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De diseñador de la Reina que hundió su imperio a vender test del coronavirus
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LA RESURRECCIÓN DE TITO Maristany

De diseñador de la Reina que hundió su imperio a vender test del coronavirus

Desde Grup Met, ubicado en El Masnou, el modisto ha reconvertido la estructura de su grupo arruinado para aprovechar la crisis sanitaria y recomponer los negocios

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Francesc ‘Tito’ Maristany era uno de los reyes de las pasarelas hasta el año pasado, cuando su empresa Vitamina C Productions fue a concurso de acreedores y su marca Sweet Matitos se hundió, al fallar uno de sus socios distribuidores en Europa y no poder absorber el volumen de devoluciones. Sweet Matitos es una de las marcas de referencia de Helena Rakosnik, esposa de Artur Mas, aunque también la reina Letizia lució algunas de sus faldas. Ahora, el empresario 'resucita' para intentar aprovechar la crisis sanitaria por el coronavirus.

El matrimonio Mas-Rakosnik fue el principal protagonista en el último desfile de Sweet Matitos, en el marco del salón 080 de Barcelona, en verano de 2018. Poco podían sospechar que la firma por la que Helena Rakosnik apostaba tenía los días contados. “Helena ha venido a todos los desfiles que hemos hecho y siempre nos ha dicho que le gusta mucho porque considera que hacemos cosas próximas, que no hacemos un lujo distante que te haga arrugar la nariz”, decía un eufórico Tito Maristany al acabar el desfile. Su lema era poner el lujo al alcance de todos.

Meses antes, una de sus creaciones, la falda ‘Girasol skirt,’ con un precio de 351 euros, había sido lucida por la reina Letizia durante un viaje a Haití. Luego, volvería a llevar otra de la misma marca en República Dominicana. En su página de Instagram, la compañía catalana ASEGURABA que la Reina confiaba en ellos. “Un orgullo volver a vestir a SM la reina Letizia en los Reales Despachos en San Javier”, anunciaban por la red. Pronosticaban incluso más prendas para la realeza en 2020. Todo fue un sueño de dos veranos, lo que duró abierta Sweet Matitos.

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El descalabro de la marca de ropa no fue el único contratiempo del emprendedor catalán. En el mismo domicilio donde se había alojado la compañía de moda, en la calle Aribau de Barcelona, también se ubicaba otra con un objeto social muy distinto: Met International Brokers, dedicada al asesoramiento, consultoría y asistencia a empresas en las áreas de 'marketing', comercial, técnica, administrativa, inmobiliaria y de gestión, así como a la representación de marcas. En marzo de 2019, esta firma fue también liquidada.

Y otra, de nombre muy parecido, Met Fashion Products, ubicada en la localidad de El Masnou, cerca de Barcelona, con el mismo objeto social que esta última, había corrido la misma suerte año y medio antes: cerró sus puertas y desapareció del mapa de repente, aunque ya no depositaba sus cuentas en el registro mercantil desde el año 2015.

Imperio reconvertido por el Covid-19

En lugar de estas empresas, ha resurgido con fuerza el nombre de Grup Met, ubicado en El Masnou pero cuya marca pertenece a la compañía Met International Brokers (que ha desaparecido), según una resolución publicada en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial de febrero de 2018. El motivo de este renacimiento ha sido la ‘reconversión’ de la estructura del grupo para aprovechar la crisis sanitaria y recomponer los negocios.

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Así, este mes de marzo, Grup Met anunciaba que “ante los fraudes y estafas que se están produciendo en el suministro de test de detección de coronavirus, el foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) ha contratado a la empresa Grup Met para ser el proveedor oficial de los kits, no solo para los 21 países de la alianza, sino también para otros mercados”. El imperio textil se había hundido, pero de sus cenizas había emergido el imperio logístico.

Grup Met, según su propia página web, nació en el año 2003. “Nuestro proyecto está muy enfocado en la industria textil y de la moda, ofreciendo a nuestros clientes muchos servicios a lo largo de la cadena de suministro (…) Gracias a nuestra red mundial de agencias, coordinamos todas nuestras actividades locales, convirtiendo algo muy complicado como la logística internacional en algo muy fácil”, dice en el portal. Ahora, aprovecha los contactos de los partners internacionales (utilizados para la distribución de sus prendas de ropa los últimos años) para desarrollar otra línea de negocio.

Foto: Una sanitario hace un test de coronavirus. (EFE)
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Una segunda nota oficial de la compañía señalaba también que la empresa “ha alcanzado un acuerdo comercial para distribuir por avión a cualquier país del mundo los únicos kits del Covid-19 homologados por APEC, ISO 13485, Europa CE-VID y aprobación de uso de emergencia de Corea”. Afirmaba también que disponía de un tiempo de producción de 8 días, con una capacidad de 10.000 kits semanales, que se distribuyen en un embalaje con hielo seco a una temperatura de -20 grados centígrados. Añadía que ya ha enviado más de 20 millones de test a más de 30 países… Pero ninguno a España.

Silencio administrativo

Según sus propias palabras, Maristany llamó a la puerta de todas las Administraciones españolas para vender los kits de detección sin respuesta alguna. Solo este lunes, después de que dos medios independentistas se quejasen del silencio, el ‘president’ de la Generalitat, Quim Torra, se puso en contacto con Maristany, prometiéndole una rápida respuesta.

Desde el gobierno central, se justifica el silencio administrativo: “Las comunidades autónomas son las encargadas de compras de material sanitario. Lo que se decidió el 10 de marzo fue, de forma coordinada entre Ministerio y comunidades, una compra centralizada para dar apoyo a las comunidades autónomas”. Las fuentes detallan, asimismo, que “en cuanto a las PCR, las comunidades se están abasteciendo de la producción nacional y de las empresas con las que habitualmente trabajan los hospitales. De momento, esta producción es suficiente para cubrir las necesidades del país”.

Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa. (EFE)

Lo que vende el emprendedor catalán es un kit fabricado en Corea y Singapur por un socio suyo a un precio de 30 dólares. Grup Met se convertiría, así, en un mero distribuidor del producto, aunque en su web afirma que no recibe ningún porcentaje por las ventas y que solo cobra los servicios de distribución.

Mucho más caros

Claro que los tests comprados por las Administraciones españolas cuestan entre cinco y siete dólares por unidad, aunque Maristany afirma que el suyo tiene “una fiabilidad del 95%” mientras que las pruebas chinas compradas por España tienen una fiabilidad del 30 o 35% “porque no son los indicados para detectar el coronavirus”. Para sacar más rendimiento a la situación, el empresario puso en duda la profesionalidad de los responsables del Ministerio al afirmar que mientras que a él no le hacen caso “contacten con otros sin certificaciones”. El empresario llegó a aludir directamente a la empresa Bioesay, que no disponía del certificado oficial chino para exportar tests y que, sin embargo, vendió material sanitario a España.

Foto: Arancha González Laya. (EFE)

Ante la afirmación de Maristany, desde el Ministerio de Sanidad responden que “el Ministerio ha hecho una compra de cinco millones de tests rápidos serológicos que han demostrado una sensibilidad de más del 80%. Los test antigénicos son los que han demostrado una sensibilidad más baja de todos los testados por el Instituto de Salud Carlos III”. Los test comprados por las Administraciones son para detectar en principio si hay virus en una persona. Si el paciente con síntomas da negativo, se descarta la enfermedad; en caso contrario, es cuando entrarían en escena las PCR, que requieren muestras de ADN y varias horas de trabajo de laboratorio.

Maristany es también presidente del Clúster Català de la Moda (Modacc), una plataforma apoyada por la Generalitat de Cataluña, que fue la organizadora del 080 Barcelona Fashion Showroom. Así, se comprende el protagonismo que tuvieron sus empresas en el escaparate de la moda catalana. Asimismo, controla las sociedades Eureka Ideas, Lucky Swing e Inversiones Paella Mixta, todas ellas relacionadas con la moda, aunque la última también se dedica a la promoción y publicidad del sector turístico. Las dos primeras comparten sede en el centro de Barcelona y la última está ubicada en el mismo domicilio que Grup Met.

Francesc ‘Tito’ Maristany era uno de los reyes de las pasarelas hasta el año pasado, cuando su empresa Vitamina C Productions fue a concurso de acreedores y su marca Sweet Matitos se hundió, al fallar uno de sus socios distribuidores en Europa y no poder absorber el volumen de devoluciones. Sweet Matitos es una de las marcas de referencia de Helena Rakosnik, esposa de Artur Mas, aunque también la reina Letizia lució algunas de sus faldas. Ahora, el empresario 'resucita' para intentar aprovechar la crisis sanitaria por el coronavirus.

Ministerio de Sanidad Generalitat de Cataluña
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