El CIS cambia décadas de metodología y empieza a encuestar por teléfono por el virus
El coronavirus ha obligado a los institutos estadísticos y sociológicos a prescindir de las encuestas domiciliarias. El barómetro del CIS de abril será el primero que no se haga de forma presencial
Durante estos primeros días de abril, unos 3.000 españoles habrán recibido una llamada telefónica en nombre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En ella les habrán preguntado por sus preferencias políticas, sus opiniones sobre los líderes políticos y la situación económica y los principales problemas del país. Con sus respuestas, el CIS producirá el barómetro de abril, que se publicará a finales de mes. Será un sondeo histórico, tanto por la situación de pandemia global en que se enmarca como por tratarse del primer barómetro de la historia del CIS cuyas respuestas no se han recogido de forma presencial.
Pocas personas dudan ya de que el coronavirus supondrá un antes y un después en la vida: en mayor o menor medida, habrá cambios en todos los sectores y ámbitos cotidianos. También en la producción estadística y de encuestas. Mientras los ciudadanos piden más y mejores datos sobre la evolución de la pandemia y los líderes políticos y económicos están ávidos de cualquier indicador para conocer el impacto actual y futuro del coronavirus en la sociedad, los institutos estadísticos y sociológicos tienen que lidiar con mantener estudios de alta calidad y al mismo tiempo adaptar la recopilación de datos al distanciamiento físico impuesto por el Covid-19.
Las entrevistas domiciliarias pueden ser las principales damnificadas de esta nueva realidad social. El mejor ejemplo de ello es el barómetro del CIS. A diferencia de las empresas privadas, cuyos sondeos se realizan principalmente por teléfono, el instituto público presidido por José Félix Tezanos se basaba en encuestadores que iban casa por casa para elaborar sus encuestas mensuales. Esta forma de recogida presencial propicia un sesgo favorable al PSOE, ya que las personas que encuentran estos encuestadores en sus hogares son tradicionales caladeros de votos socialistas: estudiantes, amas de casa, parados y jubilados. Desde el CIS, rechazan que las llamadas telefónicas con las que se está realizando el barómetro de abril puedan afectar la consistencia de la serie histórica.
Aunque la mayoría de su trabajo ya lo hacían por teléfono, las encuestadoras privadas temen que a raíz del Covid-19 se pierda el plus cualitativo que propiciaban las entrevistas domiciliarias o los grupos presenciales de discusión. No obstante, algunas empresas como GAD3 están ofreciendo a sus clientes microgrupos 'online' que sustituyan estos grupos de discusión.
La gente ahora tiene tiempo y está en casa: cuando preguntamos si teletrabajan, ahora hay una especie de conexión con la encuestadora
Su presidente, Narciso Michavila, ya se ha hecho a la idea de que tendrá que “atravesar un desierto” durante los próximos meses. “Nuestro sector va a sufrir, pero no tanto como un bar”, considera. Durante este mes, GAD3 ya ha realizado varios sondeos sobre el coronavirus, que han tenido muy buena acogida entre los encuestados. "Primero, porque la gente tiene tiempo y está en casa: cuando preguntamos si teletrabajan, ahora hay una especie de conexión con la encuestadora. Y cuando les decimos que es una encuesta sobre el coronavirus, todo el mundo está dispuesto a colaborar", explica Michavila.
Estas empresas privadas han tenido que tirar a la papelera sondeos preelectorales que ya habían realizado —¿se acuerdan de que este fin de semana estaban convocadas elecciones autonómicas en País Vasco y Galicia?— por encuestas sobre la gestión del Covid-19. Para José Juan Toharia, de Metroscopia, “estamos en un cambio de página en un montón de aspectos, el más obvio, el político. La situación no es la de hace varias semanas, sino que los problemas que antes eran importantes se han ido ahora a un segundo plano y veremos adónde irán”.
Ayuda de empresas y personas
Este abandono obligado de las entrevistas presenciales también se está notando en las estadísticas producidas por el INE y Eurostat. Por ejemplo, una de cada seis entrevistas de la Encuesta de Población Activa (EPA) se realizaba en persona, pero a raíz del coronavirus la EPA del primer trimestre del año, cuyos resultados se publicarán a finales de abril, será íntegramente telefónica. En el caso de las encuestas dirigidas a empresas, la principal forma de recogida de la información es a través de formularios en internet.
Eurostat y los institutos europeos de estadística han publicado hace unos días un comunicado destacando la importancia de que “empresas, hogares y personas colaboren aportando sus datos, como han venido haciendo hasta ahora. Solo con su ayuda el INE podrá obtener la información necesaria para elaborar estadísticas que, posteriormente, guiarán decisiones de política económica y social, nacional y europea, facilitando así que se adopten las medidas más apropiadas en cada momento. Y todo ello en beneficio del conjunto de la sociedad”.
A largo plazo, queda por ver si el distanciamiento social impuesto por el Covid-19 puede afectar a la producción del censo de 2021, la estadística nacional de mayor calado, que se publica cada 10 años. El INE iba a basar la mayor parte del censo en registros administrativos complementados con encuestas sociales. “La información obtenida en encuestas se erige en un instrumento para ofrecer información, no tan detallada en el territorio, pero sí complementando al censo en temas que no puedan cubrirse desde los registros”, argumentaba el INE. En caso de que el distanciamiento social se convierta en algo habitual en el futuro, las entrevistas presenciales pueden quedar en peligro de extinción en la sociedad poscoronavirus.
Durante estos primeros días de abril, unos 3.000 españoles habrán recibido una llamada telefónica en nombre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En ella les habrán preguntado por sus preferencias políticas, sus opiniones sobre los líderes políticos y la situación económica y los principales problemas del país. Con sus respuestas, el CIS producirá el barómetro de abril, que se publicará a finales de mes. Será un sondeo histórico, tanto por la situación de pandemia global en que se enmarca como por tratarse del primer barómetro de la historia del CIS cuyas respuestas no se han recogido de forma presencial.
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