase de estabilización y los centros hospitalarios confían en retomar el control de la epidemia próximamente.

El propio consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, así lo aseguró ayer al reconocer que la previsión del Gobierno autonómico para mediados de esta semana es registrar ya “un decrecimiento” significativo de nuevos casos, lo que podría considerarse como “el segundo momento de inflexión” en Madrid.

En este nuevo escenario, que ya parece una segunda fase de la crisis, los hospitales están tomando medidas que hasta hace apenas semana y media parecían impensables. Los familiares de pacientes ingresados en las UCI empiezan a tener la opción de hacer visitas cortas para poder acompañarlos durante unos minutos. La iniciativa parte de las unidades de psiquiatría, que ya están entrando de lleno en la crisis sanitaria dando soporte emocional a los sanitarios que están en la primera línea del Covid-19 desde hace un mes y, al mismo tiempo, ayudando en los momentos más difíciles de los enfermos. Las despedidas son uno de ellos.

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Como publicó este diario, la comunidad lanzó un protocolo para instruir a los sanitarios en el final de la vida de los pacientes ante la consecuencia más directa y cruel del confinamiento: en muchas ocasiones, lo hacían solos, sin poder ver a ninguna persona de su familia. Un rol para el que muchos médicos y enfermeros no estaban preparados. La crisis del coronavirus ha obligado a que todos los profesionales de los hospitales asuman papeles lejos de sus responsabilidades habituales.

Y las unidades de psiquiatría se han puesto manos a la obra en esta nueva fase, aprovechando el respiro que desde hace días tienen las UCI y el resto de servicios hospitalarios, y lanzando propuestas para mejorar el acompañamiento de los enfermos, la despedida de familiares y contribuir al duelo de perder a un ser querido en estas circunstancias. Los hospitales no han recibido un protocolo fijo ni directrices claras en este sentido. De hecho, los servicios de psiquiatría llevan tiempo pidiendo facilitar procesos y rituales sociales que prevengan daños mayores en los enfermos y sus familias. Insisten en que la despedida es algo fundamental para la muerte, y más en estas circunstancias, en las que no hay preparación y muchas personas han enfermado de forma sobrevenida.

Hasta hace solo unos días, las familias no podían acceder a casi ninguna UCI de la Comunidad de Madrid y, en muchos casos, nunca se despedían de los pacientes ni volvían a verlos tras fallecer. En hospitales como el Ramón y Cajal, el 12 de Octubre o el Severo Ochoa de Leganés, las familias entran desde mediados de la semana pasada a las unidades de cuidados intensivos con los equipos de protección necesarios —buzos, pantallas protectoras y mascarillas— acompañando a pacientes que están muy enfermos, como ya ocurría en otras plantas de hospitalización.

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Precisamente por la falta de coordinación y un protocolo único, son los propios servicios —con la ayuda de los psiquiatras— los que poco a poco han ido tomando estas decisiones en función de las posibilidades que tenían. “Cuando las cosas estaban tan mal, era imposible que nadie sano entrara a la UCI. No había ninguna posibilidad. Ahora, poco a poco, lo hemos podido asumir”, explican desde estos hospitales madrileños.

Como publicó este diario, las próximas fases de la crisis del coronavirus requerirán un papel protagonista por parte de psicólogos y psiquiatras. Si hasta el momento todavía nos encontrábamos en una etapa de “supervivencia” —como explican los expertos—, a medida que los números se estabilicen y la epidemia empiece a remitir llegará la fase de asumir y gestionar los destrozos del Covid-19 a todos los niveles. De ahí que los profesionales de salud mental ya estén trabajando en cómo se abordarán los próximos acontecimientos.

Esta misma semana, está teniendo lugar un seminario llamado ‘Estrés agudo, reacción traumática y duelo en la emergencia sanitaria’, en el marco de los planes de formación continuada que impulsan la oficina regional de salud mental de la comunidad y los distintos hospitales, y que cuenta con un cartel de verdaderos expertos en la materia. Una formación que se va adaptando “a las necesidades que haya de actualización de contenidos”, explican fuentes de la oficina. En este momento lo urgente es eso.

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Por primera vez, estos seminarios se celebran de forma telemática y están dirigidos a profesionales de la psiquiatría, psicología y al personal de enfermería. Los cursos están distribuidos a lo largo de una semana y abordarán, entre otras cuestiones, las memorias traumáticas y las dificultades de elaboración del duelo durante la pandemia.

Como publicó este diario, en las últimas semanas han surgido iniciativas en administraciones, colegios oficiales y en los propios hospitales para dar apoyo a los sanitarios en vista del estrés postraumático que muchos de ellos sufrirán de manera inevitable.